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Red Internacional
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Efemérides. Julio Cortázar: "Vaya a saber cómo hubiera podido acabar algo que ni siquiera tenía principio"

Otro 12 de febrero sin Cortázar. Enamorado de las historias inverosímiles, quisquillosas, románticas a veces y otras más rudas. Cuentos, relatos, novelas, poemas, inconmesurable repertorio que ha acompañado la imaginación de millones. Hoy recordamos su cuento Silvia, una imagen de lo que es necesario, deseado y luego abandonado, "que se dio en mitad y cesó sin contorno preciso".

Sábado 12 de febrero de 2022 00:24

Silvia Hopenhayn, la escritora argentina, dice que Julio Cortázar renovó por completo los parámetros del género y eso que ya se inscribía en una tradición argentina que a su vez es muy original, pero "al género le imprime un sesgo afectivo, es un fantástico afectivo, risueño". Esa media sonrisa que desprende de los labios de cualquier lector desapercibido es por la que lo recordamos hoy.

Julio Florencio Cortázar nació en Bruselas el 26 de agosto de 1914 y el 12 de febrero de 1984 murió y fue enterrado en el cementerio de Montparnasse, en la tumba donde yacía Carol Dunlop, su última esposa. Todavía recuerdo cuando mi maestra de quinto grado ( creo que se llamaba Emilia) se puso a llorar en el aula al enterarse de su fallecimiento. Después vendrían HISTORIA DE CRONOPIOS Y DE FAMAS en secundaria, RAYUELA pasados los catorce años, cuentos sueltos leídos en fotocopias que nos pasábamos en los recreos, el descubrimiento de sus poemas con maravilla, y ULTIMO ROUND ( publicada en 1969) colección que incluye al cuento "Silvia" . Esta colección, armada de forma singular, se divide en dos volúmenes que invitan al lector al juego donde sacude textos en una la técnica del collage, con recortes periodísticos, comentarios y mezcla de poesía y prosa, y un predominio en todos ellos del humor, la ternura, sorpresivamente incluye sus últimos poemas. Los ojos de quien lee quedan atrapados, a pesar de la alteración de la sintaxis, de la disolución de la realidad, de lo insólito, del humor o del misterio, y reconstruye o interioriza la historia como algo verosímil.

En este relato, Cortázar retoma el tema del fantasma, la imaginación o la realidad oculta, tan común en la literatura fantástica, para crear a un personaje que los niños ven. Pero también un adulto, el narrador. Entre juegos, disfraces, charlas "interesantes" de los adultos, tragos, y la personalidad subrayada de cada pequeño personajes, Silvia va y viene. Es bella, sus movimientos son suaves y exactos, encantadores, mientras las personalidades de niños y adultos estallan unos contra otros en cada párrafo.

No pretenderemos hoy explicar esta ni ninguna historia del universo Cortázar, nada más insensato, solo queremos tomar esta fecha para deleitarnos con este relato. Y si se animan a más, recomendamos todos los cuentos de ÚLTIMO ROUND, una sugerencia arbitraria en un mundo en el que lo onírico y la exageración libran batallas contra la realidad y la rutina.

El argentino Eduardo Montes Bradley, quien publicó una biografía del autor de «Rayuela», señaló que " los escritores viven de mentir, escribir es muchas veces mezclar lo vivido, con lo leído, con lo soñado". Silvia no es más que una de esos engaños, nada más y nada menos.

Silvia( fragmento)

"Vaya a saber cómo hubiera podido acabar algo que ni siquiera tenía principio, que se dio en mitad y cesó sin contorno preciso, esfumándose al borde de otra niebla, en todo caso hay que empezar diciendo que muchos argentinos pasan parte del verano en los valles del Luberon, los veteranos de la zona escuchamos con frecuencia sus voces sonoras que parecen acarrear un espacio más abierto, y junto con los padres vienen los chicos y eso es también Silvia, los canteros pisoteados, almuerzos con bifes en tenedores y mejillas, llantos terribles seguidos de reconciliaciones de marcado corte italiano, lo que llaman vacaciones en familia. A mí me hostigan poco porque me protege una justa fama de mal educado; el filtro se abre apenas para dejar paso a Raúl y a Nora Mayer, y desde luego a sus amigos Javier y Magda, lo que incluye a los chicos y a Silvia, el asado en casa de Raúl hace unos quince días, algo que ni siquiera tuvo principio y sin embargo es sobre todo Silvia, esta ausencia que ahora puebla mi casa de hombre solo, roza mi almohada con su medusa de oro, me obliga a escribir lo que escribo con una absurda esperanza de conjuro, de dulce golem de palabras. De todas maneras hay que incluir también a Jean Borel que enseña la literatura de nuestras tierras en una universidad occitana, a su mujer Liliane y al minúsculo Renaud en quien dos años de vida se amontonan tumultuosos. Cuánta gente para un asadito en el jardín de la casa de Raúl y Nora, bajo un vasto tilo que no parecía servir de sedante a la hora de las pugnas infantiles y las discusiones literarias. Llegué con botellas de vino y un sol que se acostaba en las colinas, Raúl y Nora me habían invitado porque Jean Borel andaba queriendo conocerme y no se animaba solo; en esos días Javier y Magda se alojaban también en la casa, el jardín era un campo de batalla mitad sioux mitad galorromano, guerreros emplumados se batían sin cuartel con voces de soprano y bolas de barro, Graciela y Lolita aliadas contra Álvaro, y en medio del fragor el pobre Renaud tambaleándose con sus bombachas llenas de algodón maternal y una tendencia a pasarse todo el tiempo de un bando a otro, traidor inocente y execrado del que sólo habría de ocuparse Silvia".

Cuento completo aquí:

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