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Red Internacional
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ZONA NORTE-CLASE OBRERA. Massa y los dueños del agua

En la zona norte del Gran Buenos Aires, donde se asientan las grandes industrias, el agua pura es un privilegio solamente para los que habitan en los barrios cerrados. El caso de Nordelta y el barrio Las Tunas, en el Tigre de Sergio Massa.

Martes 7 de abril de 2015

Impulsado por el kirchnerismo, el 1 de Octubre de 2014 se votó la modificación del Código Civil y Comercial. En él se determinó, entre otros puntos, sacar al agua como derecho humano.

Con esta medida, un gobierno progresista quita como derecho natural, un elemento que es esencial para la supervivencia de todas las formas conocidas de vida.

El agua cubre el 71 % de la superficie de la Tierra. El 97% es salada y solo el 3% dulce, siendo ésta la necesaria para el consumo humano.

Tanto la Unesco como la Organización Meteorológica Mundial, señalan que la disponibilidad de agua dulce es uno de los grandes problemas que se plantean hoy en el mundo. La Argentina está entre los países con mayor cantidad de recursos de agua potable, teniendo una de las reservas naturales más importantes como lo es el Acuífero Guaraní.

Así y todo, este gobierno que se jacta de ser para todos y todas, niega por ley un derecho que para muchos ya había dejado de serlo desde hace rato.

Las penas son de nosotros, el agüita es ajena

Aunque históricamente lo que sobra en este país es agua, paradójicamente miles de sectores obreros y populares no la pueden usar, no ya porque el agua no sea un derecho, sino porque es letal.

Esto sucede a unos pocos kilómetros de la Casa Rosada.
En la zona norte del Gran Buenos Aires, donde se asientan las grandes industrias, el agua pura es un privilegio solamente para los que habitan en los barrios cerrados como por ejemplo, el Nordelta. En cambio en Las Tunas, un barrio obrero de Tigre, rodeado de afluentes, ríos y arroyos, donde viven 40000 personas, el problema del agua es un tema recurrente. La que se consume a diario, está contaminada nada más ni nada menos que por dos de los metales más tóxicos, como lo son el arsénico y el plomo.
El consumo cotidiano de esos materiales puede causar efectos crónicos por su acumulación en el organismo, envenenamientos graves cuando la cantidad tomada es de 100 mg, como así también enfermedades cancerígenas en la piel, el pulmón, la vesícula y diarreas crónicas que afectan a los niños principalmente.
El agua de las canillas comunitarias, las cuales se construyeron para paliar la falta de agua potable, están igualmente contaminadas. Estos engaños son mortales para los habitantes de Las Tunas. Sandra, una vecina del barrio, nos cuenta que: para que no se note la turbidez, rebajan el agua con lavandina generando serios problemas vesiculares. Y en el caso que necesitaran ir de urgencia uno de los tantos días de inundación, no les abren las puertas del centro de salud. El Nordelta, cuenta con una planta purificadora propia.

Los grandes y purificados vecinos

Sobre el terreno donde antes servía de amortiguación para la crecida de los ríos, se levantaron estos impresionantes barrios privados, con el amparo de la ley provincial de ordenamiento territorial, promulgada en la dictadura y vigente durante casi toda la gobernación de Daniel Scioli.

Nordelta fue pensado y construido como una pequeña ciudad para que sus habitantes, pertenecientes a una elite, puedan disfrutar de los placeres de una vida plena mientras la población obrera tiene que vivir sin cloacas, ni gas y sabiendo que el agua que consumen está contaminada.

La nueva ley territorial no restringe las urbanizaciones cerradas, la especulación, ni la urbanización de las tierras bajas. Gracias a esto, el burgués Constantini, dueño del complejo Nordelta, construyó un muro dividiendo los barrios, para que quede claro quién es quién y de acuerdo a eso, quien tiene derecho sobre el otro en esta sociedad.

Para la construcción del muro, hicieron un terraplén dejando a Las Tunas mucho más abajo e instalaron un sistema de polderizacion (sistema para desecar terrenos. Deben instalarse bombas de desagote, sino se acumula excesivo lodo, el terreno se inunda y no evacua el agua.), con lo cual hay zonas que quedan más elevadas que otras para evitar que Nordelta se inunde, quedando las zonas más bajas expuestas y siendo las primeras en inundarse. En el caso que los ríos no desagoten rápidamente, desde la “ciudad-pueblo” abren las compuertas que los dividen arrojando todo el excedente que viene del country.

Para los millonarios, que por su clase gozan de todos los privilegios que el capitalismo les otorga, es un “derecho” mas, para el pueblo trabajador, son pérdidas enormes. "No llegó ni un colchón. La gente tiene que salir corriendo como ganado para recibir una bolsa de mercadería. Pedían fotos para saber si realmente estábamos inundados para poder cobrar la asignación doble por hijo.

¿Cómo compro con los 800 pesos que cobro como pensionada, la heladera y la cocina?” dice Sandra

"Las bolsas de arena que compré para hacerme el baño, las pierdo por el agua, el baño lo tengo inhabilitado, y todo sale de nuestros bolsillos. En cambio el country La Comarca, tiene 8 bombas para el desagote" cuenta Marisa

Eduardo Constantini, el burgués favorito de Sergio Massa, sabe perfectamente la situación en la que viven los vecinos de Las Tunas. Constantini es el propietario del Frigorífico Rioplatense, del cual se hizo propietario en 1978. El Rioplatense, ocupa un predio de 41 hectáreas, exporta a más de 50 países en todo el mundo, es proveedor exclusivo de McDonald’s y mantiene un personal ocupado de 650 personas, siendo 400 los trabajadores que viven en las Tunas.

El Rioplatense, junto con otras empresas de la zona, es el principal contaminador, arrojando los desechos del frigorífico a los afluentes de los ríos.

Massa y Scioli

En la última gran inundación se les cayeron aún más las caretas a los candidatos de la derecha. Mientras Massa y Scioli hacían un reality sobre la realidad de los inundados, repetían cínicamente que son solo tormentas. En eso se escudan para no hablar de las obras que prometieron en el barrio, como la draga que envió el municipio para las obras hidráulicas, la cual está instalada hace 3 años y no anduvo nunca; básicamente porque no tiene motor ni batería. Ahora, cuando necesitan avales para las elecciones, son los primeros en juntar firmas en el barrio con el pretexto que es para hacer una presentación formal en el municipio. No son solo hechos naturales, son crímenes sociales: las brutales condiciones de vida que una clase social le impone al pueblo trabajador.

Esas son las promesas cumplidas por el massismo. Y le cabe lo mismo a Scioli. Porque en Las Tunas no es de ahora que no tienen cloacas, gas ni agua potable.
Para los tunenses ver a “los de enfrente” es como mirar una película de terror.

Otro country que avanza, los mismos derechos de clase.