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Entrevista. Sebastián Basalo, director de THC: “El narcotráfico es una creación del Estado”

En el año en que la publicación cumple 10 años La Izquierda Diario visitó la redacción de la revista y entrevistó a Sebastián Basalo, su director. ¡Mirá el video!

Florencia Sciutti

Florencia Sciutti @FlorSciutti

Viernes 7 de octubre de 2016

Entrevista a Sebastián Basalo, director de la revista THC - YouTube

Fotografías: Matías Salazar

10 años de THC

Contanos con qué objetivo surgió la idea, allá por el 2006, de hacer una revista sobre cultura cannábica

  •  En diciembre de este año la THC va a cumplir 10 años. Salimos en diciembre del 2006. Principalmente con la intención de informar acerca del uso de marihuana y del resto de las sustancias psicoactivas, partiendo de la base que esas sustancias se usan, pese a que muchos lo quieran negar u ocultar, o crean prohibiendo ese consumo o criminalizandolo van a lograr que disminuya. Como el consumo existe nos parece que informar acerca de los efectos, los riesgos y las características de cada una de las sustancias; es la mejor manera de mejorar la salud de las personas.

    Porque en el caso del uso de sustancias psicoáctivas la información es sencillamente la diferencia entre la vida y la muerte. Que alguien sepa cuál es la dosis media y cuál la letal de una sustancia, es básicamente lo que determina que una sustancia x cumpla su efecto ó que además de eso produzca una sobredosis y la muerte. Por eso informar sobre estas cuestiones es uno de nuestros pilares.

    El segundo es dar a conocer, mostrar a la sociedad y ser un punto de encuentro de una cultura que indudablemente creemos que existe alrededor de la marihuana. Esa cultura está compuesta por una multiplicidad de fenómenos. Una especie de fenomenología que existe alrededor de la marihuana; que tiene que ver no solo con su consumo, sino con su presencia simbólica en un montón de espacios y también con sus diversísimos usos que van desde el místico o religioso del rastafarismo hasta el uso social de personas que se fuman un porro en ronda. La marihuana a diferencia de otras sustancias, que quizás se consumen de forma aislada, tiene esa característica de furmarse en ronda. Por su forma de consumo y por sus efectos fomenta la sociabilidad, es un punto de encuentro. Mostrar esa cultura es quizás el segundo objetivo de la revista, teniendo en cuenta que hay un montón de culturas que tienen medios de expresión, hay cultura de rock y revistas de rock, cultura de autos, revistas de autos, porque no iba haber una revista que nuclee la cultura alrededor del cannabis.

    Y el tercer punto, tiene que ver con lo que para nosotros es nuestra bandera política, que es enseñarle a la gente a cultivar marihuana. Nosotros no queremos que nadie que no fuma marihuana la fume, no creemos que la marihuana le haga bien a todo el mundo; lo que sí queremos es que alguien que decidió consumir marihuana no empeore su salud consumiendo una sustancia podrida, que no ponga su plata en el mercado negro financiandolo. La única herramienta frente a un Estado que criminaliza el consumo y promueve el narcotráfico a través de la prohibición, más allá de pedirle al Estado que cambie las leyes, es enseñarle a la gente que cultive su marihuana.

    Para nosotros cada persona que abandona el narcotráfico y cultiva su planta a partir de algo que leyó en la revista es un triunfo político enorme.

    En una entrevista definiste a la THC como una “revista política”. ¿Por qué haces esa definición?

  •  Creo que THC es un medio político, no necesariamente porque hablemos de política. Aunque le dedicamos a la política algunas páginas, de hecho es una revista que tiene casi todas las secciones más comunes que tiene cualquier medio de comunicación tenemos sección de cultura, de espectáculos, de deportes, de sociedad, de política, crónicas. La revista es lo que nosotros llamamos periodismo cannabico. Pero THC es un medio político porque fomenta la discusión política. Porque hace que una persona que se compro la revista y pagó hoy en día $ 56, por ejemplo un pibe que fuma marihuana -y tiene que ir a comprarla a lo de un dealer- llega a la casa, pone la revista en la mesa y a partir de lo que figura en la revista logra que se discuta el tema en familia y quizás sus viejos se convenzan y le permitan cultivar marihuana en su casa y así abandonar el mercado negro. Para ese pibe, no sólo la discusión que se dio en la familia es importante, sino que capaz los cincuenta y pico de pesos que gastó en la revista es la plata más importante o más efectiva que invirtió en su vida.

    THC es un medio político porque fomenta la discusión política

    Son una revista independiente, ¿cómo se financian?

  •  Nosotros hoy en día nos financiamos casi 50 y 50 promedio de porcentaje de nuestros gastos con las publicidades y con la venta en kioscos. Hoy THC edita 30.000 ejemplares por mes de los cuales vendemos el 70/80 %, siendo uno de los tres medios en categoría mensual con más venta en todo el país. El otro 50 por ciento de nuestros gastos los solventamos con publicidades, de las cuales la mitad son propias de la temática asociada al cultivo: fertilizantes, abonos, macetas, locales que venden insumos para el cultivo y la otra mitad son publicidades de marcas de ropa, publicidades incluso oficial, hasta el último cambio de Gobierno nosotros teníamos pauta oficial de Presidencia de la Nación, hasta marcas de celulares. En una línea que se está abriendo cada vez más, al principio las publicidades eran poquitas y muy circunscritas al universo cannábico. Por suerte en esta naturalización, que venimos dando el debate en la sociedad, hizo que además de un montón de aperturas a nivel discusión de la temática también se abriera la presencia de otros anunciantes. Porque el pibe que consume la THC, además de estar interesado en la marihuana tiene otro montón de intereses, por suerte los anunciantes se dieron cuenta. Y también de que somos un medio que vende mucho porque tenemos una relación de ida y vuelta muy fuerte con nuestro lector. Los lectores desde hace diez años mandan fotos con sus plantas, con el riesgo que tiene eso de ir preso, pura y exclusivamente para revalidar y hacer presente, público, su acto de disidencia política.

