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Gastón Remy Economista, docente en la Facultad de Cs. Económicas de la UNJu. Diputado provincial del PTS - FITU en Jujuy, Argentina.
Jueves 24 de junio de 2021 08:42
A lo largo de la intensa campaña militante del PTS en el Frente de Izquierda a lo largo y a lo ancho de la provincia dejamos acá algunas primeras reflexiones políticas. Luego del domingo se podrán cotejar los resultados y un posterior análisis.
Primero: Detrás de la escena de los actos y discursos del gobierno de Gerardo Morales y sus socios del PJ, transcurre otra realidad. Un fuerte hartazgo de amplios sectores de la clase trabajadora con los partidos tradicionales y la difícil situación económica. “Cada día nos hacemos más pobres, mientras ellos se hacen socios para seguir ganando” indica un vendedor de café en la puerta del edificio municipal ex 4 de junio ubicado en la capital jujeña. La provincia terminó segunda en 2020 con el mayor número de puestos de trabajo registrados destruidos y actualmente, sin recuperación a la vista (según la OCDE recién en 2026 la economía argentina volvería a niveles de pre pandemia), el total del empleo retrocedió a niveles de 2012. Mientras el trabajo en las ferias, la venta ambulante y las changas se multiplica sin cesar. Quienes más sufren este mecanismo de resolución de la crisis por parte de las patronales y sus gobiernos son los jóvenes. A ellas y ellos se los pretende ubicar dentro de quienes más aportan a la antipolítica y a salidas por derecha a favor de un capitalismo salvaje como postulan los liberales, pero detrás de esta operación mediática sobre la cual hay millones de dólares de grandes grupos económicos que financian a Espert o Milei, se esconde una realidad donde amplios sectores de la juventud así como rechazan a los partidos tradicionales y le deben poco y nada a los gobiernos kirchneristas, también comienzan a ver con mucha simpatía las ideas de la izquierda desde donde pensar un futuro que no sea el de la precarización laboral, la falta de oportunidades de estudio o el maltrato por portación de rostro como indicaba Agustín Valerian de Perico uno de los candidatos más jóvenes de esta elección.
Segundo: con esta caliente realidad de fondo el régimen bipartidista de la UCR y el PJ optaron por adelantar las elecciones en plena pandemia, mientras sus senadores y diputados votaron postergar las PASO para septiembre, bajo un frío cálculo de que vote menos gente y solo ellos pasen el piso proscriptivo de 30.000 votos. De esta forma, ellos quieren una Legislatura y concejos deliberantes solo con integrantes de dos fuerzas. Este plan se complementó con una táctica de “campaña sin campaña” donde Morales profundizó el estilo del anuncismo permanente de obras (ya inauguradas) u otras a falta de medidas concretas frente al desempleo y el hambre que recorre los barrios. El PJ se mantuvo estático en su interna, a fuerza de acusaciones, sanciones a legisladoras críticas sobre su presidente partidario, pero sin debatir nada del modelo de provincia de Morales. Menos aún la política económica de Alberto Fernández sobre la cual también hay cada vez más sectores decepcionados. A fuerza de aparato, millones de pesos aportados por los dueños de la provincia y con los grandes medios de su lado, hicieron una campaña donde no se discuta nada. Saben que de hacerlo puede colarse no solo la bronca popular, si no también quedar más claro quiénes son sus responsables y por qué la izquierda es la única alternativa política. No son sonsos, optaron por no jugar con fuego.
Tercero: las crecientes dificultades de las dos grandes coaliciones de gobierno, el Frente de Todos y Cambiemos, junto a sus expresiones en las provincias como Jujuy con la sociedad de Morales y el PJ (que está dentro y fuera de su gobierno) para seguir administrado una política de ajuste al servicio del FMI que continúa pese a que Macri se fue. Todo esto es visto con preocupación por analistas que recorren todo el arco político e ideológico. El dolor del ajuste macrista está bastante fresco y la desilusión creciente con el Frente de Todos demasiado presente, ¿A dónde va a ir a parar toda esa bronca? ¿Cómo se va a expresar electoralmente? ¿Ganará el voto castigo? Es lógico lo que se preguntan, pero para ser sinceros lo que también deberían preguntarse por qué la izquierda no puede ser un actor que capitalice en gran medida este malestar social. Más aún cuando es la fuerza política que participa y ayuda a organizar las principales peleas de la clase trabajadora, los reclamos de la juventud y del movimiento de mujeres o de los pueblos originarios. Si vemos la región, la vuelta de los levantamientos y revueltas populares en Chile, Ecuador, Colombia, la derrota a los golpistas en Bolivia o las recientes elecciones en Perú allí se vive un cambio de ánimo de la clase trabajadora y un corrimiento hacia la izquierda en sus preferencias políticas. Esta realidad es parte de las preocupaciones de los periodistas y redacciones de los grandes formadores de opinión, aunque traten de que en sus páginas se note lo menos posible.
Cuarto: hartazgo con los partidos tradicionales, bronca con el gobierno de Morales y decepción con Alberto, enojo con las direcciones sindicales que dejan pasar los ataques, hambre y una economía que no da señales de vida, todo esto es un caldo de cultivo. ¿Cómo puede seguir la película? Con calles y rutas donde se exprese toda este profundo malestar, con la clase trabajadora peleando por defender sus salarios como también el derecho a tener un plato de comida para llevar a su mesa. Pero también que todo esto sea junto a la izquierda que no tranza con el poder y que se constituya cada vez más como canal de organización y expresión política de amplios sectores que quieren poner un freno a los poderosos. En este sentido, el llamado de Nicolás Del Caño y Myriam Bregman a unir a toda la izquierda clasista y que está en las luchas en todo el país. Y como sostuvo mi compañero Alejandro Vilca en un programa de TV el lunes, “Apostamos a ser la tercera fuerza en la provincia”. Se trata no solo de un anhelo, si no de una posibilidad altamente probable. Por eso es que nos quieren excluir, nos atacan y nos proscriben. Pero no vamos a bajar los brazos, con tu apoyo podemos ponerles un freno y darle más fuerza a las peleas que se vienen. Esto es lo que está en juego más acá este 27J y más allá para que no nos roben el presente ni el futuro.

Gastón Remy
Economista, docente en la Facultad de Cs. Económicas de la UNJu. Diputado provincial del PTS - FITU en Jujuy, Argentina.