Las detenciones por presunta violación del aislamiento social y obligatorio son moneda corriente y se incrementan con el transcurso del tiempo porque cada vez son más los que tienen que salir a la calle para trabajar de manera informal.
Miércoles 20 de mayo de 2020 11:46
En el día de ayer una mujer de 65 años fue detenida por la policía de la ciudad. La detención se produjo mientras se encontraba vendiendo viandas de comida en una playa de camiones, allí mismo fue detenida por violar la cuarentena obligatoria y por no contar con un permiso municipal para la venta ambulante. Luego del secuestro de la mercadería fue trasladada a la comisaria donde la notificaron de la infracción y la causa que se iniciaría. Además de la situación que le toco vivir, durante el día de ayer circularon imágenes de la señora detenida lo cual genero un gran repudio en las redes sociales.
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A medida que avanza y se sostiene la cuarentena obligatoria vemos como la policía bajo las órdenes del gobierno municipal, en este caso, pero también provincial y nacional en el resto del país, vienen fortaleciendo el control y la represión con la excusa de garantizar medidas sanitarias. Lo que intentan ocultar es algo que cada día es más evidente, el aislamiento es casi imposible de sostener para una gran mayoría. Aquellos que trabajan fuera de sus casas de manera informal o de changas que garantizan la subsistencia del día a día, no pueden seguir quedándose en casa, porque esto implica no poder comer ni alimentar a sus familias.
El IFE de $10.000 resulta insuficiente y no cubre a todos aquellos que la solicitaron, y al día de hoy siguen sin aparecer las medidas necesarias para sostener un aislamiento obligatorio con una canasta básica que ronda los $60.000. La mayoría de los solicitantes, ya sean aquellos que pudieron acceder como los que no, son jóvenes que se encuentran desempleados o que trabajan en lugares que precarizan y maltratan, donde los despidos y las rebajas salariales son cada vez más comunes. Motivo por el cual vemos hace días como son estos mismos jóvenes los que se están organizando alrededor de una Red de Trabajadores Precarios e Informales para hacer frente a la crisis que cada día avanza sobre sus condiciones de vida.
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Ante la falta de soluciones reales, la militarización no solo se sostiene sino que además se incrementa. Desde el gobierno continúan destinando fondos a las fuerzas represivas en vez de garantizar licencias pagas o salarios dignos para los trabajadores informales. Del mismo modo, siguen aumentando los despidos en los diferentes sectores, ante un DNU insuficiente y que no se respeta desde el momento en que salió a luz, cada día se agrava la situación de cientos de trabajadores.
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Como se demostró desde el día cero de la cuarentena obligatoria, y se comprueba con el correr de los días, el “Quédate en casa” no es para todos y se vuelve insostenible con el paso del tiempo.