Una disposición prohíbe las tradicionales vacunas e impone una serie de requisitos para el desarrollo del carnaval. Buscan regimentar este festejo popular.
Martes 31 de enero de 2017
El Gobierno Provincial, a cargo de Gerardo Morales, pretende hacer efectiva una legislación que regimenta el carnaval en la provincia. Así lo hizo público el Departamento Judicial de la División de Leyes Especiales de la Policía de la Provincia, a través de una serie de requisitos de carácter obligatorio para promover la obtención de un permiso del Registro de Expendedores de Bebidas Alcohólicas (REBA) y el Registro de Expendedores de Bebidas Alcohólicas Envasadas (REBAE).
Se debe presentar una nota solicitando la habilitación, además la habilitación municipal, autorización municipal (con especificación de día y horario). Para el caso de eventos al aire libre especificar si se autoriza el corte de calles y el lugar donde se encontrará la cantina (plano de por medio). La Inspección Técnica de Bomberos, planilla prontuarial, fotocopia del DNI, carnet sanitario, certificado de residencia, depósito de Garantía de $ 8.060 realizado en la Dirección Provincial de Rentas, entre otros requisitos.
Regimentación desde el Estado y Código Contravencional
Es innegable que el armado territorial del carnaval está en su mayoría gestionado por aparatos punteriles que responden a las fuerzas políticas del PJ y la UCR, pero la masiva participación en estas fechas hace también a la superación de ese orden. Familias enteras disfrutan y organizan su presencia en el carnaval. Comparsas, diablos, comadres y compadres, todos se hacen su lugar.
Es el Código Contravencional, que rige en la provincia desde el 1ro de enero de 2016, el que anticipó esta embestida contra los habituales espacios de diversión común. Así es que en sus artículos que hacen a los “Juegos en ocasión de la celebración de la festividad de carnaval”, en el ámbito de “permanencia en lugares públicos”, se dictamina que “serán sancionados con hasta 9 días de trabajo comunitario, multa de hasta cinco Unidades de Multa o arresto de hasta 3 días, los que en ocasión de los juegos de carnaval” quienes:
1. Utilizaren sustancias u otros elementos capaces de producir peligro para la integridad de terceros;
2. Arrojaren agua desde vehículos en movimiento o desde edificios, y
3. Arrojaren agua o utilizaren otros medios capaces, conforme a las circunstancias, de causar molestias a terceros que no participan de los juegos de carnaval.
Estas “infracciones” serán evaluadas por un miembro de la policía, ya que este Código viene a ceder directamente a esta fuerza la potestad de proceder según su criterio, negando al acusado de contravención la posibilidad de contraponer pruebas que determinen su inocencia.
Este marco de acción que contribuye a la impunidad de las fuerzas represivas se amplifica con la implementación de las medidas contra la juventud impulsadas desde las Leyes 5955 y 5956, de nocturnidad y regulación de venta de bebidas alcohólicas respectivamente, aprobadas el 15 de Septiembre de 2016, que como afirmó el diputado de la UCR Renán Dada son “la complementación del Código Contravencional”.
Lo cierto es que estos precedentes son originados en la búsqueda de fortalecer el control social y son el reflejo de un negocio empresarial que busca orientar el consumo hacia empresas afines a las fuerzas políticas del Estado, las únicas “capacitadas” para cumplir con los requisitos que exigen de manera obligatoria y excluyente hacia las comparsas y la comunidad en general.
Y soltaron al carnaval…
Las consecuencias de estas medidas ya se pueden ver en el traslado de la peña del polémico grupo musical Los Tekis, que se realizaba en Tilcara, y que desde este año se realizará en la Ciudad Cultural ubicada en San Salvador a partir de una decisión tomada luego de una reunión de los músicos con las autoridades electas de la villa quebradeña y “respetando sus argumentos que hablan sobre la presente etapa de transición política”, como afirman a través de su cuenta de Facebook. El Carnaval de Los Tekis es auspiciado por el Gobierno.
Para la comunidad jujeña, el carnaval no es un espacio más, y más que un icono comercial, es un símbolo arraigado a la comunidad que con aires libertarios busca salir de su condición de sumisión.
“Carnestolendas” (salirse de su carne/piel), porque se pone en duda el castigo eterno del infierno. Son ansias de salirse de esa moralidad que promueven los esquemas sociales, donde el inicio de esa vida se vacuna, con bebidas típicas como la Saratoga y la Chicha.
Por este motivo este intento estatal de institucionalizar el carnaval ha despertado un amplio repudio desde la comunidad jujeña canalizado en las redes sociales.