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Red Internacional
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INFORME FARN 2019. Por cada peso que el Gobierno invierte en cuidar el medioambiente, destina $ 19 para degradarlo

Una conclusión general del informe 2019 de FARN es que las inversiones compatibles con el cuidado del medioambiente representan el 0,3 % de los gastos, mientras que las contrarias alcanzan el 5,6 %.

Jueves 28 de marzo de 2019 12:29

En 2019, por cada $ 1 que se presupuesta desde el Gobierno nacional a cuestiones de cuidado del ambiente se invierten $ 19 a aspectos vinculados a su degradación. Así lo señaló la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN) quien cada año emite su Análisis de presupuesto ambiental, cuyo objetivo es visualizar y analizar dentro del presupuesto 2019 las inversiones en materia de protección y conservación de recursos naturales, en contraposición a aquellas inversiones que podrían generar un impacto ambiental negativo.

El Gobierno nacional no se ha caracterizado por invertir en actividades relacionadas con el cuidado y la protección ambiental, sino todo lo contrario, ha beneficiado económicamente a aquellas actividades que generan daños a nivel social y ambiental, como el fracking petrolero, la megaminería o la sojización.

En el caso del análisis realizado por María Marta Di Paola, directora de Investigación de FARN, este arroja como conclusión general que las partidas etiquetadas como compatibles con el cuidado ambiental representan el 0,3 % de los gastos presupuestados para el año 2019, mientras que aquellas etiquetadas en la categoría contrarias alcanzan al 5,6 %. La preferencia está puesta en aquellas actividades que conllevan un impacto negativo en la conservación de los recursos naturales.

La Fundación Ambiente y Recursos Naturales decide analizar primero los servicios económicos, tales como energía, combustibles y minería, comunicaciones, transporte, ecología y medioambiente, agricultura, industria, comercio, turismo y otros servicios, pero también seguros y finanzas. Al concluir se puede ver que este año 2019 se ejecutará un menor presupuesto a las áreas de energía, minería y transporte. Desde FARN concluyen que esto está relacionado con la baja en subsidios.

En lo relacionado con energía en 2018 el presupuesto anual destinaba el 4,3 %, mientras que este año será del 5,3 %. La ecología, como cada año sucede, muestra una reducción presupuestaria pasando del 0,25 % del presupuesto nacional 2018 al 0,20 % en 2019.

¿Cuestión de dinero?

A partir de la firma del Decreto N° 802/2018 en su artículo 4 se crea la Secretaría de Gobierno de Ambiente y Desarrollo Sustentable (SAyDS), dependiente de la Secretaría General de la Presidencia de la Nación, pasando de un organismo autárquico a depender de la propia Presidencia de la Nación en el manejo de los fondos.

Más allá de esta circunstancia, el presupuesto para la SAyDS fue un 35 % superior al destinado en el presupuesto 2018. Pero, pese a que esto puede sonar como una buena noticia, lejos está de ello, ya que el análisis no sólo se basa en el análisis de la Secretaria de Ambiente y Desarrollo Sustentable, sino también en otras partidas de diversos organismos. Por ejemplo, en el marco del Ministerio de Desarrollo Social se encuentra el programa de Emergencia Social para Catástrofes o Emergencias Climáticas, así como partidas vinculadas a la obtención de datos del Servicio Meteorológico Nacional y la Administración de Parques Nacionales.

Energía y transporte

Si se analiza cuánta plata se invirtió en cuestiones ambientales frente a aquellas actividades relacionadas con la energía y el transporte, el informe concluyó que por cada $ 1 destinado a temas ambientales se destinan $ 26 a energía y $ 19 a transporte.

El informe da una conclusión preocupante pero quizás nada sorprendente si observamos el escaso interés por parte de este gobierno (y los anteriores) en materia socio-ambiental. Las partidas etiquetadas como compatibles con el cuidado ambiental representan el 0,3 % de los gastos presupuestados para el año 2019 mientras que aquellas etiquetadas en la categoría contrarias alcanzan al 5,6 %.

Dicho análisis concluye que “las partidas que impactan en forma negativa al ambiente son las vinculados al uso, generación y transporte de la energía vinculados a combustibles fósiles (petróleo, gas y carbón), nuclear y grandes hidroeléctricas, seguidos por fondos para transporte automotor y, en menor medida, fondos para el sector agropecuario”.

Sin presupuesto para el inventario de glaciares y humedales

Otra conclusión preocupante del análisis es que, a diferencia del año anterior, este año las partidas presupuestarias para el inventario de glaciares y de humedales estuvieron ausentes. Curiosamente el Gobierno se propuso presentar cuatro informes trimestrales en el caso de glaciares y dos en el de humedales. Pese a eso no se sabe los montos que se destinarán a tal fin.