    En varias entrevistas has planteado que han tenido o tienen varios problemas en lo que hace a la distribución de la revista. ¿Cuáles son? ¿A que se deben?

  •  Sí, tuvimos problemas de distribución en un comienzo, apenas salimos, porque en Argentina la distribución de revistas es un mercado que está muy desregulado. Hubo una Ley de Servicios de Comunicación Audiovisuales hace algunos años, mas menos criticable no me voy a meter en ese tema, pero que por lo menos reguló -con sus limitaciones- los medios radiofónicos y de televisivos. No así los medios gráficos, con lo cual nosotros estamos expuestos a un monopolio, en un montón de zonas de distribución, donde determinadas empresas son únicas a la hora de distribuir las revistas. Sobre todo en determinadas provincias, si a una empresa no le gustaba la temática te retenía las 500 revistas que habías mandado y te las devolvía diciéndote que no habían vendido nada; y para nosotros eso en una época donde casi el 80 por ciento de nuestros ingresos eran por la ventas nos puso casi al borde del cierre.

    Nuestra peor crisis económica tiene que ver con la devaluación del peso

    Sumado a las reglas que impone en el circuito de distribución de revistas sobre todo Clarín a partir de la compra que hizo, principalmente en Capital y provincia de Buenos Aires, de las playas de distribución en las cuales ponen sus propias reglas. Por ejemplo te dicen que las revistas que tengan x característica, que claro no tiene la de ellos, van a tener un impuesto especial y sino lo pagan no circulan. A nosotros eso nos dificulta un montón.

    La máxima dificultad que se nos presento ahora, en el último tiempo, y que nos puso cerca del cierre hace algunos meses; y hace que hoy estemos atravesando nuestra peor crisis económica tiene que ver con la devaluación del peso. Porque en Argentina todas las revistas independientes tenemos que comprar el papel al exterior, porque el papel prensa por razones más que conocidas se lo reparten Clarín y La Nación. El papel es un commodity que se maneja a precio dólar, la devaluación implicó para nosotros $ 100.000 más de gastos de un día para el otro. Eso nos puso entre la espada y la pared, hoy en día nos dificulta un montón la circulación.

    ¿Han tenido problemas legales por la temática de la revista?

  •  En Argentina hay una ley de drogas que además de penalizar diversas acciones relacionadas con lo que se consideran estupefacientes, lease tenerlos, transportarlos, suministrarlos gratuitamente, venderlos, penaliza hablar de drogas. Hablar de drogas en Argentina tiene una pena mayor que tener drogas. Entonces en base a esos artículos de la ley de drogas, que prohíben hacer apología es que hemos tenido numerosas denuncias penales acusándonos de estar infringiéndolos. En todas esas denuncias, lo cual es muy curioso, ya sea que se hayan radicado en Mendoza, Córdoba o Buenos Aires nunca tuvimos siquiera, que presentarnos a declarar porque todos los fiscales adujeron que si bien existe esa penalización en la ley, por encima de toda ley hay una Constitución Nacional y en la misma uno de los derechos que se tutela es la libertad de expresión. Todos los fiscales han sentenciado que lo que veían en THC es la expresión de una determinada información, que no puede ser cercenada por ninguna ley.

    En todos estos años han entrevistado a los más variados personajes pasando por Aníbal Fernández, Moría Casán y Víctor Hugo Morales por solo nombrar algunos. ¿El hecho de abarcar una gama tan variopinta en lo ideológico fue ligado a “construir” una corriente de opinión pro cultura cannabica?

  •  No, cada vez que elegimos hablar con alguna figura pública de Argentina fue por razones particulares de poner en discusión determinados fenómenos, con mucha honestidad en todos los casos. Con Víctor Hugo fue muy interesante que una de sus principales frases fue: "Yo desconozco este tema, a mi siempre me dijeron que la marihuana hace mal, y si bien no se si hace bien o mal. Lo que sí sé, con todas mis inseguridades, es que no quiero que si mi hija alguna día consume, vaya a comprarla a lo de un narcotraficante; prefiero que la cultive en su casa”. Ese tipo de pensamientos, generan empatía con un montón de personas que lo leen, quizás de la franja etaria de Víctor Hugo y dicen ¡ah, yo también pienso igual!. Hemos entrevistado a Chiche Gelblung y hemos sido muy criticados por poner al tipo que peor habló de la marihuana, que más mentiras dijo en los medios sobre la marihuana durante muchísimos años. Bueno, nosotros fuimos a hablar con él porque creemos que hasta con tu peor enemigo tenés que dialogar. Y que el diálogo es la instancia para poder generar determinados quiebres en paradigmas hegemónicos, en este caso el paradigma de la prohibición.

    El cannabis tiene una presencia transversal en la sociedad

    Y después, en muchos casos la presencia de personajes públicos también obedeció, si bien cada uno tiene una característica puntual, a naturalizar una relación la marihuana. Hay algunos que no fuman, han salido de acá diciendo “yo fume de chico y después deje”, otros te dicen “sí, yo fumo seguido”, otros te dicen “yo la tomo en aceite porque la uso medicinalmente”; otros como Moria Casán te dicen “yo me siento una geisha cuando fumo”. La idea es naturalizar no normalizar, porque yo no creo que haya que responder a ninguna norma, ni encasillar al usuario de cannabis en ninguna norma. Creo que hoy está encasillado en una norma que es en la de que es un vago, un delincuente, un tipo que no produce en la sociedad. La idea es sacarlo de esa norma y naturalizar que el cannabis tiene una presencia transversal en la sociedad. Lo usan jóvenes, ancianos, ricos, pobres, hombres, mujeres, las personas de izquierda, las personas de derecha -aunque después tengan sus contradicciones con ese uso y su discurso (risas)-. Es usado transversalmente. la idea es naturalizar ese uso.

