El interventor Celso Jaqué se reunió con los dirigentes y funcionarios históricos del PJ que condujo la dupla Fellner-Jenefes, un sector que recibió una fuerte derrota en las últimas elecciones.
Martes 14 de febrero de 2017
Desde la llegada hace días del interventor del Partido Justicialista del distrito Jujuy, al ex gobernador de Mendoza, Celso Jaqué, se lo ha visto rodeado de los viejos funcionarios y figuras del peronismo local que salió duramente derrotado en las elecciones de 2015.
Así lo recibieron los diputados provinciales, Germán Fellner, Rubén Rivarola, Javier Hinojo, Alejandra Cejas y Alberto Matuk; el diputado nacional Guillermo Snopek y la senadora Liliana Fellner, los intendentes de Perico y El Carmen, Rolando Ficoseco y Adrián Mendieta, respectivamente; el ex comisionado Municipal de Yala, Durán Vargas, sobre el que recaen denuncias de corrupción, el ex intendente de San Pedro, Julio Moisés y su hija Carolina Moisés, Miguel Tito, Jose L. Martearena y Lorenzo Guerra, entre otros dirigentes históricos.
La intervención fue el resultado de una apelación al órgano máximo del partido, el Consejo Nacional, que hiciera el sector del PJ- ex FPV enrolados detrás del ex gobernador y presidente del partido, Eduardo Fellner. Esta decisión se originó luego de perder también la conducción local del partido a manos del vicegobernador, Carlos Haquim, lo cual había dejado al PJ dentro de la alianza de gobierno que une al massismo jujeño con el gobernador de Cambiemos Gerardo Morales.
El sector del PJ que responde a Haquim tuvo otra recepción para con el interventor. Apoyado en una formal presidencia del partido convocó a elecciones internas para el próximo 9 de abril. Una medida que algunos consideraron como una muestra de desesperación de este sector del peronismo, sobre el cual pesa una intervención, que cuenta además con el visto bueno de la controvertida jueza María Romilda Servini de Cubría que conforma la Cámara Nacional Electoral.
PJ recalculando (a la derecha)
En una solicitada publicada ayer en los diarios impresos por Jaqué, allí el funcionario afirmó “mi tarea va a consistir en coadyuvar a organizar el partido trabajando por la unidad y el reencuentro de afiliados y de sus dirigentes, para lo cual he considerado indispensable reunirme y escuchar a todos los compañeros sin ninguna exclusión.”
Un objetivo nada fácil, siendo la intervención el fracaso de las negociaciones por integrar a Sergio Massa al peronismo como intentó el propio presidente nacional del partido, José L. Gioja (y hasta la ex presidenta Cristina Fernández con su llamado a una “Nueva Mayoría”), según trascendidos de ese momento. Y se suman otras dificultades, en este año electoral, cuando el massismo jujeño con Cambiemos apuntan a retener el conjunto de las bancas nacionales para el gobierno, aunque vayan con boleta separadas como afirman los analistas.
Entonces la posibilidad que prospere la convocatoria a elecciones internas que promueve la intervención tiene a favor el juego propio de Massa en 2017, muy cercano a un acuerdo en la provincia de Buenos Aires con Margarita Stolbizer (recordemos una de las cuatro candidatos a presidente que llevó Gerardo Morales en su boleta a gobernador con el sistema de colectoras); lo cual lo aleja por ahora de la unidad con el PJ y deja al desamparo a sus colegas locales que se sostienen dentro del gobierno.
De esta forma en la provincia el interventor le puede dar sobrevida al PJ fellnerista como fuerza política, apostando a que sea capaz de darle más cuerpo al bipartidismo manteniendo a un sector del peronismo por fuera del gobierno.
Una posibilidad que si bien no estaba en los planes originales del gobierno de Morales que al inicio de su mandato pretendió barrer con toda la oposición, ante las dificultades de sostener su gestión si la economía no remonta; no le vendría mal tener más aliados de la oligarquía política que defiendan al régimen bipartidista, en caso que los trabajadores y sectores populares tomen las calles frente a las medidas de ajuste y despidos que aplican las patronales. Algo que por ahora evitan las direcciones sindicales.
Así lo afirma Jaqué, “la Argentina vive momentos difíciles y es importantísimo el libre juego de la democracia, en donde un espacio político gobierna y otro cumple el rol de oposición, para controlar, marcar errores y ejercer el lógico contrapeso del sistema republicano de partidos políticos”.
Co-gobierno
Haciendo honor al título de la solicitada de Jaqué, “la única verdad es la realidad”, en 2016 el PJ-FPV y su facción liderada por Bossio en el Congreso de la Nación, lejos estuvieron de un papel opositor; sino que por el contrario, jugaron un rol de co-gobierno durante el primer año del macrismo en la Casa Rosada. Así lo afirmó el propio ex presidente Eduardo Duhalde o el mismo presidente del bloque de senadores Miguel A. Pichetto, y lo ratificaron los votos de sus diputados y senadores que fueron decisivos para que Cambiemos pueda aprobar sus principales proyectos de Ley. El pago de millones de dólares a los “fondos buitres” o el blanqueo a los evasores fiscales fueron medidas que ellos votaron, aunque sean opuestas a los deseos de Jaqué de “una patria socialmente justa, económicamente libre y políticamente soberana”.
En la legislatura provincial los diputados ex fellneristas jugaron idéntico papel garantizando el avance de los proyectos oficiales, y manteniendo un silencio cómplice frente a la detención ilegal de su ex socia política, Milagro Sala; como también en la avanzada represiva sobre los trabajadores con descuentos a los días de huelga, balas de goma a los azucareros de Ledesma y multas sobre los sindicatos y causas penales a sus dirigentes. Y no podía ser de otro modo porque fueron sus diputados quienes redactaron el represivo Código Contravencional que ahora aplican los fiscales y jueces que responden al gobernador Morales.
Gastón Remy
Economista, docente en la Facultad de Cs. Económicas de la UNJu. Diputado provincial del PTS - FITU en Jujuy, Argentina.