Pasada su efusiva entrada a “las fuerzas del cielo”, el gobernador tucumano se enfrenta al desgaste de ser socio en el ajuste mileista.
Maximiliano Olivera @maxiolivera77
Lunes 30 de septiembre 21:30
Con su llegada a la gobernación, Osvaldo Jaldo y los suyos buscaron transmitir la idea de un nuevo estilo de gestión, una reversión del pragmatismo con iniciativas políticas que desconcertaron a propios y ajenos. La más disruptiva de esas movidas fue el abierto apoyo a Javier Milei y su plan de ajuste, adhesión que comenzó por romper el bloque peronista en Diputados para traccionar votos hacia la Ley Bases. Al ser el primer gobernador aliado, el tucumano fue ascendido, dejó de ser “casta” y pasó a ser parte de “las fuerzas del cielo”.
Con la suba del termómetro social durante todo septiembre, en el aire hay una sensación de que cada iniciativa de Jaldo para patear el tablero –desde hablar de eliminar la reelección del gobernador hasta la prohibición de las fiestas electrónicas– pierden impulso y sobre la agenda van imponiéndose los resultados regresivos, para el humor popular, del experimento Milei. La caída de la imagen presidencial, medida por las encuestas de Zuban Córdoba y Asociados, dejó datos inquietantes. El 57% de los argentinos desaprueba la gestión de Milei. Un 69% opina que es mentira que la motosierra se aplicó “a la política y no a la gente”, mientras que un 70% cree que gobierna en beneficio de los ricos. Las jubilaciones, el desempleo y las tarifas son otros focos de descontento. ¿Cuánto de esto alcanza a Jaldo?
“La Argentina se enfrenta nuevamente a uno de sus problemas crónicos: el desgaste de sus oficialismos ante la falta de resultados concretos. Desgaste que suele empezar a mostrar síntomas en la desaprobación de cuestiones puntuales y poco a poco se va extendiendo hacia otras áreas y hacia la imagen de la gestión en general”, plantea el informe elaborado por Zuban Córdoba y Asociados. En términos locales, hay que agregar que la riesgosa apuesta de ser oficialista por partida doble comienza a demandarle resultados a Jaldo.
De los asados del hambre a una pobreza “que no sorprende”
Hay imágenes que tienen la virtud de condensar la atmósfera de una época. El asado en la Quinta de Olivos, ideado por para homenajear a los 87 “héroes” que sostuvieron el veto que anuló un módico aumento de las jubilaciones, fue una de ellas. Hubo comensales entusiasmados como el radical Mariano Campero, quién cegado por los flashes y su momento de fama, se embaló y remató un móvil en LN+ diciendo que se iba a comprar “un vinito”. Hubo otros comensales culposos, hasta ahí nomás y solo por las formas. Los diputados jaldistas Gladys Medina, Agustín Fernández y Elia Fernández de Mansilla también participaron del banquete aunque hicieron el esfuerzo de pasar desapercibidos en las escasas fotografías oficiales. Los integrantes del bloque “independencia” se habían abstenido de votar la movilidad jubilatoria pero, como viene sucediendo, cambiaron su voto para apuntalar a Milei.
El accionar de los diputados jaldistas refleja los intentos de no pagar los costos políticos como socios del ajuste pero, aún así, sucede. El mote de “traidores” y de ajustar jubilaciones es algo difícil de sacar, incluso cuando el peronismo tucumano tiene el antecedente de haber colaborado con el macrismo. Jaldo pasó de defender un hipotético veto a guardar silencio cuando fue realidad. La bronca popular fue determinante, a tal punto que tuvo que decir “en Tucumán ya no hay margen para más ajuste”. La declaración, de todas formas, apuntaba al reclamo de Milei en el Congreso para que los gobernadores hagan un recorte de US$60.000 millones.