    Desde la revista dan mucha relevancia a la cuestión del autocultivo: ¿por qué?

  •  Para nosotros el autocultivo es una bandera política. Creemos que si bien es una obligación del Estado proveerle a la gente lo que la gente necesita, sea un alimento, sea marihuana, no digo que lo tenga que producir el Estado pero sí generar los mecanismo que eso sea producido y esté al alcance de las personas. En un escenario donde el Estado eligió optar por otra vía: prohibir las sustancias, crear el narcotráfico, crear y producir todos los daños que en teoría se quieren perseguir con la prohibición; es decir expandir el consumo, expandir las mafias, expandir el daño a la salud de las personas, expandir la violencia social, expandir la corrupción estatal, etc. El Estado eligió conscientemente ese camino, esto me interesa que quede claro: la prohibición es una decisión concreta del Estado, no es que el Estado lucha contra el narcotrafico, el narcotrafico es una creación del Estado. En ese escenario, darle una herramienta a las personas para que se alejen del narcotráfico, al menos a los usuarios de cannabis, enseñándoles a cultivar sus plantas. Para que puedan mejorar su salud consumiendo algo que saben como esta hecho, no teniendo que frecuentar un tipo armado en un lugar peligroso para consumirlo y proveyéndolos de una herramienta ética con la cual estas tranquilo que con tu plata no estás financiando algo con lo que evidentemente no estás de acuerdo. El autocultivo es una herramienta de transformación enorme, enorme, gigantesca. Por eso para nosotros es tan importante enseñarle a quien decidió usar cannabis a cultivar. Vos sos dueño del cambio en el caso del autocultivo, ya no tenes que pedirle nada al Estado, aunque se lo sigamos pidiendo claro.

    Pastillita mediática

    ¿Qué opinión tenés sobre el tratamiento que hacen sobre la cuestión de las drogas los grandes medios de comunicación? Por ejemplo, este año el tema se puso en debate alrededor de los sucesos de la Time Warp

  •  Creo que el tema drogas en los grandes medios de comunicación, no escapa al fenómeno particular que es la lógica de construcción que tienen los medios en Argentina y en el mundo en general, pero vamos a quedarnos con Argentina. La lógica de construcción de los medios acá, tiene que ver con trabajar la noticia como una mercancía que genera dinero en la medida en la que vos la puedas explotar de la mayor manera posible, sin tener en cuenta las consecuencias que eso puede tener.

    Las drogas caen en ese lugar, con todos lo estereotipos propios que vienen teniendo a lo largo de muchos años de prohibición. En ese sentido para ésta lógica de construcción resulta un negocio mucho más redituable mentir, desinformar, generar miedo, escándalo, terror, alrededor del uso de sustancias que decir las cosas como son. Si se hablara de las drogas como se debería, con propiedad, informando los efectos concretos que causan, los riesgos concretos, seria mucho mas aburrido y menos redituable usualmente para un medio de comunicación. Y digo usualmente porque nosotros somos un ejemplo de como se puede hacer -con todos los errores que podemos tener, no digo que nosotros no nos equivoquemos, somos humanos- , THC es un ejemplo de que se puede tratar el tema con seriedad, con propiedad, con altura, sin ser aburridos y pudiendo generar un medio que es muy leído y en el cual trabajamos con muchísimo esfuerzo.

    Hoy de THC vivimos 10 familias. Digo es un ejemplo que se puede trabajar y hacer periodismo en materia de drogas de manera seria y responsable, sin que eso implique tener un medio de comunicación de alcance masivo. Si lo pudimos hacer nosotros con todas nuestras limitaciones quiere decir que es posible. Ahora romper una lógica de construcción del negocio periodístico en torno a la noticia como mercancía no es algo fácil, es algo que creo que va a tardar mucho tiempo si es que es posible desarmarlo.

    ¡Legalícenla!

    Muchas veces se equipara o se usan como sinónimos “despenalización” y “legalización”. ¿Cuál es la diferencia entre despenalizar y legalizar?

  •  Para explicar la diferencia entre legalización y despenalización yo siempre uso una regla que no es nemotécnica, pero sirve para recordarlo bien.

    Despenalizar es dejar de penalizar, y las drogas no están penalizadas. En el sentido de que no va presa la marihuana, van presas las personas que tienen marihuana, que venden, que consumen entonces es incorrecto hablar de despenalización de la marihuana. La marihuana es legal o ilegal pero no está penalizada; las que están penalizadas son las personas. Entonces cuando se habla de despenalizar, se habla de dejar de penalizar determinadas acciones que hacen las personas con la marihuana o con el resto de las sustancias, si hablamos de todas las drogas. Hablamos de acciones que tienen que ver con quien la ejerce, no acciones que se exteriorizan, porque ahí ya hablamos de fenómenos que tienen otra complejidad jurídica: vender, regalar, etc. Hablamos de acciones que tienen que ver con consumir, con tener o con autocultivar o sea acciones autorreferenciales que tienen que ver con lo que hace la persona consigo misma.

