Las fuertes subas hacen que cada vez sean más las familias que no pueden comer asado. Debido a la sequía los empresarios del campo habían vendido parte de su ganado por adelantado conteniendo parcialmente los precios, hasta fines de enero cuando la oferta cayó. Las políticas del Gobierno fracasaron en impedir que comprar carne sea un lujo para las grandes mayorías.
Miércoles 15 de marzo de 2023 20:14
La inflación de febrero fue de 6,6 % mensual y en los últimos doce meses la suba de precios alcanzó 102,5 %, según informó el Indec este martes. Así, la Argentina volvió a tener una inflación anual de tres dígitos por primera vez desde 1991. Los alimentos fueron el principal factor en la suba del índice, especialmente la carne que mostró subas promedio del 21 %, con alzas incluso más pronunciadas en algunos cortes: asado (28,6%), carne picada (35%), y cuadril (34,3%).
El nuevo salto en los precios, hace todavía más difícil el regreso del asado a la mesa de los hogares como prometió el Frente de Todos en la campaña electoral. Según un informe de FADA el consumo de carne bovina bajó de 58 a 48 kg entre 2012 y 2022, a la par que aumentó el de pollo, de 40 a 46 kg y el de cerdo, de 9 a 17 kg.
Durante 2022, según el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna (Ipcva) el precio promedio de la carne aumentó un 42 % mientras que la inflación para los alimentos fue del 94 %. Esto se explica por los efectos de la sequía en el sector agropecuario, ya que ante la falta de pasto en los campos los empresarios habían adelantado sus ventas conteniendo los precios. Pero la carne hace años que se encuentra en valores elevados, en 2021 había aumentado 60,7 %, 10 puntos porcentuales más que la inflación (que fue de 50,9 %).
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La división Alimentos y Bebidas no alcohólicas fue la de mayor aumento en febrero, como informó el Indec, y escaló a 9,8 %. En el primer bimestre del año acumuló 17,2 % de aumento, y en los últimos doce meses el rubro subió 102,6 % en febrero, el más alto de toda la serie. Cuando la inflación en los alimentos es mayor son las familias más pobres las más perjudicadas porque los hogares de menores ingresos destinan una mayor proporción de sus ingresos a comprar alimentos.
El programa de Precios Justos que lanzó el Gobierno no logra frenar la suba de precios, las empresas realizan maniobras para evadir el programa. Una medida elemental para atacar la inflación son los comités de trabajadores y usuarios para el control de precios desde los lugares de producción, pasando por todos los canales de distribución hasta la venta, y la exigencia de apertura de los balances contables de todas las firmas que aumentan sus precios.
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