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Red Internacional
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Debate. ¿Por qué ha fracasado la convocatoria de huelga del Sindicato de Estudiantes?

Hoy era el segundo día de huelga estudiantil por una vuelta segura a las aulas, pero el Sindicato de Estudiantes desconvocó ayer las concentraciones previstas para este mediodía. Un debate con unos métodos burocráticos que no ayudan a poner en pie el movimiento estudiantil que necesitamos para hacer frente a la pandemia.

Jueves 17 de septiembre de 2020

En el marco de la huelga estudiantil convocada para los días 16, 17 y 18 de esta semana ante la falta de medidas contra la covid en educación, el Sindicato de Estudiantes había convocado concentraciones en ciudades de todo el Estado. No obstante, ayer mismo el propio sindicato las desconvocó, justificando la acción por el aumento de los contagios.

Ante los métodos burocráticos del SE que limitan el desarrollo de la autoorganización, única manera de hacer efectiva la huelga, y la excusa de las medidas de seguridad que se utiliza para impedir hacer pasaclases o asambleas, no se podía esperar otro resultado para estos días de huelga.

Un fracaso inaceptable dada la cantidad de motivos para movilizarse y el malestar en la comunidad educativa. No obstante, parece más sencillo desconvocar el día antes - sin consultar con el alumnado, por supuesto - que tener que asumir las consecuencias del fracaso en la calle.

Además, hay que destacar que esta desconvocatoria supone sumarse, no solo a la campaña de desmovilización por parte del gobierno, sino a la culpabilización de cualquiera que se movilice. ¿En qué lugar deja esto a sectores en lucha, como por ejemplo las trabajadoras del Hospital Gregorio Marañón que hasta hace poco se estaban movilizando contra la privatización? ¿O a los trabajadores de Nissan que han estado luchando por evitar el cierre de la fábrica?

Estudiantes y profesores se han visto obligados a volver a las aulas sin ningún tipo de medidas que puedan realmente frenar el virus más que la obligatoriedad de las mascarillas, cuya efectividad no dura más de 4h mientras que el horario lectivo es de 6h en institutos. La “distancia social” no se traduce en más de metro y medio entre alumnos, y a veces ni eso, puesto que las ratios llegan en algunos casos a 35 estudiantes por clase.

Mientras esto siga así, la solución para evitar contagios no es dejar de movilizarnos, sino continuar haciéndolo con las medidas necesarias para garantizar una vuelta segura en las aulas.

Si queremos levantar un movimiento estudiantil capaz de pelear por unas medidas efectivas contra la covid, este tendrá que ser en oposición al gobierno del PSOE y Unidas Podemos, así como el resto de gobiernos autonómicos que comparten sus políticas educativas cuando ejercen sus competencias.

Contrariamente a los métodos del SE, resulta necesario impulsar asambleas y consejos de estudiantes masivos y democráticos en cada centro, para decidir los planes de lucha del movimiento con los sindicatos estudiantiles al servicio de estas decisiones.

Grandes asambleas desde donde estudiantes, profesorado y trabajadores discutamos y luchemos por un plan de emergencia para la educación donde se incluyan medidas como la contratación de profesorado y la habilitación de espacios de estudio. Si estos últimos no son suficientes, como ya se está viendo, reclamar la intervención de la educación concertada y privada, la misma que se ha beneficiado en detrimento de la pública durante los últimos años bajo los diferentes gobiernos.

Y si no hay dinero, unamos fuerzas con sectores de trabajadores en lucha para defender un impuesto de emergencia a las grandes fortunas que permita sufragar las inversiones necesarias en educación, sanidad y otros sectores esenciales.

Solo así, mediante la autoorganización de los estudiantes junto a la clase trabajadora, podemos conquistar una educación pública totalmente gratuita, segura y al servicio de las necesidades de la sociedad, planteando un programa que haga pagar la crisis a los capitalistas, los mismos que se han hecho más ricos durante la pandemia.