    Entonces, cuando hablamos de despenalizar, hablamos de dejar de considerar un delito la tenencia, el consumo o el cultivo. En el caso del autocultivo hablamos de la marihuana, pero en lo que hace a la tenencia y consumo nos referimos a todas las drogas. Es muy difícil diferenciar, yo no he visto nunca un proyecto que diferencie entre despenalizar el consumo o la tenencia de marihuana con el de cocaína, porque no se trata de la peligrosidad de la sustancia sino de un derecho que vos tenes de hacer uso de cualquier sustancia aunque te haga mal, porque estás protegido por el artículo 19 de la Constitución Nacional -que protege las acciones privadas de las personas-.

    Despenalizar implicaría que de un dia para el otro dejen de ir presas un montón de personas por tener o cultivar marihuana o por tener o consumir cualquier sustancia ilegal

    La legalización sería quitar a la marihuana o a la sustancia que se elija de la lista de estupefacientes prohibidos frente a los cuales está prohibido hacer un montón de acciones, ese vendria a ser el otro extremo: la legalización abierta.

    En el medio está la regulación, que es un proceso a partir del cual en un marco concreto y con fuertes controles del Estado se permite ya no solo la tenencia o el consumo de determinada sustancia sino también la producción, la venta y el suministro a las personas con determinados estándares y reglas sobre determinadas sustancias.

    Uruguay despenalizó la tenencia de drogas abiertamente durante la última dictadura militar, hace 30 años que en Uruguay no está prohibido tener drogas, entre ellas marihuana. Ahora los uruguayos se encontraron con un límite: ok, las personas no van presas por tener marihuana pero cuando quieren acceder a esa marihuana que tienen el derecho a consumir, tienen que consumir una sustancia que está podrida y les daña su salud y por otro lado están poniendo su plata en un sistema que genera muerte. Y lo comprobamos nosotros cuando vemos las tasas de homicidios que tenemos en Montevideo, que es una de las principales metrópolis que ha crecido en Latinoamérica en la última década, y tenía hasta hace dos años niveles altísimos de mortalidad como consecuencia de enfrentamientos en reyertas callejeras producto del control territorial de la venta de sustancias. Ahí el Gobierno dijo bueno vamos a dar un segundo paso, ahi es cuando la regulación es un segundo paso a la despenalización y que tiene que ver con generar un contexto donde el Estado controle quién va a producir marihuana y como la va a producir, para que las personas que ya tenían el derecho a hacer uso de la marihuana, tengan el derecho de consumir una sustancia de calidad, controlada. Y por otro lado, que todo el dinero que iba al mercado negro vaya a parar a los bolsillos de empresas, que puedan generar y producir esa marihuana con estándares de calidad y por otro lado que el Estado recaude impuestos a partir de esa venta que le permita proteger la salud de los usuarios de marihuana que tengan problemas por ejemplo relacionados al consumo de esa sustancia.

    ¿Y cuál es tu posición al respecto?

  •  Cuál creo yo que es el camino, evidentemente si uno se plantea objetivos, el objetivo último es que no exista ninguna ley que regule la marihuana y que las personas se relacionen con una planta de la misma forma que se relacionaban hace 500 años y durante toda la historia, sin ningún tipo de problemas.

    Creo que llegar a esa instancia donde el hombre sea libre de hacer de la marihuana lo que quiera y como quiera y si quiere cultivar en su casa 10 plantas para venderle al vecino como puede hacer con el tomate que lo haga, implica hay todo un camino. Un camino que cada Estado, en cada contexto verá que pasos que hay que dar tras otros.

    Evidentemente con la despenalización de la tenencia de drogas, generas un primer objetivo que es dejar de mandar presos a todos los que tienen y la consumen, después regulando los mercados podes mejorar la salud de las personas, terminar con el narcotráfico, con la venta a menores de edad. Y quizás, en el futuro puedas suavizar esa regulación del Estado y tender a una relación natural del hombre con la planta. Yo no soy quien para decir cuál es el camino, creo que cada pueblo es libre de definir cuál es la mejor forma de transitar ese camino para llegar al objetivo que creo que tenemos todos, que es que el hombre tenga una relación menos psicótica con una planta, porque en definitiva es una planta.

    La lucha de las madres y familiares de niños con enfermedades crónicas, que exigen la legalización del cannabis terapéutico y el autocultivo ha cobrado mucha repercusión en los últimos meses...

  •  Creo que esta año ha avanzado un montón el debate en el Congreso en torno a la regulación del cannabis medicinal, a partir de la aparición de numerosos casos sobre todo de madres de niños con problemas muy severos de salud, que han mejorado claramente sus vidas a partir de extractos naturales y caseros de la planta de cannabis.

    Este debate está actualmente en el Congreso, se han presentado diversos proyectos de ley, todos válidos, en el sentido de promover una discusión que hace años estaba adeudada en nuestro país. El debate se está dando en las comisiones, principalmente en la de salud a partir de cómo regular específicamente ese acceso a la marihuana medicinal que necesitan estas familias.

    El escenario que presenciamos en estos momentos, es el de un Gobierno que a través del Ministerio de Seguridad se declara abiertamente en una “guerra contra el narcotráfico”, un Gobierno que entiende que las madres que cultivan cannabis son narcotraficantes y que por ese motivo no tienen derecho a cultivar cannabis para sus hijos. El Gobierno y sus diputados solo quieren permitir que se hagan investigaciones sobre los beneficios medicinales que tiene el cannabis, que ya están hechas a nivel intencional y está más que comprobado científicamente. El Gobierno solo quiere permitir esos estudios y la importación de un solo producto hecho a base de la marihuana medicinal, que sirve para muy poquitos casos. Y que pocas personas pueden acceder económicamente a ese producto, ponele que el Estado subvencione a las familias que no lo pueden pagar, estamos igualmente ante un producto que solo sirve para menos del 10 % de las patologías de epilepsia, ni que hablar de todas las patologías en general para las que sirve la marihuana medicinal.

