El sindicato de trabajadores de la educación aceptó la oferta salarial del gobierno provincial, como todos los gremios estatales. Esto expresa su debilidad a la hora de plantarse contra un gobierno de derecha que ataca sistemáticamente a las y los trabajadores de la educación. Entrevistamos a la delegada Virginia Pescarmona y el delegado Martín Baigorria de la agrupación 9 de abril/Lista Bordó, las únicas voces opositoras a la conducción en el plenario provincial.
Domingo 6 de agosto de 2023 14:50
La Izquierda Diario: ¿Cuáles fueron los motivos por los que el Sute aceptó la propuesta del Gobierno?
Virginia Pescarmona: Para comprender las votaciones en el sindicato, es necesario poner sobre la mesa que en las escuelas hay desconfianza con la conducción Azul Naranja desde el conflicto del año pasado.
Antes del receso invernal, la conducción mostró intención de hacer cuatro días de paro para la primera semana de agosto. En ese sentido comenzamos a discutir en las escuelas cómo organizar y garantizar esa medida de fuerza. Nos sobran motivos para hacer paro: nuestros salarios son de los más bajos del país y con una inflación por la que cada vez alcanzan para menos. No paran de subir los alquileres, los impuestos y los alimentos.
Por su parte, el Gobierno hizo una nueva oferta salarial horas antes de los plenarios departamentales y la conducción que había amagado con el paro, pasó a militar la aceptación de la propuesta. Las dudas que había sobre la voluntad de lucha de la conducción se hicieron realidad. Esto profundizó la desconfianza.
Martín Baigorria: Las trabajadoras y trabajadores de la educación estamos enfrentando las consecuencias de la crisis y el ajuste de manera colectiva. Los debates sobre esto incomodan a la conducción y su agrupación: durante el plenario hubo insultos, gritos y hasta se cortó el micrófono a quienes abrimos esta reflexión. La actitud se explica por su alineamiento con el gobierno nacional.
LID: ¿Por qué hay desconfianza con la conducción en las escuelas?
V.P.: Después del paro del año pasado con apoyo de la comunidad educativa y masivas movilizaciones, la conducción firmó un acuerdo paritario de pobreza y dejó pasar los descuentos por días de paro. Este año solo han aceptado acuerdos paritarios muy por detrás de los aumentos de precios. Todo esto está en debate en las escuelas. Aunque no fue el contenido del debate que impusieron en los plenarios.
Desde la Corriente 9 de abril lista bordó, dimos el debate en las escuelas y en los plenarios. Pero las intervenciones de los miembros del secretariado provincial se centraron en atacar a la oposición, en cuestionar a quienes sostuvimos una postura de rechazo al acuerdo. La conducción defiende que el acuerdo es insuficiente, pero el único posible.
Este sindicato lo hacemos con quienes estamos en las escuelas, todas y todos los que hacemos la escuela, quienes la militamos, quienes están afiliados y quienes no y sobre todo con la militancia de delegados y delegadas, activistas circunstanciales o más permanentes. Estuvimos en la marcha de antorchas cuando desde el escenario se dijo “no vamos a llamar un paro desde el escritorio”. Me quedó grabada esa frase y obvio que no se llaman los paros desde el escritorio. El tema es qué retroceden “desde el escritorio”.
M.B.: En los plenarios estaba sobre la mesa la aceptación de la propuesta, pero eso no refleja la totalidad de lo que se discutió en cientos de escuelas, de todo lo que está pasando en el día a día y de cuál es nuestra realidad. Se dijo desde la mesa que el acuerdo es insuficiente, que la propuesta no resuelve, y efectivamente hay decenas de escuelas que en cada departamento votaron rechazarlo.
LID: ¿Entonces, hubo escuelas que rechazaron la propuesta?
