Oficialismo y oposición se ataca mutuamente intentado atraer el voto juvenil. Pero en la Argentina de macristas y peronistas no están garantizados ni el derecho a una sexualidad plena ni el derecho al trabajo para la juventud. Contra esa demagogia, hay que apoyar al Frente de Izquierda Unidad.
Lunes 30 de agosto de 2021 12:58
La campaña electoral de los grandes partidos patronales muestra su pobreza a cada momento. La falta de propuestas concretas va de la mano con frases que buscan impactar. No es para menos. Más allá de la famosa grieta, Juntos y el Frente de Todos comparte los presupuestos de un país gestionado en función de los intereses del FMI y el gran empresariado.
Este lunes la polémica -si es que se puede acudir al término- se desató por una frase de Victoria Tolosa Paz, precandidata a diputado nacional por el FdT en Provincia de Buenos Aires.
“Vinimos para hacer posible la felicidad de un pueblo y la grandeza de una patria, y no hay felicidad de un pueblo sin garchar", dijo la ex funcionaria que vive en un country.
La frase trascendió ampliamente. La gran corporación mediática, con un tono un tanto moralista, la amplificó a más no poder. En esa condena hay que ver, también, una operación política. El intento de presentar a los candidatos del oficialismo como personajes frívolos. Algo que resulta más que sencillo luego del escándalo por las fotos del cumpleaños de Fabiola Yánez, celebrado en el momento más duro de la pandemia.
Sin embargo, haciendo un ejercicio de fuego amigo -y cuidando los votos de sectores más conservadores para el Frente de Todos- el ex carapintada y ministro de Seguridad de Provincia de Buenos Aires, Sergio Berni, salió a “responder” los dichos de su propia candidata.
"Yo soy peronista. Para nosotros el crecimiento de la patria pasa por el trabajo, la soberanía política, la independencia económica y por sobre todas las cosas por la justicia. Si no hay justicia social, si no hay equidad social, por más garche que haya el pueblo es infeliz", afirmó el funcionario.
No fue el único que se subió a esta falsa polémica. Desde el lado macrista del mundo, María Eugenia Vidal habló sobre los jóvenes afirmando “dejemos que ellos se ocupen de su sexualidad, nosotros tenemos que encargarnos de que tengan trabajo digno y educación de calidad, conseguir un alquiler, para eso tenemos que derogar la ley de alquileres y puedan irse a vivir solos”.
Demagogia reforzada
Oficialismo y oposición hablan como si nunca hubieras gobernado. En la Argentina macrista y peronista no existen ni los derechos laborales ni el derecho a una sexualidad plena.
El Gobierno peronista dedica una cifra irrisoria a la Educación Sexual Integral. El dato quedó en evidencia pocas semanas atrás, en el marco del debate por la licitación para comprar 10.000 penes de madera. En ese entonces, un informe de elDiarioAR consignó que el Presupuesto estatal asignaba apenas más de $10 por estudiante para el tema…por año.
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Pero, al mismo tiempo, la ESI como tal -a pesar de haber sido sancionada hace ya década y media- no está completamente implementada a nivel nacional de manera plena. Esto es resultado de la gran influencia que sobre la educación tienen tanto la iglesia católica como otras, que se oponen firmemente a ese dictado.
Una encuesta reciente -elaborada por el proyecto #EsConESI con casi 400 estudiantes de distintas provincias- mostró que solo el 2,02 % había recibido Educación Sexual Integral en todas las materias. Además, un 21,41 % directamente no recibió ningún contenido.
¿Puede haber un pleno disfrute de la sexualidad sin Educación Sexual Integral? Categóricamente no. La frase de Tolosa Paz es un comentario demagógico de ocasión, intentando ganar votos entre la juventud. Y la respuesta de Berni…también.
A eso hay que agregarle un dato económico. Hace ya varios meses que los preservativos dejaron de estar en la lista de Precios Máximos. Es decir, adquirirlos no es para nada barato. Y a eso hay que agregar que obtenerlos en centros de salud es prácticamente imposible.
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El macrismo, en este caso, no puede decir ni mu. Nadie olvida que fue el Gobierno de Macri (y Vidal) el que redujo el Ministerio de Salud a Secretaría, degradando funciones y atribuciones.
Si el debate sobre sexualidad es pura demagogia, qué decir sobre Vidal o Berni hablando de derechos a un trabajo digno para la juventud.
El macrismo fue un fiel defensor de toda política de precarización laboral, algo que cae mayoritariamente sobre la clase trabajadora. Hoy más del 70 % de los jóvenes trabajan en condiciones de precarización laboral extrema.
Es obvio que ese estado de cosas no se revirtió en los casi dos años de gestión de Alberto Fernández y Cristina Fernández. Por el contrario, aprovechando la pandemia, con aval oficial y la complicidad de la burocracia sindical peronista, las patronales avanzaron en hacer más endebles las condiciones laborales de la clase trabajadora y de la juventud en particular.
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Con los grandes partidos patronales, no hay futuro para la juventud. Tampoco de la mano de libertarios y liberales que hablan de “libertad” pero consideran sagradas las ganancias de los grandes empresarios que precarizan a los y las jóvenes. Y que, al mismo tiempo, atacan la ESI como "ideología de género" empujando a concepciones y valores aún más retrógrados.
Solo el Frente de Izquierda Unida propone una agenda de lucha para la juventud. Una pelea para terminar con la precarización laboral y los salarios de miseria; para luchar seriamente en defensa del medio ambiente contra la destrucción que impulsan empresarios y Gobiernos; para enfrentar un sistema que oprime y explota, para conquistar el derecho a un disfrute pleno de la sexualidad.
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