A propósito de la campaña contra Yndira Sandoval, escribe Nancy Cázares, integrante de Pan y Rosas, ex detenida política y miembro del comité editorial de La Izquierda Diario México.

Nancy Cázares @nancynan.cazares
Martes 24 de octubre de 2017

Yndira Sandoval, luchadora social y defensora de los derechos de las mujeres denunció su detención, agresiones y abuso sexual por parte de la policía Claudia Juárez Gómez. El régimen preparó una respuesta, donde la policía Claudia Juárez Gómez niega lo ocurrido y se presenta como madre, indígena y trabajadora, esto me hizo recordar una anécdota que les comparto y que me ocurrió en los primeros pasos de mi actividad política:
En 2013 fui detenida con veinte compañeros, al final de la marcha del 10 de junio, nos llevaron al MP todos golpeados, nos formaron y nos pusieron a cada uno un "chambelán" (un policía). A las morras nos pusieron policías mujeres.
La mía parecía amable, me hizo la plática, inclusive habló por teléfono con su madre frente a mí. Tuvo la sangre fría de preguntarme detalles de mi detención y yo tuve un momento de estúpido alivio, por esa costumbre de sentirse "más segura" entre mujeres.
Ese momento se convirtió después en un testimonio firmado, en donde aseguraba que ella me había detenido, cuando en realidad me aventaron a la patrulla dos granaderos hombres, y también decía que yo la había llamado "puerca ignorante", que me había mofado de que ella no tenía estudios, alegando una especie de trato discriminatorio de mi parte. Al final esta declaración serviría para respaldar las acusaciones del gobierno en mi contra, por "ultrajes a la autoridad" y agresiones psicológicas en su contra.
Ella se llamaba Fabiola (o eso decía la placa en su uniforme) y me miró a los ojos antes de firmar una declaración llena de mentiras, que pudo costarme años en prisión. Para ella yo no era alguien objeto de "sororidad", sino una enemiga que debía aleccionar. Aprendí a la mala que ser mujer no la hacía confiable y que por su papel en la sociedad, eran otros intereses los que estaban en juego.
Yo no le creo a la policía que hoy dice ser trabajadora y niega haber violado e intimidado a Yndira, como no le creo a la que acusó a Jacinta, Alberta y Teresa de haber secuestrado a seis agentes de la AFI. Tampoco a la policía que dice que Mariana Lima se suicidó. Ni a la policía que boicoteó y ordenó abandonar la búsqueda de Karla Romero. Pienso que a estas alturas nadie debería hacerlo, pero más aún, cómo creerle a la policía de Guerrero, después de Ayotzinapa
El género nos une, pero la clase y los principios nos dividen #NiUnaMenos
#JusticiaParaYndira