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Red Internacional
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Entrevista. Víctor ’Tomate’ Avalos: ’Nunca me he considerado un clown, yo soy un payaso’

Este viernes se presentó en el Espacio Cultural Bataclana de la Ciudad de Córdoba, el artista Víctor Avalos, más conocido como “Tomate”, presentando su espectáculo “Tomate…puro Tomate”. Payaso, bufón, globólogo, artista callejero y un sinfín de personajes más, aprovechamos desde La Izquierda Diario para payasear un rato con él.

Luis Bel

Luis Bel @tumbacarnero

Domingo 18 de octubre de 2015

LID - ¿Por qué elegiste trabajar desde el “clown”, desde el bufón? ¿De dónde surge esa “necesidad” artística?

Tomate –Pienso que de lanecesidad de todos los que nos criamos en la dictadura.Teníamos esa necesidad de expresarnoscon cierta brutalidad, con cierta honestidad brutal, tal vez porque no pudimos hacerlocuando fuimos adolescentes,cuando teníamos,nosé, 13 o 14 años y todavía vivíamos bajo elgobierno militar. Entonces había censura y no estaba la posibilidad deexpresarse. Yo creo que deahí nace mi necesidad deexpresarme, un poco de esta manera brutal, desde este payasooscuro,que escomoun bufón, ¿no?
Porotro lado, soy de la idea de que el payaso es transgresor “avant lalettre”: antes de que existiera lapalabra transgresión,elpayaso ya era transgresor. Y tiene que transgredir constantemente: las buenascostumbres,lamoral, algobierno y cualquierfigura depoder, etc. Yomuchas veces digo cuandodoy talleresqueeltrabajodelpayasono consiste en hacerse elgracioso, sino en entrar en un estado de gracia. Y hay una seriede escalones a seguir para conseguir ese estado, pero finalmente lo lográs. Amí mesucede quemuchas veces,cuandovoy con elprimerchiste fuerte, busco a alguien que ya me di cuenta que es unafigura depoder,cuando unoentra en ese estadode gracia, lo hace unpocoinconscientemente a esto. El payaso sabe cosas que yo no, la percepciónseamplia. Por eso caen loschistes rápidos y con cualquier cosa que pasa vos generás un material cómico. No es tantoporuna técnica elaborada,que la hay desde ya, tieneque vercon estosescalones que te decía,con rituales con cosasdeloficio, con tu vida. Y eso te permite hacer reír,asombrar y un poco molestar a los demás.

LID–Vos hablaste recién de la dictadura y justamente después de ésta surgieron grandes experienciascomo lo fue por ejemplo el Parakultural, pero aun así, el “clown” siguió siendo considerado como un género menor dentro del teatro. Esto parece haber cambiado en los últimos años y se ha logrado un mayor reconocimiento, ¿considerás que se sigue manteniendo ese espíritu transgresor?

Tomate – Más o menos. Por un lado,hubo aquella explosión o necesidad de expresarse de la que hablábamos y que el “clown” utilizó, y que tuvo que ver con cierto momento histórico del desarrollo del teatro también. Y sin embargo, hoy por hoy está todo más fácil y no hay aquel nivel. Ni aquel nivel de eficacia, digamos, ni tampoco de compromiso en cuanto al mensaje. Está todo bastante más “light”, todo más políticamente correcto. Se han puesto límites al humor, a los temas con los que se puede hacer humor y el payaso no se puede permitir esos límites, tiene que hacer humor con absolutamente todo. Yo no puedo excluir nada, todo lo humano me es inherente, todo lo humano me interesa.
Entonces, si hoy de cierta forma hay un mayor reconocimiento. Y esto para mi es relativo, esto no hace que haya mejorado mucho el nivel, al contrario, estoy con una convicción bastante fuerte de que ha disminuido en general. No sólo desde la técnica y eficacia de los números, sino también desde compromiso. Pero pasa con todo en general, ya hay pocas canciones que hablen de libertad.

LID - ¿Y a qué crees que se debe eso?

Tomate -Me parece que todos los movimientos que son contracultura y que se salen un poco del establishment, el sistema sabe cómo regurgitarlos. ¿Qué quieren? ¿Rock and Roll? Acá lo tienen. El sistema mercantiliza, comercializa y degrada todo y se hace difícil mantenerse al margen, estar “por fuera”. No alcanza con no pagar impuestos, chocar la barrera del peaje o cometer delitos menores como yo lo hago constantemente (risas). De alguna manera te van acorralando y empezás a ser “parte de”. A veces terminás haciendo trabajos donde no te sentís del todo “digno”, para decirlo de alguna manera. Te sentís un poco “el forro de la cultura”. Hoy te puede “fusilar hasta la cruz roja”como decían Los Redondos y es más o menos así.
Y con respecto alo del reconocimiento, esto es relativo.Los artistas de calle argentinos, por ejemplo, hemos hecho escuela en Latinoamérica e incluso en Europa. Yo, a partir del 2000, giré durante 8 años consecutivos por el Viejo Continente y vi como los espectáculos de calle allá se empezaban a parecer a los argentinos. El humor ácido, el ritmo y la practicidad para producir cualquier cosa. Por eso te encontrás artistas argentinos por el mundo y la mayoría son productores, porque te consiguen cualquier cosa. Y sin embargo, más que reconocidos muchas veces somos bastantes perseguidos. En los lugares turísticos no se nos deja laburar, las municipalidades no reconocen que somos parte de la cultura y un atractivo turístico también, por qué no. A veces, la gente me viene con las fotos del año ‘93 que se sacaron conmigo en San Clemente y me dice, mirá yo te vi hace tantos años en la calle.
Incluso te ve la familia y sobre todos aquellos que no tienen para pagar una entrada, o a veces ni siquiera para la gorra y que se acomodan un poco avergonzados en un rincón. Yo los identifico y cuando paso la gorra paso rapidito por ahí para no hacerlos sentir incómodos y les hago una sonrisa de agradecimiento por haber estado. Pero los municipios, en lugar de reconocerlo, empiezan a hacer “casting” para que se pueda trabajar, te piden que pagues permisos. ¿Permisos para qué, para divertir al pueblo? Madre mía. Entonces, no sé hasta qué punto es reconocido nuestro laburo. Yo a los dientes que me faltaban me los tuve que poner a pulmón, no tengo ninguna obra social que me cubra. Y también quiero tener la posibilidad de acceder a un médico por si me enfermo algún día. Pero entonces tenés que pagar un montón de guita para poder morirte con los papeles en regla.

