Tras un proyecto del intendente de Bariloche para mover la estatua del responsable del genocidio conocido como "Campaña del Desierto" el debate es una muestra más de la hipocresía de la clase política capitalista para con los pueblos originarios que siguen sufriendo aún hoy la exclusión, la persecución y la brutalidad del estado.
Domingo 6 de agosto de 2023 17:33
A fines del pasado mes el intendente de Bariloche, Gustavo Gennuso, presentó un proyecto para puesta en valor y "refuncionalización" del Centro Cívico de la ciudad. Ese proyecto dejaría libre el espacio del centro cívico, en cuyo centro se emplaza la estatua del genocida Roca, que sería reubicada metros más abajo, fuera de la plaza principal. También se borrarían del piso los pañuelos blancos y se emplazaría un mural para las madres de plaza de Mayo, para quienes cada 24 de marzo recuerdan la lucha y reivindican la memoria del genocidio cometido por la última dictadura militar.
Las reacciones no tardaron en llegar desde la derecha más conservadora de la zona y del país. Macri, Bullrich y Milei hasta el orfebre Pallarols salieron a repudiar la propuesta y a reivindicar al Genocida. También desde algunos sectores del progresismo reconocieron el proyecto como un acto de reparación histórica a pesar de que busca cuidar la estatua y reducir el gasto de limpieza que el municipio realiza periódicamente.
Genusso en su proyecto propone mover la estatua para preservarla de pintadas y escraches. Y que la plaza del cívico sea un lugar “neutral” para reuniones y eventos. No parece casualidad que el proyecto se presente justo un mes antes de las elecciones locales, que tienen como candidata del oficialismo a la actual gobernadora de Río Negro Arabela Carreras. Desde este punto podría ser parte de una pesada herencia para su más probable sucesora, un intento de cerrar la grieta, no estando de ningún lado.
Esta última semana el tema tomó mayor relevancia y el juez Federico Corsiglia presentó una medida cautelar que prohíbe ejecutar cualquier modificación en el monumento a partir de un amparo presentado. La gobernadora se sumó al debate y para desligarse del accionar de Gennusso, criticó la medida y en sus declaraciones llamó a "cuidar el patrimonio cultural".
Más allá de las especulaciones sobre las intenciones del actual intendente, el debate por mover la estatua del genocida es una muestra más de la hipocresía de la clase política capitalista para con los pueblos originarios que siguen sufriendo aún hoy la exclusión, la persecución y la brutalidad del estado.
La “conquista” del desierto no fue otra cosa que un brutal genocidio, sufrido por los pueblos que vivían en estos territorios antes de la conformación del estado argentino. En los fortines se fabricaron campos de concentración. En Buenos Aires se distribuían a las niñas, niños, hombres y mujeres para que sean “educados en las costumbres argentinas y así ser parte de una civilización y arrancados de la barbarie”. La soberanía nacional está apoyada en uno de los genocidios más brutales de la historia. El mismo estado argentino reconoció los actos de violencia en textos como la Ley 26.160 que hoy en día parece no tener efecto.
La precandidata a Diputada Nacional de Río Negro por la lista Unir y Fortalecer la Izquierda, Alhue Gavuzzo, se refirió al debate público en distintos medios: "Desde la izquierda rechazamos todo el discurso de campaña de Carreras que nuevamente hace eje en la naturalización del racismo anti-mapuche y llamamos a defender los territorios ancestrales arrebatados a los pueblos originarios tras cruentas masacres como las que perpetuara el General Roca y su ejército.
Hoy la avanzada sobre los territorios ancestrales extractivista es la continuación de las expediciones de Roca.”
Los mismos que hoy juntan firmas para no mover a Roca del Centro Cívico, son los que festejan los desalojos del pueblo mapuche, como el que desplegaron en Villa Mascardi, encarcelando mujeres y niños, mientras siguen entregando grandes extensiones de tierras a extranjeros como Lewis.
Los candidatos de las coaliciones mayoritarias hablan de explotación de recursos de la Patagonia, y basan la mayor parte de su plan económico en la profundización del modelo extractivista y el avance sobre los territorios de las comunidades. Massa prepara todo el terreno para dividir como una torta la cordillera y darle la mejor porción a EEUU.
La única salida es la que marcó hace unos meses el pueblo jujeño. La unión de todos los sectores de la clase trabajadora y la lucha para no dejar pasar la reforma de Morales que buscaba tener el terreno allanado para el saqueo de las tierras y vía libre para reprimir en las calles.
Como quedó demostrado en Jujuy, la única fuerza política que se opone al saqueo que viene con el extractivismo y que nos lleva en sus orígenes hasta Roca, es el Frente de Izquierda.
El pueblo trabajador nada tiene para reivindicar de un genocida como Roca. ¡Arriba los pañuelos de las madres que nos enseñaron a enfrentarlos!