×
×
Red Internacional
lid bot

Elecciones 2017. Randazzo apuesta a que el tren pase dos veces

En pos de posicionarse como el candidato peronista, Florencio Randazzo se reunió en el Congreso con Pichetto y otros senadores del PJ.

Miércoles 19 de abril de 2017

Vivimos revolcados en un merengue y en un mismo lodo, todos manoseados, esta estrofa del tango Cambalache la escribió Enrique Discépolo en el año 1934. Después de 83 años, aplica perfectamente a lo que está sucediendo hoy en la interna peronista.

Autodefiniéndose como “la renovación generacional del peronismo”, Randazzo y Miguel Angel Pichetto se reunieron ayer en el Congreso. Fueron de la partida también Juan Manuel Abal Medina, Pedro Guastavino (Entre Ríos), Rodolfo Urtubey (Salta), Julio Catalán Magni (Tierra del Fuego), Omar Perotti (Santa Fe), Carlos Espínola (Corrientes) y Juan Mario Pais (Chubut).

Esta es la segunda vez que se reúnen, lo que indica que no se trata de simples encuentros para analizar la situación política de dirigentes de un mismo espacio político, sobre todo teniendo en cuenta que el ex ministro del Interior del kirchnerismo está decidido a lanzarse como “el candidato peronista” en la provincia de Buenos Aires.

Lo que se discutió en la reunión prácticamente puede pasar a segundo plano, porque lo que no deja de sorprender es que intentan mostrarse como “la renovación del peronismo”.

La acepción de renovación es hacer que una cosa adquiera un aspecto que la haga parecer nueva. Menuda tarea en la que se embarcaron entonces tanto Pichetto como Randazzo. En el caso del primero porque resulta difícil ocultar su pasado menemista, en tanto Florencio Randazzo porque comenzó su carrera política en la gobernación de Eduardo Duhalde.

De modo que la intención que tienen de convertirse en los nuevos aires del peronismo puede interpretarse como la supina subestimación para con sus futuros votantes, que pueden aceptar alegremente esta consigna, o la actitud más cínica de dos viejos zorros que pueden haber perdido el pelo, pero definitivamente no perdieron las mañas.