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Red Internacional
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MIGRACIÓN. Plan migratorio de la Cepal: más controles migratorios y megaproyectos

Una terminal de gas en Honduras, un sistema de interconexión eléctrica entre México y Centroamérica, vías férreas y otras megaobras, forman la parte central del Plan de Desarrollo Integral para el sur de México, El Salvador y Guatemala presentado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

Lunes 20 de mayo de 2019

Este lunes, la secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), Alicia Bárcena, presentó el nuevo Plan de Desarrollo Integral para El Salvador, Guatemala, Honduras y México. Esto como parte del presunto "combate" a las causas estructurales que fuerzan la migración en la región.

Este plan concentra distintas medidas económicas que llaman, con el discurso de "cooperación para el desarrollo", a incrementar las facilidades para la inversión en la zona por parte de capitales nacionales y extranjeros. Alicia Bárcena llamó directamente al gobierno de López Obrador a incrementar la inversión en los países del sur hasta el 25% del PIB.

Entre las medidas propuestas por la Cepal se encuentran otras de corte fiscal, con las que pretenden echar mano de los recursos destinados a la atención de la crisis migratoria. Las remesas también forman parte de este Plan.

No es gratuito que gran parte del Plan consista no en medidas de "bienestar" como pregonan, sino en la conformación de un espacio multilateral que coordine —mientras fingen atender la crisis migratoria— una nueva serie de interacciones comerciales entre México y países de Centroamérica. Éstas, en los hechos, implican un ambicioso plan de megaobras que convierta la región en lo que Bárcena llamó una "zona productiva integral".

La Cepal identificó cinco principales causas de migración, entre las que señaló el crecimiento económico insuficiente que se expresa en pobreza y desigualdad; rezago rural en relación al crecimiento de centros urbanos; el impacto negativo que ha resentido el sector agropecuario por sequías e inundaciones; altos índices de violencia y una brecha salarial mensual con relación a Estados Unidos que coloca los salarios que aceptan los migrantes, a pesar de ser bajos, por encima del promedio del salario en sus países de origen.

Bárcena elogió las políticas de AMLO en materia de salario mínimo, pero señaló que hacía falta más.

Así, tras enumerar estas razones, Bárcena lanzó una serie de propuestas en materia de infraestructura e inversiones. Destacó la propuesta de construcción de una terminal de gas en Honduras; un sistema de interconexión eléctrica entre México y Centroamérica; conectividad ferroviaria entre los cuatro países; la construcción de un gasoducto de 600 kilómetros.

Sobre el tema migratorio, el organismo sugirió medidas como el registro desde el país de origen y el fortalecimiento de la frontera entre México y Guatemala.

López Obrador, por su parte, respondió al Plan celebrando la intención de darle un enfoque más "social" al manejo de una crisis que se agudiza. De la intervención del mandatario mexicano destacó la mención que hizo del Plan Mérida como un ejemplo del tipo de cooperación que no busca este Plan.

Esta declaración no es nueva, sin embargo, por parte del presidente, quien a principios de mes propuso a Estados Unidos "reorientar" el gasto que hace en la Iniciativa Mérida para destinarlo a un plan de desarrollo centrado en la creación de empleos.

El problema es que estos empleos serán con salarios muy bajos, unos 5 mil pesos por mes (unos 263 dólares) según se había informado en anuncios previos. Como agravante, los megaproyectos se desarrollan a partir del saqueo del territorio de comunidades, en muchos casos desplazadas a la fuerza por el crimen organizado y el ejército. Y de telón de fondo, se empieza a ver el despliegue de la Guardia Nacional —la militarización legalizada por el congreso—, una de cuyas funciones es impedir el avance de los migrantes por territorio mexicano, siguiendo las órdenes de Trump.