Ausencia del fondo de restauración ambiental

El informe concluye otra realidad preocupante. En el presupuesto 2018 se crea el Fondo Fiduciario de Restauración Ambiental que tiene como objetivo “garantizar la preservación de los recursos naturales a través de acciones destinadas a la remediación, readecuación y refuncionalización de los sitios que pudieran resultar contaminados por cualquier situación”. Sin embargo, el mismo está ausente del listado de Fondos Fiduciarios presupuestados para 2019.

La ley de protección de bosques desfinanciada

Como cada año sucede, la partida presupuestaria para el Fondo Nacional para el enriquecimiento y la conservación de bosques nativos no recibe económicamente lo que estaba establecido por la ley 26.331 o Ley de protección de bosques nativos. Este año solo obtendrá el 4,55 % del monto que le correspondiera por ley.

El agro y la industria

En el análisis presupuestario realizado al agro y la industria, según el análisis de FARN, “se destaca el rol del sector en la generación de divisas, proyectando un incremento de las exportaciones del sector primario y de manufacturas, resultado del rebote de la sequía, la mayor en medio siglo. Por ello, el objetivo es ‘alcanzar el máximo potencial productivo de forma sostenible abriendo nuevos mercados a través del aumento en la competitividad y reducción de la burocracia’ (Ministerio de Hacienda, 2018)”.

Como ocurrió en el caso del Ministerio de Ambiente, el Ministerio de Agroindustria perdió su estatus y en la actualidad pertenece al Ministerio de Producción y Trabajo como secretaría. Según el artículo 18 del Decreto N° 802/2018, entre los objetivos de la secretaría se corresponde “entender en el diseño e implementación de políticas y programas para el tratamiento de la emergencia y/o desastre agropecuario”. Como se ve no se menciona el cuidado ambiental.

Se han destinado $1.603 millones para Políticas para el Aumento de la Producción y Productividad en las Cadenas Agroindustriales en Forma Sostenible. Sin embargo el concepto de sostenibilidad para este Gobierno es como mínimo polémico, ya que, entre sus objetivos presupuestarios figuran la utilización de fertilizantes y “buenas prácticas agrícolas”, la acuicultura y probablemente la salmonicultura, actividad que desde el Gobierno están impulsando como sustentable e inofensiva ambientalmente.

Bosques cultivados versus bosques nativos

Por otra parte entre las actividades nada benéficas social ni ambientalmente hablando, figuran las Inversiones para Bosques Cultivados, que contaron con $102 millones presupuestados para cubrir una superficie de bosques implantados de un millón de hectáreas. Esto significa que se destinaron 102 $/ha/año, un monto superior a los 10 $/ha/año que se presupuestaron para los bosques nativos.

Energía con más presupuesto para financiar empresas privadas

El 2018 se creó la Secretaría de Gobierno de Energía dependiente del Ministerio de Hacienda, asumiendo el rol que anteriormente pertenecía al Ministerio de Energía y Minería.

Para este año la Secretaría de Energía prevé gastos de $160.414 millones, un 60 % más alto que en 2018. Esto significa que obtendrá mayor cantidad de fondos este año pese a que dejó de ser ministerio. El 86 % de su presupuesto se corresponde a gastos destinados a financiar a empresas del sector privado. Un rasgo típico en la gestión de este Gobierno.

Este año se decidió beneficiar económicamente a explotaciones como las ocurridas en Vaca Muerta, así como también a las energías hidroeléctricas.

Renovables con veinte veces menos presupuesto que en 2018

En lo que respecta a las energías renovables, se destinó veinte veces menos que en el 2018. En este sentido el informe expone un dato concluyente y muy importante: “Por cada $ 1 invertido en energías renovables y eficiencia, se invierten $ 59 a la generación con energía sucias, como fósiles, grandes hidroeléctricas o nuclear”.

Nada muy diferente sucedió en el sector transporte, en donde el 40 % de las actividades son contaminantes generando emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Otra conclusión preocupante al respecto es aquella que señala que “por cada $ 1 que se destina al transporte de menores emisiones GEI se estima que se invierten $ 9 a cuestiones vinculadas a medios de transporte que fomentan las emisiones de GEI”.

$ 104 millones para exploración minera

En lo que respecta a minería y glaciares, como se comentó, el presupuesto de 2019 carece de una partida presupuestaria vinculada a la realización del inventario de glaciares. Sin embargo, el presupuesto destinó $ 104 millones para la Evaluación y Producción Geológica de Base Relevamientos Geológicos Aéreos y Tradicionales. Esto significa que el relevamiento de glaciares ha desaparecido, económicamente hablando, mientras que la exploración minera continúa con partidas presupuestarias debidamente identificadas por más de $ 244 millones, y sin ninguna que se vincule al cuidado de este ecosistema.