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Red Internacional
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Ciudad Juárez. Servicio de cafetería en maquilas: atentado contra la salud de los trabajadores

A pesar de que el servicio de cafetería es descontado del salario de los obreros, las declaraciones del presidente de Index Juárez, José Yarahuan Galindo, fueron claras en torno al servicio: es un “beneficio”, no una obligación de las empresas.

Aztlán Almodóvar Corresponsal en Ciudad Juárez, Chihuahua

Viernes 19 de agosto de 2016

En días pasados un trabajador hizo una comparación entre los alimentos que les servían en las cafeterías y el tipo de alimentos que se sirven actualmente en el Cereso mostrando que la calidad de los alimentos en la industria estaba por debajo del alimento que es servido a los presos. Esto causó revuelo e indignación en las redes sociales, donde diversos sectores aseguran que los alimentos que les son vendidos dentro de las maquiladoras son de pésima calidad y que no satisfacen sus necesidades mínimas requeridas en una jornada laboral de 8 horas.

También se dio conocer en medios locales que hace una semana una mujer de 33 años murió dentro de una maquiladora, padecía diabetes y murió de hipoglucemia, un mal relacionado directamente con la alimentación.

Ante el hecho, el presidente de Index Juárez, José Yarahuan Galindo declaró que las empresas no tienen la obligación de brindar el servicio de cafetería a sus empleados, que se trata de un “beneficio”.

Con estas declaraciones queda claro que los empresarios, al no poder reducir salarios o extender jornadas laborales, para mantener la tasa de ganancias disminuyen los insumos para mantener la producción, en este caso, la calidad de la comida de sus propios trabajadores.

Por si fueran pocas las razones para no desear laborar en una empresa maquiladora en ciudad Juárez, la mala calidad de los alimentos -que no son gratis, ya que el servicio de cafetería es descontado del salario de los trabajadores- es una razón más para decir ¡ya basta!

Iniciativas empresariales para aumentar la explotación

Ante el desaceleramiento de la economía, que conlleva una retracción del comercio internacional, los empresarios de las maquilas buscan compensar sus utilidades.

No les alcanza con pagar sueldos que se cuentan entre los más bajos del mundo. Buscan nuevas formas para incrementar la explotación, para obtener más ganancias.

Partimos de que es el trabajo humano el que le da valor a todos los productos y servicios, le da lo que Marx llama un “plusvalor”. No es lo mismo las distintas piezas que integran un auto si están dispersas y sin ensamblar, que el conjunto de esas piezas cuando están ensambladas y así “dan cuerpo” a un auto.

Cuando los empresarios venden en el mercado esos productos y servicios, obtienen un equivalente en dinero. Pero sucede que de ese dinero obtenido, sólo una ínfima porción la aplican al pago de los salarios.

Apenas lo suficiente para que cada trabajador y cada trabajadora satisfaga sus necesidades básicas (comer, transportarse, vestirse y tener un techo bajo el cual dormir) para volver a trabajar cada día. Y no siempre esos salarios cubren esas necesidades: así es que toda la familia obrera debe vender su fuerza de trabajo para vivir. Tal es el caso de las familias juarenses, donde la mayoría de sus integrantes laboran en alguna maquiladora ya que el salario de uno solo de sus integrantes es insuficiente para subsistir.

Con unos pocos días de trabajo, los obreros ya cubren su salario mes a mes. Y el resto de lo que obtienen los empresarios, se lo apropian. Para volver a invertir en la producción, para especular en el mercado financiero y para darse una vida de lujos y ostentación.

Ahora, los empresarios de las maquilas, con la baja calidad del servicio de cafetería –que, reiteramos es un servicio que pagan los trabajadores– lo que están haciendo es imponer una reducción de la cobertura de una necesidad básica: la alimentación de las trabajadoras y los trabajadores de la fábrica. Es una forma de “bajar el costo” de producción del comedor, manteniendo el mismo descuento en los salarios obreros. Una forma indirecta de apuntalar sus ganancias.

Si por los empresarios fuera, si los trabajadores no comen, no beben y no van al baño, esto es mejor.

En el caso del servicio de cafetería, es necesario luchar para imponer que sea gratuito y de calidad para todos los trabajadores y empleados, y la vez que sea nutritivo y acorde a las necesidades de salud de los trabajadores, por ejemplo, apto para diabéticos y para hipertensos.

Ante la situación de los obreros de las maquilas, desde la Izquierda Diario levantamos una gran campaña de denuncia contra las empresas y las pésimas condiciones en la que laboran sus trabajadores, que mueren en la línea de producción, que padecen pésima salud y que son privados incluso de alimentarse sanamente.

Envíanos tu denuncia al Facebook La Izquierda Diario México para que se escuche la voz de las trabajadoras y los trabajadores ¡Basta de explotación a los obreros!