    Frente a esto, hay otros grupos políticos en el Congreso, sobre todo los sectores de la izquierda y algunos del Frente para la Victoria que vienen escuchando el reclamo de estas madres y de un montón de agrupaciones cannábicas que vienen reclamando hace tiempo, en algunos casos ya no solo para el cannabis medicinal sino para la regulación en general y para la legalización de la marihuana. Y han elaborado diversos proyectos que tienen en cuenta no solo los estudios científicos y la importación de productos sino también la producción nacional de medicamentos naturales a base de cannabis, incluso en formato de cogollo como ya existen en otros países y sobre todo el autocultivo. Que es una herramienta muy eficaz para permitirles a las familias contar con diversas cepas de cannabis para patologías que requieren un cambio constante de la cepa porque las personas adquieren tolerancia, y también democratiza el acceso al cannabis para las personas que no tengan posibilidad de pagar un medicamento o mismo en pueblos donde tarden en aparecer médicos que se animen a recetar la marihuana. En todos esos escenarios el autocultivo democratiza el acceso.

    Es un fenómeno real, las madres están cultivando y el Estado tiene que decidir si las criminaliza o no. No hay punto intermedio

    Este año Nicolás del Caño y la diputada Myriam Bregman (PTS//FIT), acompañada por Diana Conti y Carolina Gaillard, presentó un proyecto para la legalización integral de la marihuana. ¿Qué opinas del mismo?

  •  Celebro que se haya presentado ese proyecto, creo que tanto este proyecto como otros -el de Anahí Ferreyra por ejemplo-, son lo que podríamos calificar como los proyectos de máxima, los más completos. Que no solo tienen en cuenta dejar de criminalizar a los usuarios sino que proponen un acceso regulado o libre al cannabis.

    En el caso concreto del proyecto de Bregman y Del Caño que propone que el Estado regule únicamente la parte de la comercialización, eso me parece sumamente interesante porque es correcto pensar que en el resto de las instancias el Estado no tiene porqué regular, por ejemplo el autocultivo dado que es una acción privada. Y creo que la existencia de estos proyectos eleva la brecha de discusión, porque cuanto más alto es el techo más te alejas del piso de los otros proyectos. Que después haya posibilidades concretas de que se sancione me parece que es un enfoque errado analizar este tipo de proyectos desde la posibilidad concreta de que se apliquen tal cual. Creo que como todo proceso de discusión política, hay diversos proyectos frente a los cuales hay que necesariamente llegar a un consenso, y eso se logra acercando posiciones. Cuanto más ideales sean esas posiciones más nos van a acercar al lugar que queremos llegar.

    El proyecto plantea en sus fundamentos que la legalización de la marihuana debe ser parte de “una política que debe ir en el sentido de la legalización y regulación de todas las drogas”: ¿cuál es tu posición al respecto?

  •  Estoy totalmente de acuerdo, creo que hay que regular el acceso a todas las sustancias psicoactivas que hoy son ilegales y que son posibles de regular. El paco por ejemplo es imposible, siempre se me corre por izquierda con eso “che el paco también”, es imposible regular o legalizar algo que no se conoce como está compuesto porque no hay uno igual al otro. Pero salvo ese tipo de sustancias que no se puede elaborar un estándar, creo que como sociedad tenemos que ir a una regulación de todos los mercados de las sustancias y creo que hacia ahí es hacia donde debemos ir tarde o temprano. Ojalá sea más temprano que tarde.

    Vos planteas que el caso uruguayo es histórico, ¿por qué?

  •  Porque es el primer caso de una ley nacional que regula el mercado de la marihuana. Holanda lo que hizo es una vista gorda: vamos a dejar de aplicar en los casos concretos para evitar que esto genere conflicto y dar un marco para que los usuarios de cannabis puedan acceder a esa sustancia y no tengan que ir a lo de un dealer. Con efectos muy positivos, pero no hay una ley nacional que lo regule, hay una vista gorda del Estado y punto. En España se permitieron los clubes sociales de cultivo a partir de algunos fallos judiciales, pero no hay nada que lo regule.

    Uruguay, es el primer país que tomó lo mejor de todos estos antecedentes y elaboró un proyecto ejemplar, perfectible obviamente, generando los tres mecanismos que tiene una persona usuaria de cannabis para acceder legalmente a esa marihuana que son: cultivándola el mismo, formando parte de un club donde se cultiva colectivamente y se reparte la cosecha sin que exista lucro y la tercera vía que es el acceso comercial que es el que está pronto a implementarse, por ahora serán las farmacias las que van a vender. En este sentido creo que es un ejemplo.

    Ley de Drogas y criminalización

    En reiteradas ocasiones has planteado que la actual Ley de Drogas (Ley N° 23.737) argentina es inconstitucional podrías comentarnos los motivos

  •  Desde un punto de vista objetivo por lo que sentenció la Corte Suprema, no es una opinion mia, dos veces en 1986 y 2009; dos composiciones distintas de la Corte sentenciaron lo mismo: que la penalización de la tenencia de drogas para consumo personal viola el artículo 19 de la Constitución Nacional que protege las acciones privadas de los hombres, que de ningún modo ofendan a la moral y al orden público están exentas de la autoridad de los magistrados.

    Consumir sustancias o tenerlas para el consumo personal, es una acción que ejerce la persona que solo afecta a sí misma, puede afectarla para bien o para mal pero solo se afecta a sí misma. Entonces las leyes no pueden legislar sobre esas acciones privadas, La Corte planteó que en todos los casos de tenencia para consumo personal, pese a que los fallos de la corte no son de cumplimiento obligatorio, debe decretarse la inconstitucionalidad.

