Esta semana en Villa Mascardi el Gobierno y el Poder Judicial montaron una escena para justificar una nueva avanzada contra la comunidad Lafken Winkul Mapu. Allí fue asesinado Rafael Nahuel hace ocho meses.
Daniel Satur @saturnetroc
Sábado 21 de julio de 2018
La fiscal federal de Bariloche Sylvia Little emitió este viernes un comunicado en el que “informa sobre los hechos acaecidos” el jueves en Villa Mascardi “mientras se intentaba llevar adelante una inspección ocular, autorizada por el juez subrogante de dicha localidad, Gustavo Villanueva”.
Según su versión, Little había pedido el miércoles a Villanueva que la autorizara a realizar una inspección en las instalaciones del Hotel IOS, ex Mascardi, ubicado en el kilómetro 2006 de la Ruta Nacional 40.
El pedido se apoyaba en la denuncia del intendente de Parques Nacionales, difundida ampliamente días antes por algunos medios, según la cual el hotel (propiedad de PN) estaba siendo ocupado por miembros de la comunidad mapuche Lof Lafken Winkul Mapu. Se trata de la misma comunidad a la que pertenecía el joven Rafael Nahuel y que habita una parte recuperada del territorio ancestral lindante con el edificio hotelero.
La fiscal Little afirma que solo buscaba constatar si el hotel “registraba ocupantes” como había sido denunciado. Pero que al momento de llevar adelante la inspección el procedimiento “debió ser suspendido” a poco de empezar, “como consecuencia de las agresiones sufridas por parte de un grupo de personas encapuchadas que, desde la montaña, puntualmente desde el terreno contiguo (también propiedad de Parques Nacionales) que se encuentra usurpado desde el mes de noviembre de 2017 por la aludida comunidad, comenzaron a arrojar piedras mediante la utilización de gomeras y bombas molotov”.
La funcionaria no pudo dejar de reconocer que, para llevar adelante la “inspección ocular”, ella y el personal de Parques Nacionales que la acompañó fueron custodiados por decenas de efectivos de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) y por “peritos” de Gendarmería Nacional. Es decir, las mismas fuerzas que, junto a la Prefectura y la Policía Federal, sistemáticamente amedrentan a las comunidades originarias de la Patagonia.
En su relato, la fiscal afirma que la PSA y Gendarmería actuaron solo “en las inmediatas adyacencias del hotel” y que “el ataque se inició desde la montaña”. Es más, dice que “con el objeto de calmar la situación, el Comisionado General Frankemberger, a cargo del operativo, les intentó hacer saber en reiteradas oportunidades que se estaba llevando a cabo sólo una inspección judicial en el Hotel”.
“Personal civil fue retirado de la zona custodiado por la fuerza de seguridad, oportunidad en la que los agresores bajaron desde la montaña y hasta la ruta, para intentar continuar con el ataque”, agrega Little. Y lejos de mencionar los balazos de goma que lanzaron los uniformados, afirma que “ante la cantidad de turistas presentes en el lugar, la Policía de Seguridad Aeroportuaria priorizó la seguridad de éstos, desconcentrándose la situación momentos después”.
Eso sí, la fiscal termina el comunicado informando que “se ha constatado fehacientemente la turbación de la posesión del Hotel IOS”, por parte de los miembros de la comunidad Lof Lafken Winkul Mapu.
Desmentida 1
“El hotel no está ocupado por la comunidad. Al enterarnos de que la Policía estaba acercándose al predio fuimos lo más rápido que pudimos. Cuando llegamos el operativo ya se había retirado y la cantidad de proyectiles de goma que había en las inmediaciones del hotel era impresionante”, relató a La Izquierda Diario una integrante de la Multisectorial contra la Represión Bariloche.
La mujer (de quien se preserva su identidad) reconstruyó cómo fue el operativo a partir de los testimonios de los propios mapuches reprimidos por la PSA: “Primero tiraron bombas de estruendo dentro del hotel (que está desocupado) como para crear temor en la comunidad que está muy cerca. Al rato empezaron a querer ingresar a la comunidad con la justificación de una inspección ocular, pero sin ninguna orden judicial. Al final avanzaron”.
