SE TENIA QUE DECIR.Bregman: "No son los sótanos de la democracia, son sus cimientos"
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A propósito del espionaje ilegal que salió a la luz el fin de semana, por parte de la AFI entre 2017 y 2018 a periodistas, académicos y organizaciones políticas y sociales como el PTS, entrevistamos a la abogada y legisladora del PTS-FIT Myriam Bregman en el programa #SeTeníaQueDecir.
Lunes 8 de junio de 2020 | Edición del día
El viernes hicimos un informe en Se Tenía Que Decir, sobre los nuevos casos de espionaje ilegal que tienen imputado al ex presidente Mauricio Macri, y el jefe y la subjefa de la AFI Gustavo Arribas y Silvia Majdalani, además de algunos espías. Por la tarde se conoció nueva información: hubo espionaje a 403 periodistas que se acreditaron para cubrir la cumbre del G20, 28 académicos, y otras 59 personas que son parte de organizaciones políticas y sociales, que quisieron participar de la Cumbre de la OMC (Organización Mundial del Comercio), hechos que sucedieron entre el 2017 y 2018. En esos espiados está también el PTS, según se pudo conocer con fotos y datos personales de algunos de sus dirigentes, un listado de aportantes y otra de militantes que hicieron distintos cursos de formación.
Entevistamos esta mañana a Myriam Bregman, abogada del CeProDH y legisladora de la Ciudad por el PTS-Frente de Izquierda
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Hay una interrelación profunda, nosotros lo denunciamos. Larreta por ejemplo, que ahora todo el mundo lo intenta mostrar como una cara distinta de Cambiemos, hizo votar una reforma del código de procedimientos de la Ciudad de Buenos Aires para que la policía de la Ciudad pueda directamente contratar buchones. Es decir, darle soplones para que le pasen información. Esto da lugar a todo tipo de componendas, como por ejemplo las relaciones con el narcotráfico: donde a una persona le descubren una causa, entonces la Policía canjea ese hecho para que esta persona brinde información al Estado. Que puede ser completamente falsa, pero no importa, porque cada cual cumple con el casillero que tiene que cumplir. Entonces se va haciendo un sistema muy amplio de espionaje, que abarca desde la AFI hasta estos buchones semi legalizados, pasando por todos los servicios de inteligencia que tienen todas la fuerza. Está el caso de la Gendarmería, que también hemos denunciado desde el 2011 a esta parte varias veces. Y hay otros casos, como el que salió hace unos años bajo el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner donde la inteligencia del ejército seguía teniendo 1.400 agentes. ¿Cuál puede ser el justificativo para que la inteligencia del Ejército, los famosos PCI -Personal Civil de Inteligencia-, en algún momento llamado Batallón 601, siga existiendo en este contexto? Si sumas la cantidad de fuerzas de espionaje que hay en la Argentina, la verdad es que da escalofríos, y sólo tienen como objetivo servir a los gobiernos de turno, controlar la oposición, controlar la justicia y perseguir a la izquierda y los que luchan. No tiene otro objetivo todo ese enorme ejército de espías que tienen cada una de las fuerzas del estado. Ahora en la causa Lomas de Zamora que mencionábamos antes, se ve el servicio de inteligencia que tiene el propio Servicio Penitenciario. Se cruza con el escándalo hace poco de la situación en las cárceles, la renuncia de Emiliano Blanco, este personaje que fue pasando a través de las administraciones, que como aparece en esta causa se dedicaba a lo que ellos llaman “alambrar”. Eso significa plantar micrófonos en distintas celdas y lugares del servicio penitenciario, como los lugares de visitas para controlar a los detenidos.
Myriam ayer decías en Twitter “no son sótanos de la democracia sino prácticas sistemáticas desde 1983”. Hubo ciertas modificaciones, se pasó de la SIDE a la AFI, ahora hay una intervención. Estas medidas, ¿han cambiado algo en el manejo de estos servicios de inteligencia?
83 hasta acá, todos los agentes se han ido reciclando, todos van pasando. El caso extremo es el de Raúl Gublielmineti: un torturador que actuó en el Centro Clandestino Orletti, miembro del Batallón 601 que en el
83 se reconvierte, y termina formando parte de la custodia de Raúl Alfonsín. Casos que son casi novelescos, no podes creer cómo una persona del Batallón de inteligencia del ejército, el 601, termina siendo miembro de la custodia presidencial de Alfonsín. Este personaje en la actualidad está condenado en una causa de lesa humanidad. Así tenés miles de ejemplos de cómo se van reconvirtiendo. En el caso especial de los servicios de inteligencia, SIDE y AFI, cambió de nombre, pero las personas continúan. El caso el propio Stiuso es el símbolo máximo: entró en el año 72, pasó por todo el gobierno constitucional del peronismo en el
73 y 74, después participa de la dictadura, sale de la dictadura y participa de todos los gobiernos posteriores desde Alfonsín, De la Rúa, y termina recién dejando la SIDE a partir de un escándalo durante la segunda presidencia de Cristina Fernández de Kirchner. Entonces hay una continuidad absoluta en las políticas, y también en las personas. Más allá de los nombres, más allá de que en el medio se modificó la Ley de Inteligencia. Siempre se han cuidado bien que las penas sean mínimas para que ninguno de estos hechos sea condenado.
- {{¿Qué pasa con los archivos de inteligencia que es un reclamo de los organismos derechos humanos? Con los de la dictadura, la Triple A, y los que vos mencionabas desde el
83 para acá.
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