LID – Vos dijiste que el clown es revulsivo hasta dentro del ambiente teatral mismo. ¿Cómo lo ves a eso?

Tomate -Y… muchas veces escuchás a un director diciendo: “No… porque nosotros hacemos teatro”, con la voz encolada, y así se da un poco el fenómeno en todos lados. También está el hecho de que nunca me he considerado “clown”. Mirá, yo no terminé ni el segundo año de la secundaria, pero tengo alrededor de 700 libros en mi biblioteca y me los he leído a casi todos. Tengo un cierto conocimiento amplio, con amplias lagunas, pero la palabra “clown”, y lo sé perfectamente porque lo he investigado, no existe ni siquiera como anglicismo en nuestro idioma. La traducción es payaso, y yo, soy un payaso. Y hasta técnicamente es bastante diferente, porque el payaso no trabaja como el “clown” desde la inocencia, trabaja desde la picardía y en toda Latinoamérica se ha producido ese fenómeno. En Brasil es casi una figura erótica “E o palhaço o que é? É ladrâo de mulher”, dice la canción. Y esa picardía lo mete en líos. El tipo siempre roba algo, se lleva una bicicleta y se le desarma, tiene ropa demasiado grande o demasiado chica por que la robó. Se la sacó de la soga a alguien. Es ajena. La nariz roja para el “clown” es la máscara más pequeña del mundo. Para el payaso simboliza el vicio, es un borrachín o tal vez algo peor. Y entonces se mete en líos como todo pícaro. Y eso hace que el público se identifique, porque a casi todos les ha pasado que por “hacerse los vivos” se han visto en situaciones incómodas. Entonces, eso lo hace un poco tierno también.

LID – Entonces, quizás desde el teatro fue más aceptado el “clown” que el payaso.

Tomate – Si hablamos puramente de técnica sí, porque todos conocemos la técnica de Lecoq, el trabajo con mascara neutra, el melodrama, la comedia, el trabajo de los juglares, los bufones, etc. Y hay una corriente de “clown” teatral que es buenísima en nuestro país. Pero también estamos los payasos. Yo nunca hice teatro, entonces no puedo decir que soy “clown”, soy un payaso. Como a mí no me importa clasificarme, dejo que me clasifique aquel que tenga necesidad.Si el festival es de “clown”, entonces yo pongo “Tomate Clown”, si es de mimo, pongo “Mimo Tomate”, y he trabajado en festivales de títeres, de magia. El que quiera clasificar que clasifique, pero una de las cosas buenas que tiene este arte, es que sos libre.
Después, desde el mensaje, desde lo que se dice, creo que hay diferencias, porque el “clown” tiene que ver con otro siglo y otro lugar geográfico. Así como la literatura latinoamericana tiene sus particularidades, el hacer reír también.Los payasos locales tenemosdiversas influencias, Cantinflas,el Chavo del Ocho,el mismo humor cordobés; el borrachín cordobés, que a veces te lo encontrás en una esquina y que muchas veces es mejor que el “stand up” de Comedy Center: “Sabés cómo le dicen a aquel, de tal forma… y a aquel?”, te hacen cagar de risa. O los callejeros que cuentan chiste, me he pasado 3 horas escuchándolos y no te repiten una broma, tienen un repertorio kilométrico. Y son dos tipos sin vestuario, sin sonido, sin escenografía, con tan sólo un diario arrollado que uno tiene para pegarle al otro y tienen a 300 personas alrededor riéndose hasta las lágrimas. Y pasan la gorra 70 veces por noche y terminan ganando más plata que en un teatro.Y la gente se ríe mientras pone, porque también es una técnica hacer reír mientras pasás la gorra, porque si no se transforma en una situación de mierda, tanto como paraelque pide como pare el que da.
También tenés que hacer un equilibrio en el espectáculo, porque si tirás todas malas te pueden decir “andá a pagarte un psicólogo, que venís a tirar tu mierda acá”. Entonces intercalo personajes, hago un viejito, un niñito,y así muchas veces vas encontrando cierto equilibrio.
Como dice Picasso, yo no ando por la vida buscando, sino encontrando. Por ejemplo,de las banderas que utilizo durante el espectáculo no elegí ninguna, me llegaron haciendo esto, haciendo lo que hago:funciones por todos lados. Porque hay una magia, un mensaje que la vida te da constantemente y que vos tenés que estar despabilado para poder tomarlo.

Nueva función: Domingo 18/10 – 19 hs. –
Espacio Cultural Baltaclana – Arturo M Bas 1083
Bº Güemes – Valor de la entrada: $ 70