Este impuesto equivaldría 5 veces lo que costó construir el hospital Néstor Kirchner o 2 veces el hospital Eva Perón
Martes 7 de abril de 2020 13:05
En el listado de las 50 familias más ricas de la Argentina que sale todos los años la revista Forbes, figuran dos familias tucumanas, ellos son la familia Lucci, dueña de citrusvil y Alberto Reinaldo Pierri dueño de la papelera Tucumán. Entre ambos suman un patrimonio de más de US$ 1200 millones.
Los hermanos Lucci figuran en el puesto 26 del ranking de la revista de negocios, con un patrimonio de U$S 700 millones. En el negocio del limón, ellos son los mayores industrializadores del mundo, incluso por encima de Citrícola San Miguel, porque su fuerte no pasa por la comercialización de fruta fresca, sino por la producción de jugo y esencias.
Mientras que Alberto Pierri ocupa el puesto 27, con un patrimonio de US$ 600 millones y son propietarios de Papelera Tucumán, además de tener negocios en telecomunicaciones como el canal 26, portales de noticias y una radio.
Si se aplicara un impuesto extraordinario del 3% a la riqueza de estas dos familias multimillonarias, se obtendrían unos US$ 21 millones de los Lucci y de los Pierri unos US$ 18 millones, que sumado serían unos US$ 39 millones cuyo equivalente en pesos seria alrededor de unos 2500 millones. Este dinero es mucho más de lo que Alberto Fernández destinó al refuerzo de emergencia al presupuesto de salud, que fue de 1.700 millones de pesos.
La inversión en la construcción del hospital "Néstor Kirchner" fue de casi 70 millones de pesos o del hospital Eva Perón, ubicado en Banda del Río Salí, fue de 120 millones de pesos. Es decir, que con sólo el 3% de esas fortunas podría construirse cinco veces el hospital Kirchner o dos veces el Eva Perón.
¿En que se podría destinar ese dinero?
Con los 2500 millones, retenidos a sólo dos familias de la provincia se podría comprar e invertir para el sistema de salud provincial, desde ya la suma sería mucho mayor si consideramos la fortuna de los Rochia Ferro. Se podrían comprar:
- 400 nuevos respiradores, que con un costo de $520 millones, duplicaría la cantidad con la que se cuenta actualmente, contemplando los que hay en el sector público y privado.
- 5000 nuevas camas ortopédicas. Actualmente existen 5400 camas en terapia intensiva, de las 10.000 necesarias según la OMS, cada una cuesta $50.000, comprar 5000 camas costaría $250 millones.
- La compra de materiales por $100 millones, para que las empresas textiles fabriquen todos los insumos para hospitales que sean necesarios.
- Incalculable cantidad de barbijos para ser distribuidos en toda la población. Y aún así nos quedarían $1500 millones.
En medio de la gran crisis sanitaria que atravesamos, es necesario afectar una pequeñísima proporción de las abultadas cuentas de los empresarios de la provincia. La plata para los recursos está, solo hay que afectar los intereses de una minoría en pos de salvaguardar la vida de millones. Con todos estos recursos, es increíble que no se pueda garantizar las más elementales medidas de bioseguridad para los trabajadores de la salud.
Ante la epidemia de dengue y coronavirus en la provincia es necesario un impuesto YA a las grandes fortunas.
El grupo Lucci está obligando a los trabajadores de citrusvil a ir a trabajar a pesar de que hay obreros con síntomas de contagio, ya que no cumplieron con la cuarentena obligatoria, luego de haber mantenido contacto con Ricardo Laudani, el primer fallecido por coronavirus en la provincia. Mientras que, en la papelera Tucumán, Reynaldo Pierri viene haciendo un proceso de vaciamiento despidiendo gente y llamando a retiros voluntarios.
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Es claro que a estos multimillonarios no les importa la vida de los trabajadores, tienen fortunas que no podrán gastar ni en dos generaciones, por eso los trabajadores no nos debe temblar el pulso en arrancarles parte de esa fortuna. Eso proponemos desde el PTS y el Frente De Izquierda, la aplicación de un impuesto a las grandes fortunas, tanto para garantizar insumos médicos, como para costear un ingreso de emergencia de $ 30.000 a todos los trabajadores precarios del país por los meses que dure la cuarentena.
La salida en favor de las amplias mayorías requiere un conjunto de medidas de emergencia sanitaria y económica, que estén a la altura de las necesidades sociales, para evitar que seamos los mismos de siempre quienes paguemos los costos de la crisis. Hoy más que nunca, nuestras vidas valen más que sus ganancias.