Obreras de la fábrica de galletitas opinan sobre las medidas de ajuste del gobierno y de qué forma se podrían enfrentar. Además hablamos acerca de las propuestas de la izquierda y la jornada de lucha del 9A.
Lunes 8 de agosto de 2016 16:15
Neosol es una fábrica que se encuentra en Lanús desde hace casi cinco décadas. Un poco más de 100 personas, la mayoría obreras, fabrican galletitas dulces, crackers y sin sal, en tres turnos.
Con la nueva edición de La Izquierda Diario impreso, nos acercamos a charlar con ellas. A conocer sus opiniones sobre cómo ven el país, cómo las afectan los tarifazos y otras medidas del gobierno. También cómo piensan que se puede enfrentar esta situación, y aprovechamos para contarles las propuestas de la izquierda y la jornada de lucha que ya se preparaba para este 9 de agosto.
Era de noche y el frío no aflojaba. De a poco las obreras van llegando, siempre es tarde cuando se llega. Las preguntas iban a tener que esperar para ser respondidas por las que ya cumplieron su cuota de trabajo en el día. Mientras esperaban a que las busquen, varias se fueron acercando para iniciar la ronda de preguntas y opiniones.
¿Cómo te informas?
Primero quisimos saber por dónde siguen lo que pasa en el país. El primero en responder nos contó: “para informarme escucho radio La Red; también redes sociales y a partir de ahí me disparo por lo que veo. Navegar por páginas de noticias no, salvo que haya una noticia muy importante o que me llame la atención”. Otra trabajadora respondió sin vueltas: “La tele, la radio: TN y leo diario Clarín”. Otra prefería “revolvér” más los canales para encontrar las noticias: “Me informo por el noticiero, TN, variado, voy cambiando. Pero hay canales que veo que están en contra o a favor del presidente y lo voy cambiando”.
¿Qué opinión tienen sobre el gobierno de Macri y las medidas económicas?
La charla derivó en las opiniones sobre los 7 meses del nuevo gobierno. Nadie quería dejar de opinar. Aunque todos partían del descontento con las medidas de Macri, también había posiciones encontradas. “Improvisan demasiado, no tenían un plan. Entre esto y lo que había, yo le doy una carta de confianza a esto, porque no me gusta que me mientan y no me gustan que se queden con lo que no les corresponde. Los tarifazos no los supieron aplicar, quisieron hacer un corte por lo sano y con el bolsillo de la gente no. Si hubiese sido gradual, no se podía estar pagando servicios al precio que se pagaban”.
Tímidamente una nueva entrevistada se suma a dar su opinión. “La verdad me desilusionó, pensé que iba a hacer otra cosa. Y las paritarias cerraron para la mierda. Mirá, pienso que tomó una actitud vengativa que de justicia y nos jodió a la clase obrera”.
Detrás se impone la voz de una trabajadora que no tiene dudas de cómo viene la mano. “Él no tendría que haber tocado mucho a la clase obrera, tendría que haber ido por las multinacionales a tocar un poquito más, porque la clase obrera terminó pagando un 400 % de aumentos en los impuestos y la clase alta un 100 % y eso donde se ha visto. ¿Para dónde tirás, eso es pobreza cero eso?”.
Una a una, van largando látigos. Una chica pelirroja que se asomaba del fondo agrega su bocado: “si va a ser pobreza cero, porque nos vamos a morir todos de hambre y no va a haber más pobres”, estallamos de risa y la entrevista ya era una charla relajada.
Otra retoma el hilo “No puede ser que te suban de un día para otro, está bien que suba pero, que avisen. Cambió el gobierno y así de una te subieron todo y la plata era menos”.
Quizá la que más experiencia llevaba en sus palabras, largó “Si está a favor de las empresas más que del trabajador. ¿Qué beneficios tenemos nosotros? No son muchos. Los que sí los tienen son empresas que están ganando por nosotros, de ahí se explica el descontento de la gente”.
Así, entre las opiniones de cada una se fueron armando esas definiciones que hablan de lo que se siente desde hace tiempo en los lugares de trabajo: “está a favor de las empresas más que del trabajador”.
¿Qué hacer?
Ante el panorama seguimos charlando sobre la actitud de los sindicatos ante el ajuste, y las propuestas que hace la izquierda para que el gobierno “no siga jodiendo a la clase obrera”, como dicen ellas.
“¿Qué les parece de la exigencia que hace la Izquierda a las centrales sindicales a realizar un paro activo para enfrentar el ajuste? El 9 de agosto estamos convocando a una jornada de lucha para enfrentar el ajuste”.
Una arranca con dudas: “los paros nunca me parecieron una herramienta, nunca lo beneficia al trabajador”.
Pero se vuelve a armar la ronda, y entre todas van armando una reflexión. “Genial. Me parece que es la única forma de pegar donde les duele”, larga una. “Y si tienen el poder de hacerlo que lo hagan”, agrega la que estaba a su lado. Entonces una de ellas denuncia lo que muchos trabajadores intuyen: “pero no se van a hacer, porque a los sindicatos ya le dieron una gran parte de plata para que no lo hagan. 2700 millones con las obras sociales”. Otra toma la posta: “por eso Moyano no hizo paro, por eso fulanito no hizo paro y siguió todo par adelante con su plan”.
Con el debate abierto, una de las chicas dice lo que se caía de maduro: “y sí, cómo no van a hacer un paro con el montón de gente que echaron con el gobierno”.
Pero no la cosa no podía quedar así. ¿Qué hacer? Una de las trabajadoras lo dice: “lo que pasa es que si ya arregló el sindicato, olvídate. Hay que recuperar el sindicato para hacer fuerza. Sin sindicato no hay fuerza. Ese es el tema”.
La charla se tiene que terminar. Luego de un largo día de trabajo llegaron a buscarlas para volver a su casa con sus familias. Pero seguro, continuará.