El exponencial crecimiento de la pobreza en el primer semestre del gobierno mileista tuvo un mayor impacto en Tucumán, siendo la más alta en los últimos 20 años. De acuerdo al INDEC, el 55,8% de las personas que habitan en el Gran San Miguel no pudieron costearse los gastos mínimos de alimentos y de sustento cotidiano. A la pobreza estructural sostenida en 30 años de gobernadores peronistas se sumaron las “recetas” libertarianas bajo la bota del FMI. “A mí no me han sorprendido los índices de pobreza”, aseguró Jaldo, quien además habló de un “sinceramiento” de las condiciones del país con medidas drásticas que evitaron que “entre en una hiperinflación”, medidas que llevan a que la inflación baje. Un mileismo made in Trancas.
Y sin embargo no todos pierden
Pese a que más de medio millón de personas son pobres, y otros 150.000 son indigentes, en el Gran San Miguel, la crisis no le pega igual a todos. Como señala este informe de LID, el empresariado más concentrado de la provincia festeja un fuerte repunte de las exportaciones, un 35% interanaual en dólares (mientras goza de exenciones impositivas). “Los sectores más beneficiados son el citrus, que va totalizando un saldo exportador de casi 200 millones de dólares hasta el mes de julio. Esto representa un crecimiento de 23 puntos interanuales”, se ilustra.
Si se miran las perspectivas de la zafra, los industriales azucareros también tienen grandes noticias. La Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres midió “un margen bruto de ganancias para los cañeros equivalente a 21 bolsas de azúcar por ha de caña cultivada, que a precios promedio de septiembre de este año equivaldría a 488.000 pesos de ganancia bruta por hectárea”, señala el informe citado. Jorge Rocchia Ferro, dueño del Grupo Los Balcanes, que administra directamente unas 23.000 ha de cañaverales, por lo que su margen bruto estaría ascendiendo a más de 11.000 millones de pesos solo por el cultivo de caña. Para empresarios como Rocchia Ferro la industria azucarera incluye también los negocios de los biocombustibles y la venta de energía eléctrica.
En el transporte se da otro caso paradigmático. Sin los subsidios nacionales, la provincia debió sostener el esquema del negocio empresario. En los últimos 9 meses, el precio del boleto mínimo subió un 312%, el doble de la inflación acumulada en dicho periodo, mientras que los subsidios provinciales aumentaron casi el 1000% en dos años. Como si fuera poco, este lunes Jaldo anunció la adquisición de 100 colectivos 0 km, una “inversión” con fondos provinciales donde los empresarios pagarían en cuotas las nuevas unidades. Pese a los bombos y platillos aún no están claros los términos y la provincia sólo aparece como un “garante” de empresarios que no invierten mientras gozan de tarifazos y subsidios pagados por una mayoría empobrecida
A este esquema hay que agregar la reciente adhesión al Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones (RIGI) para grandes empresas que inviertan más de 200 millones de dólares. Además de los beneficios impositivos, aduaneros, cambiarios y de jurisdicción legal, en un plazo de 30 años, el Gobierno de Jaldo había agregado un artículo para la exención tributaria por 30 años de todos impuestos provinciales. Irónicamente, los legisladores radicales fueron los que plantearon que no había que regalarse y llevaron las exenciones impositivas a 8 años, prorrogables a otros 8. Como un plus, se habilitó la exploración minera.
A medida que se acerca el 2025 comienzan las especulaciones electorales del lado del peronismo tucumano ante una disputa en las urnas con La Libertad Avanza y el resto de la oposición. Serán meses donde el colaboracionismo peronista y el reparto de las responsabilidades en el ajuste tengan sus bemoles. Sin embargo, ya hay un camino común trazado por el FMI. El ataque a los salarios y las jubilaciones, los tarifazos, el aumento de la pobreza, son parte de este plan.
Este plan de los arriba plantea el gran desafío de oponer una fuerza social, uniendo a la clase trabajadora, a la juventud, a las mujeres. Como parte de este desafío, tomar partido por una gran fuerza política de las y los trabajadores que sea parte de conquistar una salida a la crisis a favor de las mayorías trabajadoras, bajo una perspectiva anticapitalista y socialista.