Se llevó a cabo la quinta edición, en el marco del Día Internacional del Niño por Nacer. Peronistas, radicales, macristas, bussistas, confluyeron junto con la Iglesia para reafirmar su compromiso anti derechos.
Sábado 27 de marzo de 2021 21:44
La Legislatura tucumana dio lanzamiento a la quinta edición de la denominada "Semana de la Vida", la cual inicia cada 25 de Marzo enmarcada en el "Día Internacional del Niño por Nacer". Los legisladores Raúl Albarracín y Walter Berarducci (UCR) fueron quienes realizaron la apertura, acompañados por el Observatorio de la Vida, cuyo presidente es el cura Marcelo Barrionuevo.
"Por quinto año consecutivo organizamos la Semana de los Derechos del Niño por Nacer, y el objetivo es promover acciones positivas, tendientes a que la mujer embarazada tenga la contención y el acompañamiento del Estado", expresó el legislador Albarracín. El radical agregó que "es importante promover junto a distintas instituciones la defensa de la vida desde la concepción y sobre todo en estas épocas donde hasta se ha legislado la matanza de la vida en su estado más incipiente y frágil".
Llamativas declaraciones ya que el mismo Albarracín promovía durante el 2020, junto con referentes de la Sociedad Rural, la conformación de equipos "anti tomas" y llevó esto como proyecto de ley a la Legislatura. Proponían llevar a cabo desalojos inmediatos a familias enteras de manera "rápida y efectiva". En ese caso, parece que al parlamentario no le importaban las mujeres embarazadas, ni mucho menos el acompañamiento desde el Estado a esos niños. ¿Toda vida vale?
Por su parte, el cura Barrionuevo, afirmó que “la Iglesia siempre busca generar un proyecto para el enriquecimiento de la vida en todos sus órdenes y por eso apoyamos todas las iniciativas que tienden a promover la vida”, concluyó.
El "Día del Niño por Nacer" fue instaurado por Menem en el año 1998, en acuerdo con el Vaticano. En Tucumán se proclamó por la ley N° 7143 en 2001. Desde esa fecha en adelante forma parte de las actividades de los grupos anti derechos. Así, año a año la legislatura tucumana oficia de búnker celeste donde convergen sin grieta alguna el peronismo, el macrismo, radicalismo y por supuesto el bussismo para celebrar estas fechas.
Pero claro, es la misma Legislatura que declaró en 2018 a Tucumán como provincia Pro- Vida, por iniciativa de Sandra Mendoza (PJ) y nada más y nada menos que de Enrique Orellana (PJ) (acusado en múltiples oportunidades de abusos sexuales). Cabe destacar, que esta declaración se dió en el mismo contexto donde el gobierno de Manzur, la ministra Rossana Chahla, sectores de la Iglesia y grupos fundamentalistas, obligaban a parir a Lucía, una de niña de 11 años, abusada sexualmente y a la que le negaron el acceso a la ILE (Interrupción Legal del Embarazo) embarcándose todos ellos en lo que fue una verdadera práctica de tortura.
La realidad es que en Tucumán son harto conocidos los lazos que el gobernador Manzur mantiene con la Iglesia y que la provincia se caracterizó por no implementar efectivamente ninguna ley en términos de Salud sexual de las mujeres. A la vez que sigue siendo nula la implementación de la ESI en las escuelas, siendo Tucumán una de las provincias con las tasas más altas de embarazo adolescente. A pocos meses de la legalización del aborto, los obstáculos para su implementación en la provincia no se hicieron esperar. Así lo denunciaron tanto trabajadoras de la salud, como las mismas usuarias.
El legislador Albarracín, es la cara visible en estas fechas de la agenda celeste. Es el mismo que en el 2018 criticó el reparto masivo de preservativos y anticonceptivos y sostuvo que el anticonceptivo de emergencia es “directamente el aborto de un embrión”. De este tamaño son los dinosaurios en Tucumán.
Está claro que los partidos clericales que gobiernas la provincia están dispuestos a destinar presupuesto para las actividades enmarcadas en la "semana de la vida" pero ni un solo centavo para la Ley de Emergencia en Violencia contra las Mujeres, sancionada en 2015. Casi como una humorada, las mujeres bien podríamos ironizar "que aunque nada esperamos de esa Legislatura, aun así logra decepcionarnos".
Es en las calles, es donde tenemos que contraponerle nuestra propia agenda a esa institución misógina. Allí donde la marea verde conquistó el derecho al aborto, es donde ahora tenemos el enorme desafío de luchar para que la Iglesia y el Estado sean, definitivamente, asunto separado.