Jueves 5 de marzo de 2015
Córdoba es, por su peso poblacional, uno de los territorios más relevantes para la elección nacional. Pero las inundaciones obligan a los candidatos a medir sus pasos y se convierten en un factor más en las disputas internas en los partidos mayoritarios de la provincia.
El más golpeado por el desastre es sin duda De la Sota, que se debate entre la necesidad de dar soluciones contundentes a los damnificados para dejar bien parada a su gestión, y la urgencia por recorrer el país para promocionar su candidatura presidencial. Antes del temporal, estaba listo para anunciar públicamente la fórmula Juan Schiaretti - Martín Llaryora (Daniel Passerini sería candidato a diputado nacional), que mostraría la unidad del PJ frente a una dispersa oposición.
Pero las lluvias no dan respiro desde el 15 de febrero y cada día son más las localidades afectadas. El gobernador declaró la provincia entera en emergencia y la dividió en 5 zonas para descentralizar la asistencia. Ya hay nueve personas muertas, más de dos mil evacuadas y pérdidas económicas se calculan en más de 1000 millones, según datos oficiales. El descontento de quienes perdieron todo empieza a transformarse en bronca y en organización, sobre todo en el departamento Colón, donde se concentran las localidades afectadas más grandes y que representa el siete por ciento del padrón provincial.
Por ahora, De la Sota se encomienda a Dios y usa las inundaciones en su enfrentamiento con la Nación: cuando solicitó ayuda económica a Capitanich, éste sólo anunció beneficios mediante la Anses para los jubilados que cobran la mínima y las personas con asignaciones. Recién ahora Aníbal Fernández aceptó reunirse con los legisladores nacionales por Córdoba a pedido del presidente del bloque de diputados nacionales del radicalismo, Mario Negri. En la cita se gestionaría un crédito de 540 millones de pesos, de los cuales 240 millones serán para la reconstrucción y refacción de 250 viviendas dañadas en las Sierras Chicas y 300 millones para caminos, puentes, acueductos y servicios en general. Un monto insuficiente, teniendo en cuenta que los primeros informes hablaban de 1.700 viviendas destruidas parcial o totalmente y en estos momentos la cifra se ha multiplicado.
Con un ojo en el cielo y otro en la oposición
Es tan grave la situación que hasta Luis Juez llamó por teléfono a De la Sota, con quien no hablaba desde hace 8 años. El senador nacional había culpado por las consecuencias de las copiosas precipitaciones no sólo al gobernador sino también a los intendentes de las Sierras Chicas, algunos de los cuales son de su propio partido.
El ex intendente de Córdoba está más exaltado que nunca porque también a él le urge salir a hacer campaña. El problema es que todavía no sabe con quién. Ya reafirmó su apoyo a la candidatura presidencial de Macri, a quien alguna vez acusó de neoliberal y de tener pocas luces (por usar un eufemismo). Sin embargo, sabe que la alta intención de voto que tiene el jefe del PRO en Córdoba (según varias encuestas es el mejor posicionado de todos los candidatos) no le basta para ser gobernador. Por un lado porque la votación provincial seguramente irá separada de la nacional, lo cual limitará el efecto arrastre, y por otro, porque el juecismo nunca obtuvo mucha adhesión en el interior de la provincia. Juez está dispuesto a olvidar todas las denuncias que realizó contra el actual intendente Mestre, pero no a arriesgar el despacho principal del Panal. Por las dudas, mantiene aceitados sus lazos con Sergio Massa.
Macri tenía pensado visitar Villa Allende para apoyar al golfista Eduardo Romero, que será su candidato a intendente en las elecciones del 29 de marzo, pero desistió de la idea cuando un grupo de vecinos de esa localidad denunció en los medios que la ayuda social enviada por el gobierno de la ciudad de Buenos Aires fue repartida por punteros del propio Romero.
El jefe del PRO tampoco quiere rebajarse a mediar en la rosca UCR - Juez, a quienes sólo les pediría poner de vicegobernador a Baldassi. Sabe que está bien ubicado como candidato a la presidencia en la provincia y ya amenazó a sus posibles aliados con cortarse solo y dejarlos sin chances de ser gobierno.
El desembarco de Scioli
Por su parte, Daniel Scioli intentó meter una cuña ofreciendo ayuda a los damnificados desde el Banco Provincia de Buenos Aires, pero De la Sota contestó que no era necesaria. Sólo los intendentes de Río Ceballos y de Villa Allende aceptaron recibir donaciones. El precandidato a presidente por el Frente para la Victoria mantiene la esperanza de que su homólogo cordobés baje la candidatura y termine apoyándolo. Tiene en Eduardo Accastello un candidato relativamente bien posicionado, que además ahora es uno de los coordinadores zonales del comité de crisis creado ante las inundaciones.
Hasta ahora, Scioli inauguró una sede del Bapro en Córdoba y visitó Carlos Paz promoviendo un concurso musical y de deportes extremos, en un intento por llegar al electorado joven. Entre las dos actividades almorzó con el empresario Euclides Bugliotti, dueño del Grupo Dinosaurio. Esta es una de las empresas constructoras más grandes de la provincia, que basan sus ganancias en la destrucción del medio ambiente y la superexplotación de los trabajadores, con la ayuda de beneficios impositivos inmensos por parte del gobierno de De la Sota. Daniel Giacomino, ex “soldado de Cristina” y actual ladero de Scioli estuvo presente en el encuentro.