Luego de cuatro meses de cuarentena y sólo dos semanas de clases presenciales, el receso escolar llega a su fin. El problema alimentario se agrava. Desde la Izquierda Diario hablamos con familias y trabajadoras de la educación de La Plata que participan cotidianamente del reparto de bolsones.
Jueves 30 de julio de 2020 11:11
En éstos meses los bajos índices sociales heredados del gobierno de Vidal, no hicieron más que empeorar. Se destruyeron 749.480 puestos de trabajo, según viene informando regularmente el Observatorio de Despidos de La Izquierda Diario.
El gobierno otorgó una IFE de 10 mil pesos para los miles que viven del día a día y quedarse en casa les implicó no tener ningún ingreso, que no llega a todes y que es completamente insuficiente. Esto provocó un crecimiento de la pobreza y las necesidades alimentarias que se trasladaron a las escuelas.
En estos meses docentes y auxiliares, además de poner en pie un sistema de enseñanza a distancia desde cero y con sus propios recursos, fueron a las escuelas a repartir los bolsones que se distribuyen desde el gobierno.
Frente al aumento creciente del hambre el gobernador Kicillof duplicó el miserable presupuesto que otorgaba Vidal, llevándolo a 2.600.000.000 pesos en abril, llegando a 1.722.000 estudiantes, realizando la distribución en bolsones de alimentos de unos 750 cada 15 días según lo informado oficialmente, lo que implicaría alimentar a cada niño con 50 pesos por día.
Como planteó Claudio Dellecarbonara, al presentar el proyecto de universalización del SAE, ¿el gobernador alimenta sus hijes con 50 pesos? Actualmente les docentes y familias denuncian que ni eso se cumple, las distribuciones se hacen mensualmente y cada vez llegan menos productos, de peor calidad, cuando cada vez son más las familias que se acercan a las escuelas los días de reparto.
A La Izquierda Diario continúan llegando testimonios de docentes y familias, que denuncian que los bolsones no llegan a todes. Desde la ET Nª 3 de Los Hornos, en la ciudad de La Plata, una mamá nos cuenta que la última entrega que tenía como objetivo cubrir el receso escolar, llegaron 150 bolsones para 1000 estudiantes. Las familias fueron a hacer la fila bien temprano para poder llegar a recibir una bolsita con pocos productos y muy bajo valor nutritivo.
Nos acercó su testimonio la mamá de un estudiante de una de las escuelas más numerosas del Gran La Plata: “soy mamá de uno de los alumnos de la ET Nª 3 de Los Hornos, quiero comentarles que este mes y el mes anterior estuvieron entregando nada más 150 bolsones de mercadería para los estudiantes considerando que la escuela cuenta con aproximadamente con 1000 alumnos. Esa información la sé por los grupos de la escuela. Desde el equipo directivo ante esta situación se pidió que vayan las personas que “realmente lo necesitan”. Esto generó que tuviéramos que ir mucho más temprano para poder llegar dentro de ésos 150 números que nos daban y lamentablemente no llegó a cubrir ni la mitad del alumnado que tiene ésta escuela. Esto sucede también en otras escuelas públicas.
Como vemos hay un completo desinterés de las políticas públicas en lo que respecta a educación. Por el otro lado, respecto a la calidad de lo que entregan, incluyen harina, medio paquete de arroz, puré de tomate, 500 gramos de galletitas, polenta, una lata de arveja y a veces leche en polvo. Considero que estos alimentos no favorecen el desarrollo cognitivo de cualquier niñe o joven en proceso de desarrollo, según recomendaciones médicas. Por lo tanto también cuestiono la calidad. Creo necesario que esto se sepa. Los gobernantes cuando están en sus escritorios delineando las políticas públicas seguramente no deben consumir lo que le están dando a los estudiantes, por lo tanto si queremos una educación de calidad, tenemos que reclamar que se cumplan los derechos”.
Docentes y familias organizadas
Carolina Daglio, docente y delegada de la Secundaria N° 54, nos cuenta que “en éstos 4 meses de cuarentena, varias escuelas nos organizamos como la Secundaria 54, la 45, la 81, el Albert Thomas, y nos empezamos a coordinar porque las bolsas de alimentos no llegan a cubrir a todes les estudiantes que las necesitan y tienen un bajísimo valor nutritivo. Como respuesta, el gobierno fue aumentando los cupos a cuentagotas, mostrando que nunca tuvo una intención real de resolver el problema, que siguen sin entregar elementos de higiene y de cuidado y que siguen faltando 9000 cupos en el distrito de La Plata, y que en el resto de la Provincia la situación es muy parecida”.
“He participado de seis jornadas de reparto de mercadería en la escuela industrial Albert Thomas. Desde el primer momento vimos insuficiente la cantidad de alimentos que se le daba a cada familia, por eso la llamamos "bolsita" en contraste con el nombre oficial de “bolsones”. Hemos denunciado en notas a la escuela y en el sindicato de docentes el hecho aberrante de que no estén incluídos alimentos frescos como frutas y verduras-vitales en la dieta de los chicos-, ni de limpieza, también imprescindibles en el contexto de un virus tan peligroso” expresa Laura, docente de esta escuela.
“Observamos con bronca y enojo cómo las familias debían esperar con frío en la vereda a que llegara el camión, y cómo muchas personas se quedaban sin nada al acudir cada vez más gente a la entrega. Muchxs familiares manifiestan en estos encuentros sus dificultades para acceder al material educativo online, e incluso se juntaron firmas para pedir a la escuela la impresión de materiales para que ningún alumnx quede fuera por no tener internet o dispositivos, es decir, por no ser desterrados de la escuela pública y gratuita por ser pobres.
Desde el Albert Thomas, los docentes organizamos colectas para compensar la falta de ayuda que se le exige al Estado, ponemos a disposición nuestros números de teléfonos personales para intentar dar respuesta a tanta demanda, pero no alcanza. Se elevaron notas para pedir más bolsitas de las 150 que llegan desde la primera entrega, pero nunca varió la cantidad. Se desoye el pedido, nos envían mercadería de manera automática sin ver qué hace falta, si es suficiente o no, según la matrícula de cada escuela. Hay familias que tienen más de un estudiante en la escuela o tienen muchos niños y siguen sin recibir respuesta del gobierno de Kicillof.
Hay otras familias que no pueden acercarse al reparto porque viven en barrios alejados, o aislados por la policía por casos de Covid 19, o que tienen miedo de viajar por los controles policiales. La situación es indignante y perversa”, concluyó Laura.
Como plantea el amparo presentado por el CeproDH ( Centro de profesionales por los Derechos Humanos), familias y docentes de la región, hoy más que nunca es necesario aumentar los cupos y proveer de alimentos suficientes y saludables a todos los pibes.