Una vez que la Policía entró en la comunidad los jóvenes mapuches comenzaron a defenderse con las piedras que tenían a mano mientras las mujeres, junto a las niñas y niños, se dirigieron hacia el cerro.
“En un momento, no se sabe por qué razón, la Policía se retiró de repente”, agregó la militante de la Multisectorial, para quien “evidentemente el mensaje era amedrentar y decir ‘en cualquier momento podemos volver’”.
Desde la propia comunidad mapuche informaron que la represión dejó tres jóvenes heridos con balas de goma y una mujer embarazada que sufrió pérdidas al tener que correr bajo la balacera de la PSA. La fiscal Little, por su parte, no pudo mencionar en su comunicado la existencia de un solo uniformado herido siquiera con un roce de alguna piedra.
Desmentida 2
En la noche del jueves el colectivo La Gremial de Abogados, cuyos miembros representan a la comunidad mapuche del Pu Lof Lafken Winkul Mapu, publicó un comunicado en el que desmienten categóricamente la versión oficial sobre lo ocurrido.
“A partir de distintas informaciones periodísticas que daban cuenta de una supuesta ‘ocupación’ del Hotel Mascardi por parte de la comunidad, las que eran absolutamente falsas y que evidentemente apuntaban a generar el terreno fértil para una nueva acción represiva, se produjo una nueva agresión”, dice el comunicado.
La organización de abogadas y abogados detalló que el jueves “ingresaron en el predio del hotel, en forma sorpresiva, cerca de 50 efectivos del grupo Alacrán de la Policía Federal y de Gendarmería, portando armas largas y hasta sierras eléctricas, con la excusa de una inspección ocular en el edificio. ¿Semejante despliegue para una inspección ocular?”, se preguntaron.
“El objetivo real era otro, atacar al Pu Lof, a las tierras cuyo desalojo se encuentra suspendido y en donde fuera asesinado Rafita (Nahuel). Lo que realmente hicieron no fue ir al hotel sino a un predio bien distinto al que supuestamente debían inspeccionar. Ingresaron sin orden judicial ni petición previa a los moradores. Lanzaron bombas de estruendo, gases lacrimógenos y efectuaron disparos de escopetas”, denunció La Gremial.
Para el colectivo defensor de los derechos humanos “esta acción desnuda las verdaderas intenciones de un gobierno que está decidido a hostigar y reprimir al pueblo mapuche para llevar adelante una nueva campaña del desierto en beneficio de los mismos intereses de siempre que, ciertamente, no son los del pueblo argentino”.
Además de entender la respuesta de los jóvenes mapuches, arrojando piedras frente a la avanzada de las fuerzas represivas, como “ejercicio de la legítima defensa”, la organización manifestó que “la ilegitimidad e ilegalidad del accionar de los esbirros, ya de por sí ostentosa, adquiere más profundidad toda vez que un compañero abogado de nuestra Gremial se presentó de inmediato ante el Juzgado Federal, en donde negaron enfáticamente haber dado orden de ingreso al Pu Lof y dijeron no tener informe alguno de las fuerzas ocupantes acerca de enfrentamientos o disparos”.
Desde el colectivo de abogadas y abogados informaron que acercarán al Tribunal “los cascos servidos de las municiones y otros elementos” que recogieron tras la intervención policial encabezada por la fiscal Little en compañía de funcionarios de Parques Nacionales.
Daniel Satur
Nació en La Plata en 1975. Trabajó en diferentes oficios (tornero, librero, técnico de TV por cable, tapicero y vendedor de varias cosas, desde planes de salud a pastelitos calientes). Estudió periodismo en la UNLP. Ejerce el violento oficio como editor y cronista de La Izquierda Diario. Milita hace más de dos décadas en el Partido de Trabajadores Socialistas (PTS).