El aborto legal, libre, seguro y gratuito es una deuda histórica del Estado para con las mujeres. La Suprema Corte acaba de votar en contra de su despenalización en Veracruz, mostrando una vez más la oposición de las instituciones a los más básicos derechos para las mujeres. La demanda sigue siendo su legalización en todo el país y que no muera ninguna mujer más por abortar clandestinamente.
Marisol FN Agrupación de mujeres y disidencias Pan y Rosas
Miércoles 29 de julio de 2020
La Suprema Corte de Justicia de la Nación votó hoy en contra de la despenalización de la interrupción del embarazo en Veracruz, en respuesta al amparo presentado el año pasado por un juez federal. El amparo proponía reformar los artículos del congreso local que criminalizan la interrupción del embarazo, por ser discriminatorios y violatorios a los derechos humanos de las mujeres.
El tema causó un álgido debate en redes sociales. Por un lado las jóvenes, mujeres y hombres trans que desde hace años venimos exigiendo y movilizándonos por el derecho a decidir libremente sobre nuestra sexualidad y nuestros cuerpos, sin la injerencia de la Iglesia o el Estado. Por otro lado, sectores ultraconservadores encabezados por el Frente Nacional por la Familia y el Partido Acción Nacional (PAN), que aprovechando la pandemia y el confinamiento de millones en sus casas, buscan recomponerse a través de una cruzada anti-derechos e iniciativas reaccionarias como la del pin parental.
En México los abortos clandestinos son la cuarta causa de muerte materna, según el Observatorio de Muerte Materna (OMM) y se calcula que cada año se realizan de forma insalubre, entre 750 mil y 1 millón de abortos clandestinos. La Ciudad de México y Oaxaca son las únicas entidades en donde está despenalizada la interrupción del embarazo hasta las 12 semanas de gestación.
¿Despenalización o legalización?
Estas conquistas no fueron producto ni de la buena voluntad del PRD que era gobierno en la CDMX en 2007, ni tampoco de las buenas intenciones de MORENA en Oaxaca el año pasado. La despenalización del aborto en ambas entidades, es producto de largos años de lucha legal y movilización en las calles por parte del movimiento de mujeres y organizaciones feministas, que en todo el país exigimos también, la distribución masiva y gratuita de anticonceptivos y educación sexual integral en todos los niveles educativos.
Si bien la despenalización es un importante avance legal que permite eliminar el castigo a las mujeres que abortan y la amnistía para aquellas que han sido juzgadas y encarceladas por el mismo motivo; la despenalización por si sola no es suficiente para garantizar el aborto como un derecho para todas las mujeres y personas gestantes que lo necesiten.
De hecho en el caso de la CDMX luego de 13 años de despenalización, vimos que mientras el gobierno restringía el derecho al aborto a sólo 13 clínicas de toda la ciudad, la iniciativa privada avanzaba en la Interrupción Legal del Embarazó como un servicio con costos desde los 2 mil, hasta los 5 mil pesos en clínicas privadas. Con ello vemos como aunque este despenalizado, el aborto sigue sin ser un derecho accesible y gratuito para todas las mujeres que lo requieren, sobre todo para aquellas jóvenes y trabajadoras precarizadas que no pueden costear dichos procedimientos, manteniéndose así el aborto como un privilegio de clase.
La histórica consigna del movimiento feminista exige la despenalización y legalización del aborto, como un derecho que debe garantizar el Estado a través de los sistemas de salud pública. Siendo legal el aborto, los gobiernos estarán obligados a dotar de todos los insumos, medicamentos, equipos médicos y profesionales de la salud, necesarios para otorgar este derecho de manera segura, gratuita y libre para aquellas mujeres, niñas y hombres trans que decidan abortar.
La votación de la Suprema Corte, en contra de la despenalización del aborto en Veracruz, muestra -una vez más!- que las instituciones del estado mexicano están en contra de que se avance en la despenalización y legalización del aborto en el resto del país. Esto confirma que, como demuestra la historia del movimiento feminista y de mujeres, ningún gobierno nos ha regalado nada. Todo derecho y conquista ha sido arrebatado de las garras del Estado, con la lucha en las calles y la organización independiente de las mujeres y organizaciones feministas, en alianza con nuestros compañeros de clase. Por la vida y salud de las mujeres, niñas y personas gestantes hoy más que nunca exigimos:
¡Educación sexual, para decidir!
¡Anticonceptivos, para no abortar!
¡Aborto legal, para no morir!
¡Qué sea ley!