ESPACIO ABIERTO // MUSICA. Sureño-Música para mirar

“Por donde pies errantes descienden de tus valles buscando bocado a la medida de su hombre, libere al fin mi corazón de estepa para verlo canción flotando en el espacio” M.D.

“SUREÑO-MUSICA PARA MIRAR”, es el primer trabajo como solista de Martin Damián, músico y compositor nacido al sur de nuestro país, más precisamente en la ciudad de Comodoro Rivadavia (Chubut). El trabajo comprende dos partes. “Sureño” es un disco con siete canciones de letra y música y “Música para mirar” es un DVD con cinco canciones instrumentales acompañadas de imágenes, todas las canciones son de su autoría. Este trabajo se gesto y se grabo íntegramente en el sur, los músicos que participaron de la grabación también son sureños y esto hace que las canciones, que de por sí ya tienen su peso propio, suenen aun con más autoridad.
La composición de este trabajo estuvo hecha por el músico en solitario, y para la grabación fue llevada a un formato de trío: Alejandro Otegui (bajo), Gustavo Cicard (bombo y percusión) y Martin Damián (guitarras y voz), quien también toco percusiones con instrumentos nativos de la región.
El disco nace de la necesidad de contar y rescatar a través de la música, la identidad sureña.
Todas las canciones tienen “aires” de ritmos autóctonos, como el Loncomeo o el Retumbo, pero sin la pretensión de ser tales, porque Martin tiene su propia identidad compositiva y estos ritmos llevados a su terreno, hacen que este trabajo suene tan diferente y autentico.

“SUREÑO” es un disco crudo en todo sentido, desde su sonido hasta sus poesías, pero a la vez, está lleno de texturas y matices. Las melodías evocan paisajes, suenan a valle, a estepa y a la soledad de los cañadones. Huelen a mar y restinga con oro negro. Saben a greda y herrumbre de los cerros erosionados por el viento, el agua, la historia y el hombre. Las poesías nacen de la tierra como raíces de retamales y de la arena salada que fue mar, allí donde el viento sureño esparce con rabia los frutos del quilimbay.
“Por acá me voy quedando cerquita de un molle para sacarle un poquito de leña, y el fuego ya templo mi guitarra, que a la noche le quiere sonar su garganta sureña” canta Martin en “Juntando flechas” o “La mata tiene espinas y frutos rojos, mi amor tiene sus penas de arena” en “Para cruzar el valle”. Es que solo alguien que vivió in situ, puede escribirle al sur de la Patagonia desde lo más recóndito, desde su amor y también su dolor, porque al sur se lo ama, pero a veces también duele.
Este es un trabajo artístico fundamental para conocer y entender el Sur, desde un lugar diferente, desde la mirada de un artista. “MUSICA PARA MIRAR” acompaña las canciones instrumentales con imágenes que muestran los diferentes paisajes del sur de la Patagonia, “SUREÑO” los narra con su poesía profunda.

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