    Por otro lado, yo creo que es inconstitucional por otro montón de razones. En principio por la violación del principio de inocencia. En la aplicación de la Ley de Drogas, vos vas detenido por tener drogas y sos vos el que tiene que demostrar que eran para consumo personal y hacerle creer eso al juez, y si el juez no te cree te penaliza por la tenencia simple de sustancia, y sos vos el que está obligado a demostrar su inocencia. Eso no ocurre salvo con el lavado de dinero, que es un delito complejo, con ningún otro delito en la sociedad.

    Hablamos de la violación de un principio básico: que todas las personas son inocentes hasta que se demuestre lo contrario

    Por otro lado la Ley de drogas al criminalizar el consumo, aleja a las personas del sistema de salud, es decir daña su derecho a la salud, un derecho consagrado en la Constitución Nacional y en tratados internacionales. Una persona que es un “criminal” por consumir marihuana, cocaína o lo que fuera lo último que va hacer es acercarse a un hospital. El mismo hospital que lo puede criminalizar. El mismo Estado que te criminaliza, te dice “vení que te ayudo”, nadie se va acercar a ese sistema.

    La criminalización aleja a las personas del sistema de salud

    Desde hace un tiempo la Iglesia y sectores de derecha plantean en pos de reforzar “la guerra contra las drogas”, recordemos que la lucha contra el narcotráfico fue un componente fuerte en las campañas electorales del macrismo y el massismo, que Argentina dejó de ser un país de tránsito para convertirse en un país productor. ¿Qué opinión tenés al respecto?

  •  Es una apreciación personal y respetable de las personas que lo dicen, pero sin el más mínimo asidero científico o real. La categorización de países de consumo o países productores es una categorización que realiza la ONU, más allá de que después alguien en su casa tomándose un vino quiera categorizar al mundo como quiera, y esta en todo su derecho porque por suerte, hay libre expresión. Pero esa categorización entre países de tránsito, de consumo o de producción la elabora la Naciones Unidas en base a la incidencia que tiene en esos países la producción, el consumo o el tránsito de esas sustancias.

    Argentina ha sido desde siempre para la ONU, un país en lo general de consumo de sustancias menor a la media mundial del consumo de sustancias. Principalmente un país de rebote, de la cocaína y sus derivados, de los países de origen de la región andina hacia Europa, Africa o en menor medida Asia. Pero de ningún modo las Naciones Unidas han calificado, nunca, a la Argentina como un país productor.

    En un informe de la ONU de hace tres o cuatro años, Argentina quedó tercera en un ranking de países desde donde provenía la cocaína incautada en otros países, se juntó la cifra total de la cocaína incautada en los países de destino de consumo, por lo general países europeos o de África y cuando se evaluaba de donde venía la sustancia, ese año dió que Argentina estaba tercero entre los países de donde provenía. A partir de ahí, a tipos aca se les ocurrió hablar de que Argentina es un país productor, lejos esta Argentina se ser un país productor de ninguna sustancia ni siquiera de cocaína y sus derivados. Pese a que haya cocinas de pasta base de esa sustancia, que se debe a un cambio muy fuerte que viene habiendo en el mercado argentino. Antes se ingresaba la cocaína y ahora se ingress al pasta base y acá se la purifica y se la transforma en cocaína.

    En la misma línea cuál crees que es el objetivo político de la llamada “guerra contra el narcotráfico”, tan propagandizada por el actual Gobierno

  •  Yo creo que el objetivo de la “guerra contra el narcotráfico”, es profundizar el narcotráfico. Y eso es lo que realmente me preocupa de las políticas que está encarando el actual Gobierno en lo que hace a este fenómeno. Primero porque hablar de una guerra implica hablar de determinadas características que hacen a la elaboración de políticas excepcionales, a la creación de enemigos, a la aplicación de la fuerza irracional y sobre todo a que ese margen de excepcionalidad termina con una victoria y lamentablemente a lo largo de más 100 años no ha habido una sola victoria en las distintas “guerras contra el narcotráfico” que se han encarado.

    En segundo lugar porque encarar cualquier tipo de lucha o de conflicto contra un ente abstracto como es el narcotráfico, porque nadie define que es lo que estás persiguiendo: ¿estás persiguiendo al tipo que vende en la esquina de un barrio?, ¿ese es el narcotráfico?, no se, me pregunto. Estás persiguiendo al tipo que produce esa sustancia, ¿donde?, ¿cómo? no figura en ninguna parte del programa que lanzó el Gobierno.

    Y claro, no se habla de una persecución ni de un combate al motor y la raíz de todo narcotráfico, que tiene que ver con el lavado de dinero a nivel internacional y con las grandes corporaciones económicas que regulan la producción y el transporte de sustancia ilegales.

    Y en tercer lugar hay que hablar de la (in)eficiencia de las llamadas “guerras contra el narcotráfico”, los países que más las han llevado a fondo son los países donde más droga ingresa a nivel mundial, EE.UU. a la cabeza. No hay un solo país que haya logrado disminuir sus niveles de narcotráfico, ni los niveles de producción, ni de circulación de sustancias ilegales a través de políticas bélicas. Por el contrario, lo único que hacen esas políticas es aumentar el consumo, aumentar el narcotráfico, aumentar los años asociados a ese consumo, aumentar la violencia social, la corrupción estatal y aumentar las muertes de personas inocentes. México está llevando hace más de 10 años una “guerra contra el narcotráfico”, murieron más de 100.000 personas, ¡100.000 personas! en estos últimos años y ha habido más de 40.000 desaparecidos. Lo que deja a las claras que objetivos han conseguido en materia de terminar con el narcotráfico: ninguno, se ha profundizado. Por eso me parecen sumamente alarmantes y peligrosas las políticas que está llevando adelante este Gobierno.

