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Red Internacional
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Ciudad de Buenos Aires. Un Federal en el narconegocio

Rosa D'Alesio

Rosa D’Alesio @rosaquiara

Miércoles 5 de noviembre de 2014

No es noticia hablar que las policías federales, municipales o provinciales, son parte activas de las bandas del crimen organizado. Pero cuando la discusión sobre la inseguridad lleva a endurecer aún más las leyes, aumentar la dotación de uniformados, vale recordar que la inseguridad es la maldita Policía, y no sólo ella, sino todo el aparato represivo del Estado.

Un sargento de la comisaría 27° fue detenido junto a otras 26 persona. Tenían en su posesión más de 11 kilos de cocaína. El Federal lidera una banda narco. O tal vez habría que decir que lideraba, porque habrá que esperar para saber ver si otro jefe de la Federal, o gendarme, no le birla el negocio mientras este procesado. Pero en principio tomó estado publicó que esta banda operaba en el Bajo Flores, y que el sargento de la 27, que vivía en el barrio, había montado una “pyme” narco familiar.

El fin de semana pasado, después de casi tres años y ciento de escuchas telefónicas, se ordenó el allanamiento. ¡Tres años y cientos de escuchas para desbaratar a una pyme!. Según lo que supo la prensa, en este allanamiento, además de los 11 kilos de cocaína se encontró 328 gramos de marihuana, 70 teléfonos celulares, 20 computadoras, seis automóviles (un Audi A3, una Volkswagen Amarok, una Ford Esco Sport, un Peugeot 206 y otros dos más), una moto, tres armas de fuego (una escopeta, un revólver y una pistola calibre 9 milímetros) y dinero en efectivo.

Se podría decir que el sargento cayó en desgracia solo por manejar una banda menor, cuando en realidad las policías son parte de grandes bandas delictivas y las más sangrientas. La banda que secuestro y posteriormente asesinó al hijo del falso ingeniero Blumberg en 2004 (a partir del cual el gobierno de Néstor Kirchner accede a reformar la legislación para endurecer las condenas), contó con la participación de policías. Tres policías fueron procesados por este caso.

Pero no sólo de secuestros y narcotráfico vive los policías de la Federal.

En el año 2009, tres suboficiales de la comisaría 41° fueron denunciados por salir a robar empleando sus armas reglamentarias. En la 23° se investigó a nueve efectivos por apremios ilegales y en la 5° un subcomisario y su chofer están acusados de haber intervenido en el llamado "robo del milenio", en el que un grupo de boqueteros saqueó 99 cajas de seguridad de la sucursal del banco Macro de la avenida Callao al 200.

En el año 2010 fue desplazada toda la cúpula de la comisaría 49°, ubicada en Villa Urquiza, por los cargos de asociación ilícita y cohecho.

Durante el 2010 el fiscal federal Federico Delgado elevó a juicio el caso de una banda de secuestradores integrada por uniformados de la comisaría 44° y barrabravas del Club Vélez Sarsfield. Delgado también denunció la presunta connivencia entre personal de la comisaría 24° y vendedores de droga.

Podríamos continuar con los ejemplos, pero alcanzan para demostrar que más uniformados en las calles terminará por incrementara el gran delito. La corrupción, las balas y la sangre siempre vienen de ese lado. No es un policía corrupto, es toda la institución irreformable.


Rosa D’Alesio

Militante del PTS, columnista de la sección Libertades Democráticas de La Izquierda Diario; se especializa en temas de narcotráfico y Fuerzas Armadas.

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