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Red Internacional
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Recorte presupuestario. UTN: multitudinarias asambleas en el Instituto Nacional Superior del Profesorado Técnico

La situación crítica que atraviesa a las universidades nacionales, no pasó desapercibida en el INSPT - UTN. El hall central, de la sede ubicada sobre la Av. Triunvirato, se colmó de estudiantes, docentes y no docentes formando parte de las asambleas educativas.

Viernes 12 de abril 11:21

En tan solo 4 meses, el gobierno de Javier Milei, arrojó a las universidades públicas a una situación como pocas veces se vió en nuestra historia. El congelamiento presupuestario y el aumento sideral de las tarifas pone en riesgo la continuidad de su funcionamiento. El caso de la Universidad del Comahue ejemplifica por demás la problemática, con un presupuesto de 121 millones para gastos de funcionamiento, recibió una boleta por 20 millones en enero, de 40 millones en febrero y estiman que en marzo rondará los 60 millones. Esto se debe a la resolución 7/2024 de la Secretaría de Energía que elimina los subsidios, e incluye a los hospitales dentro del recorte.

El rector de la UTN Rubén Soro fue entrevistado hace una semana sobre la situación de las 30 facultades y mencionó que “tenemos presupuesto para garantizar dos o tres meses más de puertas abiertas”. El mísero aumento del 70% reivindicado por el gobierno, es una burla, solo aplica para aproximadamente el 5% del presupuesto total universitario, destinado a gastos de funcionamiento.

Los salarios de trabajadores y trabajadoras docentes y no docentes, duramente golpeados por la inflación, completan el 95% restante del presupuesto. Según denunció el Frente Sindical de Universidades Nacionales, la oferta de recomposición salarial del 12% para el mes de marzo no llega a cubrir la pérdida salarial de los meses de diciembre 2023 a marzo 2024, sino que expresa “una afrenta a las y los trabajadores de las Universidades de todo el país que acumulan una pérdida salarial de más del 50%”.

Para los y las estudiantes cada día es más difícil poder ir a cursar, los aumentos en el transporte obligan a concurrir a menos clases a quienes no pueden afrontar estos costos. Para colmo, no solo se congelan los -ya exiguos- montos destinados a becas, si no que la crisis presupuestaria implica un recorte en la cantidad de becarios y becarias. De esta forma, quienes deban trabajar y dedicar menos tiempo al estudio, quedan expuestos al mismo ajuste que sufren los y las docentes. El Gobierno le ha declarado la guerra a todo aquel que viva de un salario,

Esta situación, no hubiese sido posible sin la connivencia de las conducciones sindicales de la CGT y la CTA, junto a la pasividad de las Federaciones Universitarias y centros de estudiantes, dirigidas por peronistas y radicales. Un caso concreto, sucede en la UTN - FRBA, donde la conducción del centro de estudiantes, la Franja Morada, hasta el momento no ha emitido el más mínimo comunicado ni pronunciamiento frente a la crisis que atraviesa la casa de estudios.

Frente a este panorama, la comunidad educativa del INSPT - UTN, no se queda de brazos cruzados y comienza a organizarse. Con asambleas multitudinarias, convocadas desde el gremio docente, en los tres turnos y cientos de partícipes, desde el miércoles a la noche se vienen conformando grupos de WhatsApp de estudiantes y docentes para debatir qué medidas tomar.

Augusto estudiante de la Tecnicatura Química menciona sobre este proceso: “es alentador ver cómo surgen espacios de organización en el instituto. El primer paso va a ser la continuidad de las asambleas. En la UBA se están haciendo clases públicas por ejemplo. Podríamos pensar cómo coordinar con los estudiantes de todas las universidades y todos los sectores en lucha ante el ajuste del gobierno. Hay que replicar este ejemplo en cada facultad y mantener el método asambleario para decidir. Es necesaria la participación activa de toda la comunidad educativa en la jornada de unificación de los sectores en lucha de este viernes 12 de abril, en la marcha federal universitaria del 23 de abril y en el paro general del 9 de mayo, así como también la definición y exigencia de un plan de lucha, para que no termine únicamente en una movilización ni en un aumento presupuestario, sino que el movimiento estudiantil se proponga enfrentar hasta el final el saqueo a los bolsillos del pueblo trabajador en curso, que caigan definitivamente la "Ley Ómnibus" junto al "megaDNU" y se proponga discutir de una vez y para siempre como la universidad pueda brindar herramientas para solucionar las necesidades de los sectores populares.”