    Según el último informe de la Procuraduría de Narcocriminalidad en el año 2012 se han abierto más de 9.400 causas por infracciones a la Ley de Drogas, sólo el 3 % de las causas investiga el delito de contrabando de estupefacientes, ¿que opinión te merecen esos datos?

  •  Lo primero que hay que decir es que si bien las últimas cifras oficiales del Estado en cuanto a la distribución de las causas que se elaboran por infracción a la Ley de Drogas son del 2012, y nos informan que solo el 3 % de todas las causas que hay por año que hay por año son por comercio y más de 70 % son por tenencia para consumo personal, estamos hablando de 9.414 causas por año por tenencia para consumo personal.

    Estamos hablando de un usuario criminalizado por hora, teniendo en cuenta que haya uno solo por causa que en general hay más

    Si bien esa es la última fotografía, existen otras maneras de contabilizar el fenómeno. Por ejemplo con la fiscalía de Federico Delgado, un fiscal federal que en el turno que le toca a él viene año a año pidiéndoles a los empleados que discriminen a ver qué cantidad de causas hay por tenencia para consumo. Las fiscalías federales es donde caen, por ser delitos federales, todas las causas de infracción a la Ley de Drogas. Y sólo en la fiscalía de Federico Delgado del 2015 al 2016 ha habido un incremento de las causas por tenencia para consumo personal de un 30 %. Por ende sigue creciendo la criminalización a los usuarios de drogas, eso en primer lugar.

    Y en segundo lugar, creo que lo más importante discutir que la criminalización no empieza con una persona presa, sino que comienza con quienes aplican el poder punitivo del Estado en una primera instancia que son las fuerzas policiales, que aplican una ley que a pesar de cualquier fallo de la Corte Suprema sigue criminalizando el consumo y posibilitándole a la Policía detener personas por tener drogas para consumo personal.

    Una Policía que en Argentina, a diferencia de cualquier país de Latinoamérica, es quien organiza y controla el narcotráfico. En México y en Colombia se asiste a un fenómeno de grandes cárteles, grandes grupos que crecieron económicamente al calor de la prohibición y crecieron tanto que ponen en jaque el poder político del Estado a nivel local y en algunos casos a nivel nacional. Cárteles que tienen sus representantes políticos en el Congreso y en diferentes instituciones del Estado, en Argentina no se da ese fenómeno no hay una cartelización, no hay Pablo Escobar, no hay maras pese a que el Ministerio de Seguridad un día diga que sí y al otro que no. No hay maras en Argentina, pero asistimos a un fenómeno capaz más preocupante: en Argentina las fuerzas policiales controlan y organizan el narcotráfico. ¿Cómo lo hacen? Dejando que opere una banda, poniendo a una sacando a otra, dejando que dos bandas se enfrenten. Controla y distribuye territorialmente la venta de drogas. A cambio de eso, la Policía cobra una especie de impuesto ilegal de la venta de esas sustancias ilegales. Y el poder político, deja que eso ocurra en una especie de doble pacto, en cuatro años de Gobierno no quiere meterse a resolver problemas profundos y deja que la Policía lleve adelante ese negocio a cambio de mantener cierto orden social y que no haya mucho bardo.

    Dicho esto la Policía necesita mantener la criminalización del consumo, para tapar esa persecución al narcotráfico que no hace justamente porque lo controla y organiza.

    Ningún empresario va a ir en contra de su negocio, es básico

    La Policía para que esto no se convierta en un escándalo social, necesita rellenar las actas que se rellenan por infracción a la Ley de Drogas, después un juez es quien dictamina si esa persona que cayó por tener vendía o consumía. Pero todas ingresan por infracción a la Ley de Drogas, esto le permite a la Policía elaborar estadísticas de una persecución que no realiza, por eso las fuerzas policiales tienen tanto interés en mantener la criminalización del consumo de sustancia. Se trata de una estructura institucional que existe en Argentina hace muchos años.

    Como en cualquier otro delito que tiene intervención la Policía cae con todo el peso, la conocida “cuestión de piel”, la mayoría de las personas detenidas son de los estratos sociales de medios a bajos.

    La criminalización del consumo es un gran instrumento de control social

    Hay que entender que la Ley de Drogas es un instrumento que tiene la Policía para llevar adelante un montón de otros negocios, hay fotografías que nos lo muestran por ejemplo el chantaje que lleva adelante a una persona que tiene drogas de no llevarla detenida a cambio de que empiece a robar para ellos.

    Después están los efectos que esa criminalización causa en la vida de las personas, que van desde tener que pasar diez horas en una comisaría hasta tres meses en una cárcel con todo lo que eso implica ó el estigma social que se genera llamándolo narcotraficante. Esa vida estuvo arruinada, capaz la persona no termina presa pero volvió a su casa con una vida arruinada para siempre.

    La criminalización actúa sobre un montón de esferas que no tienen que ver, necesariamente, con la persona presa al final de un proceso penal

    Algunos datos…

    ¿Tenés información estadística de cuántos consumidores de marihuana hay en Argentina?

  •  Es imposible saber que cantidad de consumidores hay en la Argentina, básicamente porque cualquier encuesta que vos hagas en un contexto de criminalización, cuántas personas te van admitir que son delincuentes frente a un encuestador. Ese mínimo hecho te hace imposible saber el número exacto y real de consumidores que hay en Argentina.

