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Salarios. Jujuy: ¿cuán lejos está el salario de la canasta familiar?

Maestras, empleados registrados de la construcción y el comercio, azucareros y peones rurales, en su mayoría, no cubren la canasta familiar. La voracidad de ganancias de los empresarios y la responsabilidad de los dirigentes sindicales. ¿Qué hacer?

Gastón Remy

Gastón Remy Economista, docente en la Facultad de Cs. Económicas de la UNJu. Diputado provincial del PTS - FITU en Jujuy, Argentina.

Lunes 27 de enero de 2020 08:07

Mientras la inflación no da tregua, se dio a conocer el costo de la canasta familiar (“canasta básica total”) que ascendería a $ 35.269 y a $ 38.351 para una familia de cuatro o cinco intrigantes para el mes de diciembre, respectivamente, según la Dipec.

En el caso de la canasta básica total incluye alimentos, productos de higiene y algunos servicios, aunque no alquileres, un gasto que es más que representativo.

Otros cálculos que realizaron los trabajadores de ATE-Indec comprenden una canasta básica más acorde a los verdaderos consumos de las familias trabajadoras indican que el valor de la misma ascendería a $55.586 (sept. 2019), dejando a casi el 90% de los asalariados del sector privado hoy del país en la pobreza.

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Algunos casos

Considerando algunas de las principales ocupaciones de la provincia se observa que los ingresos salariales de los trabajadores registrados en diciembre solo superaban la canasta familiar, en el caso de un trabajador de comercio con 10 años de antigüedad y trabajando las 8 horas de convenio y los choferes de colectivos. (Gráfico)

En el caso de las maestras con un cargo y 10 años de antigüedad ($21.856), las enfermeras ($22.000), los peones rurales del tabaco ($23.490), los obreros de la construcción en blanco, los azucareros sin antigüedad ($30.944), ninguno de ellos alcanzan a cubrir el valor de la canasta familiar.

Por debajo de la canasta básica que marca la línea de indigencia se encuentran los jubilados que reciben la mínima ($14.068) y un amplio número de trabajadores no registrados, en especial la juventud donde 9 de cada 10 trabajan en negro.

Un sector declarado en la informalidad es el servicio doméstico, donde se alcanzan cerca de $24.000 pesos trabajando en cuatro lugares distintos en la semana, a veces, los fines de semana. Además realizan changas por semana durante 12 hasta 22 horas seguidas en “eventos sociales” que pueden darles otros $2.000 extras, nos cuenta Laura consultada por este medio.

Una situación similar viven las y los vendedores ambulantes como es el caso de Mónica que vendiendo cubitos y haciendo gelatinas en las ferias de San Pedrito, Malvinas, Alto Comedero, y teniendo que comprar las cosas para hacer, preparar y salir a vender -sin medios propios-, señala que se gasta mucho en transporte, llega a un ingreso de $20.000 al mes.

¿Por qué nadie debería cobrar menos que la canasta familiar?

Durante el gobierno de Macri el salario en poder adquisitivo en promedio perdió más de un 20%, con el anuncio del presidente Alberto Fernández de eliminar la cláusula gatillo, se pretende dejar a los salarios en modo perdedor. Así las actualizaciones quedarán por detrás de la inflación, con sumas fijas entregadas por decreto que las direcciones sindicales comenzaron a aceptar (Comercio, Bancarios, entre otros), algo que el gobierno de Gerardo Morales viene aplicando de hecho con los estatales desde el inicio de su gestión.

En el capitalismo, los salarios reflejan el precio o valor de la fuerza de trabajo, o sea, cuánto paga el empresario por el uso de las capacidades físicas y mentales del trabajador durante una jornada laboral. El costo de la fuerza de trabajo esta medido por el valor o precio de los bienes necesarios para la manutención diaria del trabajador, estos aparecerían reunidos en lo que la estadística oficial señala como “canasta familiar”.

Sin embargo, pese a esta realidad, Marx, afirmaba en su texto “Salario, precio y ganancia” de ediciones IPS, “como el obrero sólo cobra su salario después de realizar su trabajo y como, además, sabe que lo que entrega realmente al capitalista es su trabajo, necesariamente se imagina que el valor o precio de su fuerza de trabajo es el precio o valor de su trabajo mismo.” (pág. 134).

Por ejemplo, si el trabajador en un día con su trabajo generó un conjunto de bienes o mercancías que se venden por 5.000 pesos, el salario finalmente no es de 5.000 pesos, sino supongamos de 1.000 pesos, la diferencia explica Marx va a constituir la ganancia o plusvalía del empresario. Este último, verá en cada aumento de salarios una amenaza sobre sus ganancias por lo que opondrá resistencia ante los reclamos por aumento del salario.

Sin pretender continuar aquí con la investigación de Marx, sobre el complejo proceso histórico que da origen a la ganancia capitalista, a las formas que esta adquiere, y de los mecanismos que emplean los capitalistas para incrementarlas, es relevante considerar que si el salario efectivamente representa el valor de los bienes necesarios para la manutención del trabajador, este no es algo estático a lo largo del tiempo.

Por un lado, el valor de la fuerza de trabajo está formado por dos elementos, uno de los cuales es puramente físico, mientras que el otro tiene un componente “histórico o social.”

Con el primero, Marx señala que toda persona necesita un mínimo de productos para vivir y reproducirse; con el segundo, que hay una serie de “condiciones sociales en las que viven y se educan los hombres” desde donde brotan otras necesidades diferentes a las que representan lo mínimo para su manutención. Estas últimas, van a depender en gran medida de la capacidad de la clase trabajadora y sus organizaciones para desarrollar la lucha de clases que permita elevar las expectativas de vida imponiendo a la clase capitalista salarios que comprendan más y mejores consumos de bienes y servicios.

Por ende, en los dos elementos constitutivos del salario y en su relación con la ganancia, la única forma de mejorar las condiciones de vida de la clase trabajadora es oponiendo su fuerza social ante la resistencia de la clase empresarial. Todo lo contrario, a lo que pregona, el gobierno nacional con la idea de un “pacto social” donde la lucha de clases se congele y, los trabajadores queden a merced de la voluntad de los empresarios y gobiernos.

Nuestras vidas, valen más que sus ganancias

Pese a los enormes avances de la tecnología y la técnica que ha dado el siglo XXI, la pelea por que ningún trabajador gane menos que la canasta familiar y sus salarios sean ajustados por inflación, sigue mostrando que para los capitalistas defender sus ganancias es su razón de ser.

Pero también que esta pelea es necesaria al momento de defender y elevar las expectativas sobre las condiciones de vida de las familias trabajadoras. Para ello, la exigencia a las centrales sindicales y gremios que rompan la tregua con los gobiernos, y convoquen asambleas para definir un plan de lucha en defensa del salario y las jubilaciones, el aumento de los planes sociales según la inflación, como parte de unir a ocupados de desocupados, se torna vital.

Mientras se libra esta resistencia de las mayorías sociales contra una minoría que defenderá sus ganancias, vale recordar que solo se podrá salir de esta suerte de “guerra de guerrillas” que implica la pelea salarial en el capitalismo, tal como la calificaba Marx, logrando conquistar una nueva sociedad de ruptura con el capital.


Gastón Remy

Economista, docente en la Facultad de Cs. Económicas de la UNJu. Diputado provincial del PTS - FITU en Jujuy, Argentina.

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