V.P.: Sí, donde hubo debate. Y es un dato a tener en cuenta
porque si una escuela rechazó es porque hubo discusión, hubo argumentos y hubo compañeros y compañeras que pusieron su firma y dijeron “esto no nos alcanza, esto no nos sirve, esto no nos resuelve y queremos más”. Incluso hubo escuelas que efectivamente dijeron que el rechazo implica un compromiso de ir por más.
Muchas escuelas rechazaron la propuesta paritaria porque la situación es delicada. En la paritaria se ofrecían para docentes salarios mínimos que no cubren la canasta básica de alimentos que el mismo gobierno contabiliza que está en $217.000. Para celadores salarios mínimos que no llegan a superar la línea de indigencia de $88.000, siendo una vez más los más afectados. Hay gente que está por debajo de la línea de indigencia trabajando en las escuelas. ¿Por qué tiene que ser aceptable eso? ¿Por qué festejar la pobreza?
Estamos al límite de la canasta, pero decían que había que aceptar porque es “un pasito”. No es un pasito, es un retroceso. A pesar de eso la mayoría de los mandatos de las escuelas fueron de aceptación y respetamos esos mandatos a pesar de que no se iba a votar lo que a nosotros nos parece mejor.
M.B.: En el plenario provincial se escuchó a la conducción Azul Naranja decir que traer un mandato de rechazo es ir en contra de los intereses de los compañeros y compañeras. Pero hay delegados y delegadas que llevaron mandato de rechazo y no se les puede acusar a quienes van a la escuela, al sindicato o a las marchas, de militar contra los y las compañeras por rechazar una propuesta.
Este es otro de los motivos por los que hay desconfianza con la conducción del SUTE. No se habla de la realidad que llevó a decenas de escuelas a rechazar la propuesta salarial. Además, sigue pasando lo mismo que el año pasado, la conducción propuso a todas las escuelas mandatos de aceptación por las redes sociales y lo militó en las escuelas y eso no da confianza para pelear ni para construir un paro. Que la conducción de tu sindicato baje el mandato de aceptar hace complejo ver que hay fuerza para pelear.
LID: ¿Es un problema exclusivamente de Mendoza los salarios bajos?
M.B.: Claramente la realidad salarial de pobreza no es exclusiva de Mendoza. La crisis llevó a trabajadores de la educación de 10 provincias a construir paros este año. En el plenario se votó sesionar en solidaridad con la lucha del pueblo de Jujuy y es muy importante porque es un ejemplo de cómo se puede enfrentar el ajuste de gobiernos radicales. Tenían el mismo sueldo que nosotros y gracias a la enorme lucha que siguen llevando adelante junto a la salud, mineros, comunidades originarias y estudiantes, consiguieron un piso de $200.000 y siguen luchando por tirar abajo la reforma de la constitución en unidad. Entre otras cosas porque es una reforma constitucional que prohíbe las huelgas como la que están llevando adelante y con la que se consiguió el aumento, por ejemplo. De la misma manera, prohíbe los cortes de ruta que es la medida que se toma junto a las comunidades originarias para enfrentar el saqueo del litio.
A contramano de ese ejemplo, la conducción Azul Naranja militó firmar un acuerdo de pobreza e indigencia afirmando que no alcanza pero que es todo lo que se puede, abonando la resignación. Hablan mucho del gobierno de derecha y antiobrero que nos odia que es verdad, pero al mismo tiempo evitan que se luche, que enfrentemos al gobierno en meses de elecciones y colaboran en la aceptación del ajuste. Le evitaron conflictos al gobierno provincial en medio de las elecciones, le dieron la paz social.
LID: ¿Cuál es el escenario que se viene?
V.P.: La semana pasada se firmó un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional que dice obliga a contener la masa salarial, actualizar las tarifas eléctricas y fortalecer el control de gastos. De parte de todos los frentes y partidos que ya han gobernado, se escucha en campaña electoral que gane quien gane las elecciones tanto Unión por la Patria, Juntos por el Cambio o La Libertad Avanza, tienen un acuerdo: continuar reventándonos. En este marco es un problema la resignación que se quiere imponer en nuestro sindicato.
