El 12 de diciembre se organizó un escrache en repudio a la discriminación transfóbica que sufrió Fernanda, junto a su pareja, en un local de comida rápida de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. La Izquierda Diario se hizo presente en el acto de repudio y entrevistó a Fernanda.
Pablo Herón @PhabloHeron
Miércoles 17 de diciembre de 2014
Imagen: Facebook Secretaría Juventud FALGBT
El 6 de diciembre, Fernanda -una chica trans- y su pareja se encontraban comiendo en el local Mostaza de Avenida Cabildo. Antes de retirarse se tomaron una selfie dándose un beso. Fernanda nos cuenta que una empleada fue a decirles que "se quejaron de que vos te estás tocando con tu novio", y que tenía que retirarse. "¡¿Qué?! ¿Que me estoy tocando con mi novio? Nada que ver, yo me estaba sacando una foto y me estaba dando un beso, nada más".
Frente a las quejas de los comensales, el encargado no optó por explicarles que la admisión y permanencia no admite criterios discriminatorios, sino que le dio entidad, configurando el primer eslabón de este hecho discriminatorio. Fernanda nos cuenta que poco después el encargado va a echarla con un policía: "¿Y qué voy a hacer? me retiré. Me fui con una bronca porque me sentí como no sé, como una criminal, porque encima salgo y había dos patrulleros, ¿para qué dos patrulleros?".
Cuando Fernanda salió, se encontró con dos patrulleros. Es importante destacar que la Policía fue partícipe de ese hecho, y acompañó el actuar discriminatorio del encargado. Así se configuró el segundo eslabón de este hecho discriminatorio. No resulta inusual, en una encuesta piloto realizada por el INDEC en La Matanza, observamos que un 83% de las chicas trans encuestadas, señaló a la Policía como una institución causante de graves hechos de discriminación y violencia.
En repudio a este hecho, el día 12 se realizó un besazo en el local, convocado por la Secretaría de Juventud de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (FALGBT). Le preguntamos a Fernanda si la empresa había tratado de contactarla y nos contó que la llamaron para llegar a un “arreglo” y nos dijo: "Sí, se contactó conmigo para arreglar, pero yo le dije a Juli [Julieta Calderón, FALGBT] que no".
Ya en la puerta del local, se hizo una acción con pancartas con la frase “Mostaza discrimina”, fotos y una entrevista a Fernanda por parte de la TV Pública. Luego, adentro, se realizó la “besada" y se reclamó que la encargada de turno pida disculpas. El encargado, que estaba de turno el día que echaron a Fernanda con la Policía se hizo presente para intentar dar excusas y terminó agrediéndola nuevamente. Mientras, empleadas y empleados del local veían con buenos ojos la intervención, solidarizándose con el reclamo de Fernanda.
Al terminar la jornada, la encargada de turno se acercó a hablar e intentó justificar el actuar del encargado y terminó pidiendo disculpas por cuenta propia. La FALGBT exigió el libro de quejas y dejó una queja asentada “sobre el comportamiento repudiable de parte del personal”.
Un hecho similar ocurrió el mes pasado en otro local de comidas, Kentucky, donde una pareja de lesbianas fue echada arguyendo que el local era “un lugar familiar”. En los últimos meses se organizaron eventos similares por casos de discriminación en lugares públicos, locales de comida rápida, bares y restaurants, evidenciando que la discriminación hacia las personas LGTBI persiste, y a su vez mostrando el descontento ante hechos que ya ocurrían y que el colectivo LGTBI aún debe salir a repudiar.
Pablo Herón
Columnista de la sección Género y Sexualidades de La Izquierda Diario.