Las mujeres son la mitad de la fuerza laboral en Chile, pero ¿qué significa trabajar para una mujer? ¿Cuál es la situación de las mujeres trabajadoras?
Domingo 24 de marzo de 2019
Según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) las mujeres corresponden al 50,6% de la fuerza laboral en Chile, siendo el 84% del área de servicios, el 11% de la industria y un 5% en la agricultura.
Para una mujer las posibilidades de encontrar empleo son menores en comparación a las de un hombre. Tan solo un 79% de mujeres profesionales se encuentran con trabajo, al lado de un 91% de hombres profesionales con trabajo. El desempleo actualmente en el país es de un 7%, siendo la desocupación femenina de un 7,5% (INE, 2017).
¿Qué significa trabajar para una mujer actualmente?
Primero hay que tener en consideración que las mujeres cargan con todo el trabajo doméstico y el cuidado de las y los hijos, es decir, realizan día a día un trabajo gratuito después de su jornada laboral, lo que significa una sobrecarga que recae solo en las mujeres. Cuatro de cada 10 mujeres están fuera de la fuerza de trabajo por razones familiares.
A pesar de realizar el mismo trabajo que un hombre, la brecha laboral es de un 15% y hasta de un 65% en mujeres profesionales.
La subcontratación también es una característica del trabajo femenino ya que la gran mayoría de las mujeres no cuenta con un contrato estable que les garantice el cumplimiento de todos sus derechos, también existen los contratos a plazo fijo, que sirven por ejemplo para solicitar el desafuero maternal por vencimiento de contrato.
Existe un miedo a quedar embarazadas o decírselo a los jefes ya que esto puede significar un término de contrato, un ejemplo claro son las trabajadoras de la educación (73,8% se desempeña en educación) que en su gran mayoría trabajan a contrato plazo fijo y son despedidas cada fin de año.
Los derechos maternales no alcanzan, el beneficio es muy reducido. Un ejemplo es que solo te da permiso y subsidio por enfermedad hasta que los y las niñas cumplen un año de edad. Después del año ya no cuentas con ningún derecho siendo que es la edad donde más se enferman las y los niños.
Hay mujeres que nunca inician el subsidio de postnatal: las que no trabajan, casos de nacimientos múltiples, mujeres que no cotizan en isapres o fonasa, las que tienen lagunas provisionales, etc. Es decir, el Estado no se hace responsable de entregar un subsidio a la maternidad que garantice que tanto la madre como el hijo o hija cuenten con un mínimo para vivir, pero al mismo tiempo obliga a las mujeres a dejar de trabajar en caso de embarazo.
Los derechos maternales son insuficientes, al mismo tiempo que ser madres obliga a muchas mujeres a dejar de trabajar. Y, con todo esto, más encima no está permitido el aborto legal, seguro y gratuito en el hospital.
También está el tema de salud, las trabajadoras no cuentan con este derecho y realmente es un privilegio poder acceder a un médico o medicamentos de calidad, ni siquiera cuando somos expuestas a enfermedades laborales. El año 2016 se presentaron 41.527 denuncias de enfermedades profesionales 7.232 fueron calificadas como enfermedades de origen laboral y las licencias tramitadas por las mujeres casi duplican a las presentadas por los hombres, según las cifras entregas por el Ministerio de Salud.
A todos estos factores se le suman las bajas pensiones, el 93,1% de las trabajadoras reciben una pensión menor o igual a $147.763, es decir, pensiones de hambre que no alcanzan para cubrir las necesidades básicas de un adulto mayor.
Este gobierno de derecha empresarial lo único que propone es una Agenda Mujer que no cambia en ningún sentido la situación de las mujeres trabajadoras, mientras Piñera sale a felicitar la gran movilización del 8M, su agenda no termina con ninguno de los problemas que tienen las mujeres trabajadoras.
Las principales centrales sindicales como la CUT y el Colegio de profesores no se proponen un plan de lucha para terminar con esta situación precaria de las mujeres trabajadoras, el pasado 8M con una convocatoria débil demostraron que se conforman con lo mínimo y les interesa para cambiar la situación en la que se encuentra una gran mayoría de la clase trabajadora.
Por otro lado el Frente Amplio ilusiona a las masas que con leyes parlamentarias mejorara la situación de las mujeres, pero no apuntan con el problema de fondo ni se enfrentan al gobierno de Piñera que se viene fortaleciendo con el resto de los gobiernos de derecha en Latinoamérica, con figuras misóginas como Bolsonaro en contra de los derechos de las mujeres, diversidad sexual y la juventud.
Pan y Rosas es la alternativa feminista socialista que llama a organizarse con la clase trabajadora de conjunto para conquistar estos derechos, pero además tiene aspiraciones mayores, no se conforma solo con obtener derechos mínimos, sino que quiere echar abajo el sistema capitalista de conjunto y así terminar con la desigualdad, la opresión y explotación de toda la humanidad.