    Si hablamos de estadísticas oficiales, que son las encuestas que realiza la Sedronar a pedido de la ONU cada dos años más o menos. En la última, la Sedronar habla en promedio -a veces varia dependiendo de como la realizan porque es muy poco serio el sistema que usan-, pero podemos establecer que en promedio se habla de un 8 % de personas que en Argentina alguna vez consumieron marihuana en el último año, se llama prevalencia de uso anual. Hay distintas maneras de medir está la prevalencia de uso de vida, que es si alguna vez en tu vida consumiste marihuana, prevalencia de uso anual, que incluye a quienes consumieron marihuana durante el último año. Y por último la prevalencia de uso mensual, que se trata de quienes consumieron en el último mes. Son las tres maneras clásicas, la que se usa de promedio es la de uso anual.

    En la Argentina, en promedio según las encuestas oficiales del Estado, que son bastantes cuestionables, se habla de un promedio de un 8 % de la población entre 14 y 65 años que consumió alguna vez marihuana en el último año, esto es más o menos 1.400.000 personas.

    Dentro de los consumidores de sustancias psicoactivas, sabés que porcentaje o que cantidad de los mismos tienen un consumo problemático

  •  En Argentina no se especifica en las encuestas oficiales, que cantidad de usuarios tienen un consumo problemático. La verdad que no tenemos esas cifras.

    Sí, a nivel mundial alrededor de un 8 % en promedio, de todos los usuarios, de todas las sustancias ilegales, tienen problemas asociados al uso de esas sustancias ilegales. Se elaboran políticas a nivel mundial, y Argentina no está exenta de eso, mal hechas, sin ningún tipo de basamento científico con muy poca eficiencia, porque no logran sus objetivos. Pero encima de todo orientadas a un fenómeno, el consumo problemático, que atañe a solo el 8 % de todos los usuarios de sustancias ilegales.

    En lo que respecta a la marihuana en qué casos considerás que es dañina para la salud

  •  En el consumo de marihuana uno puede agrupar los daños asociados a su uso fundamentalmente en la modalidad de consumo y en determinadas poblaciones de riesgo.

    La marihuana no genera daños severos ni específicos, al menos científicamente comprobados. Sí genera daños específicos, en determinadas poblaciones de riesgo. ¿Cuáles son esas poblaciones de riesgo? personas con problemas psiquiátricos, propios o familiares ya que la marihuana puede ser un disparador de problemas psiquiátricos latentes por lo cual deben tener mucho cuidado y no es recomendable el uso de marihuana en esta población, las mujeres embarazadas o en período de lactancia, aún no se sabe que daños pueden causarle la marihuana al feto en gestación. Lo que sí está comprobado es que los componentes del cannabis que se disuelven en materias grasas se transmiten a través de la placenta o de la leche materna por lo cual preventivamente no es aconsejable que las mujeres en esos periodos hagan uso de cannabis.

    El tercer grupo de riesgo tiene que ver con las personas adolescentes, que tienen aun su cerebro en formación, exceptuando quienes lo necesitan con un fin medicinal hoy se está usando en niños por ejemplo. Tampoco es aconsejable para los momentos de estudio, porque uno de los efectos de la marihuana es que, mientras duran los efectos de su consumo te dificulta la capacidad de retener información. Si bien hay excepciones, me han dicho “yo me fumo un porro y entiendo mejor la clase de historia”, como trabajamos sobre las mayorías no es aconsejable fumar mientras se estudia o se asiste a clase porque en general te distrae y te dificulta recordar las cosas.

    Hay otras poblaciones de riesgos menores como las personas con problemas cardiacos, porque la marihuana durante los primeros minutos de su efecto genera una leve taquicardia, no es que no la deban usar pero deben tener un determinado cuidado. También las personas que estén tomando mucha medicación que trabaje a nivel hepático porque la marihuana trabaja a nivel hepático tienen que tener cuidado y consultar a su médico.

    Hablamos en todos los casos de poblaciones de riesgo, no hablamos de daños para toda la sociedad

    Y por otro lado hablamos de los riesgos asociados a su modalidad de consumo, sobre todo la modalidad que es usada en el 95 % de los usuarios que tiene que ver con consumirla de manera fumada. Esta modalidad puede traer problemas pulmonares, pero asociados a la combustión y no por la sustancia de la marihuana, por eso son recomendables otras modalidades de consumo como vaporizada, comida, etc.

    En cuanto a la calidad y a los daños para la salud: ¿cuáles son las diferencias entre la marihuana prensada y la que se cultiva?

  •  La marihuana prensada que se consigue en el mercado negro, fundamentalmente está cultiva de manera muy pobre y propia de la velocidad que requiere el narcotráfico. Entonces, no se separan machos de hembras, no se las seca correctamente, no se separan tallos de flores -la flor de la planta hembra de cannabis es la única parte que se consume-; en la marihuana prensada hay machos y hembras, no solo hay flores, hay hojas, tallos, está todo junto mezclado, no secado correctamente y prensado. Y lo que pasa cuando vos no secas correctamente una planta -ninguna planta- y la envasas es que se empieza a pudrir y al pudrirse genera hongos, entre otras cosas. Hongos que cuando ingresan a los pulmones generan daños, en algunos casos irreversibles al sistema respiratorio de las personas. Frente a eso, la posibilidad de cultivar tu propia marihuana te da la oportunidad de separar machos de hembras, dentro de la hembra quedarte solo con la flor, después la flor secarla correctamente. Y que después, independientemente de la vía que utilices para administrártela, sepas que se trata de algo que tiene las condiciones de salubridad necesarias para no generarte un daño. Si la quemas se va a generar un daño producto de la combustión como te genera la combustión del laurel.