Con resignación, con “pasitos” que no conforman, ni resuelven, atacando el debate y la disidencia o firmando todo al gobierno, venga el gobierno que venga se va a encontrar a las escuelas y los trabajadores y las trabajadoras más débiles para enfrentar sus medidas de ajuste, que implican represión, saqueo de los bienes comunes naturales, ataques a derechos laborales y aún más recortes a la educación pública.
LID: ¿Cuál es la salida para estas problemáticas?
M.B.: Nuestra agrupación, como salida a estos problemas, plantea el ejemplo de Jujuy, que no es una lucha solo salarial, sino que es una lucha con todas las comunidades indígenas, con otros sectores de trabajadores y trabajadoras. Están peleando por salario y también enfrentando este consenso de pagar la deuda con el FMI, que incluye el extractivismo y el saqueo del litio, de nuestros bienes comunes, de vaca muerta y el agua.
Nosotros vemos que la salida es pelear porque sus planes no son buenas noticias para la clase trabajadora. Massa en Mendoza anunció favores impositivos a los grandes bodegueros, quieren avanzar con la megaminería y en eso nos parece importante el rol que pretende jugar el sindicato. Desde nuestra agrupación planteamos que el sindicato tiene que ser una herramienta de organización contra el ajuste, contra todos los planes extractivistas y en solidaridad con las comunidades como el pueblo nación mapuche, que en Malargüe pelea por sus tierras, por ejemplo. Creemos que al FMI se lo enfrenta peleando y en unidad con todos los sectores de trabajadores y de trabajadoras, y con las comunidades educativas.
Entonces, la discusión para nosotros es si esta herramienta de organización sindical va a servir para enfrentar los planes de ajuste, para enfrentar el extractivismo, si va a servir para pelear en serio contra el gobierno de Suarez y Cornejo como está peleando el pueblo jujeño contra su amigo Morales. Si vamos a convocar y estar en serio en las calles, si vamos a preparar paros enormes para enfrentar a la derecha, que es donde se la tiene que enfrentar. O si este sindicato va a ser una escribanía del FMI y del gobierno de Cornejo y Suárez donde le firman todas las actas y todas las paritarias.
LID: ¿Qué opinan sobre el escenario electoral?
V:P: Lejos de culpar por el gobierno a los y las trabajadoras de la educación hay que poner en debate una salida propia, independiente de todas las variantes políticas que ajustan, que pactan con el FMI, que sostienen el desfinanciamiento progresivo y constante sobre la educación pública.
Los plenarios del SUTE no pueden ser la tribuna de campaña electoral de Massa, el amigo de Gerardo Morales, el que firma ajuste fiscal y tope a los salarios con el FMI. Tampoco de Grabois, que es un títere de Massa, disfrazado de progresista.
Como trabajadores y trabajadoras apostamos al debate democrático en las escuelas, planteamos que no podemos conformarnos con “por lo menos un pasito”, porque la situación no da para más. Quienes integramos la Corriente 9 de abril lista bordó, también opinamos que la salida a esta crisis no es sólo sindical y que hay que dar una batalla política. Por eso apostamos a las propuestas y conformamos las listas del PTS en el Frente de Izquierda Unidad. A nivel nacional junto a Myriam Bregman y Nicolás del Caño y en Mendoza junto a Lautaro Jimenez y Noelia Barbeito, que son docentes y candidatos a gobernador y vicegobernadora. También junto a Laura Espeche, Esteban Rodríguez y decenas de compañeros y compañeras trabajadores de la educación que integran las listas. Proponemos, no solo cuestionar la realidad de la educación que nos preocupa y ocupa cada día en que estamos las escuelas, sino verdaderamente dar vuelta las prioridades y conquistar más y mejor educación, salarios que cubran la canasta familiar, más presupuesto y terminar con el ajuste permanente de todos los gobiernos.