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Red Internacional
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LA OTRA CARA DE LA PANDEMIA. Adecco extorsiona a los empleados de Grin para flexibilizar sus condiciones de trabajo

La empresa Grin Scooter deja de operar con la tercerizada Adecco y extorsiona a los trabajadores intimando a que renuncien para ser reubicados en supermercados por menos salario. Una nueva empresa que aprovecha la crisis del Covid-19 para flexibilizar condiciones laborales.

Martes 31 de marzo de 2020

La empresa mexicana Grin Scooter S.A, conocida por los monopatines eléctricos distribuidos en la Ciudad de Buenos Aires y que llegó al país para instalar una movilidad “simple, divertida y ecológica”, suma incertidumbre a decenas de familias al dejar de operar en Latinoamérica. Trabajadores efectivos y tercerizados por Adecco recibieron comunicaciones telefónicas intimando a trabajar en supermercados o quedando sin su puesto laboral.

Grin tiene historia de fraude laboral. En el caso de México, la empresa despidió a todo su personal sin liquidación ni aviso previo de la quiebra. “Nos hablaban para hacer una nueva estrategia por lo del Covid-19 y ya estando aquí nos dijeron que nos iban a despedir" expresó uno de los empleados.

La precarización y la tercerización laboral son el telón de fondo para que Grin, junto a Adecco, avance sobre las decenas de familias quedando en una incertidumbre total en tiempos de crisis, y desligandose de responsabilidad. Esto ha implicado trabajar ocho horas diarias en la calle, sin un lugar para el descanso, y obviamente con la complicidad del Sindicato de Comercio para no pagarnos como transportistas. Cambios de horarios y francos son moneda corriente, al igual que el “es lo que hay, sino te gusta ya sabes”. Negarse a tal extorsión podría implicar una de Adecco diciendo que ya no necesitaban sus servicios.

Además de las extorsiones, la empresa Grin exponía la vida de los operarios de calle con vehículos que no se encontraban en buenas condiciones y solo paraban cuando se rompía. Uno de los empleados expresó: “Me acuerdo como si fuera ayer, cuando me subí a la moto con un canasto atrás para cargar los patines y a la moto le faltaba un espejo, tenia floja la cadena y no le funcionaban los frenos de atrás. Son esos momentos cuando uno se pregunta ¿Cuánto vale mi vida?”

Nuestra vida tiene que valer más que sus ganancias

No era de sorprender que frente a la pandemia de coronavirus la empresa no demuestre interés por la salud de sus empleados. Ni alcohol en gel, ni guantes de látex, ni siquiera algún tipo de desinfección a los monopatines, que son una gran fuente de contagio tanto para los empleados como para el usuario, poniendo en riesgo la salud de todes.

Desde Adecco llamaron a los operarios diciendo que Grin dejaba de operar, a algunos “por quiebra” y a otros que “se pausaba la operación”. Es evidente que lo único que hacen es aprovecharse de la crisis económica y sanitaria para descargarla sobre los trabajadores.En todos los casos ofrecieron un empleo de armador de pedidos en un supermercado o para trabajar en las conocidas empresas de apps tipo Rappi o Glovo, las mismas que precarizan a miles de pibes que hoy día son hostigados por la policía.

Este chantaje expresado en los ofrecimientos no buscan más que la reducción de salario y con la condición de firmar la renuncia a Grin para poder generar un nuevo contrato de trabajo y de esta forma aplicar una maniobra empresarial para no pagar la indemnización correspondiente ya que la empresa quiere aprovecharse que la Ley de Contrato de Trabajo, que establece media indemnización cuando el despido responde a causales tales como fuerza mayor y/o falta o disminución de trabajo, siempre y cuando ello no sea imputable a la empresa. La pandemia de coronavirus es la mejor excusa para justificar la fuerza mayor.

La extorsión es evidente. ¿Quién asegura que una vez finalizada la pandemia los van a efectivizar en el puesto que ahora tiene gran demanda por la visible situación de los supermercados? Desde la empresa se apura una definición inmediata jugando con la desesperación de las familias y así pagar lo menos posible luego de haber amasado millones durante su estadía en el país.

De ninguna manera se puede seguir permitiendo que estas empresas hagan y deshagan a su gusto jugando con la vida de los laburantes. No somos descartables. Una ley contra los despidos es urgente para frenar los ataques de las patronales que utilizan la excusa de la pandemia para dejarnos en la calle y descargar su crisis sobre nuestras familias. Basta de tercerización y abuso de las agencias. Nuestras vidas valen más que sus ganancias.