La Cámara Penal de los Tribunales Provinciales decidió reducir las penas de condena a dos de los imputados por el Triple Crimen de Villa Moreno. El cuarto imputado, Brian “Pescadito” Sprío directamente fue absuelto. Indignación y bronca de los familiares y organizaciones que acompañaron el pedido de justicia ante la decisión de los jueces.
Martes 1ro de septiembre de 2015
En diciembre del 2015, fruto de la movilización sostenida de las familias de Jere, Mono y Patóm y de las organizaciones sociales y políticas que acompañaron el reclamo de justicia se había logrado una condena histórica en la ciudad de Rosario.
El juicio por el Triple Crimen de Villa Moreno había sido un logro emblemático que golpeaba por primera vez en la región a la intrincada rama narco-policial de delito organizado. Cuatro condenas a integrantes de una banda narcotraficante que habían asesinado a sangre fría a tres militantes del Frente Popular Darío Santillán.
La Cámara Penal, compuesta por los jueces Georgina Depetris, Daniel Acosta y Adolfo Prunotto Laborde, este último conocido por las amenazas propinadas a Alberto Perassi, padre de Paula Perassi desaparecida en San Lorenzo, en un vergonzoso fallo redujeron las penas de tres de los imputados. A Mauricio Palavecino, que había sido condenado a 24 años de prisión, se lo condenó a 19 años. La condena de 30 años de Daniel “Teletubi” Delgado pasa a 21 años de prisión por ser coautor del triple homicidio. La condena de Sergio “Quemado” Rodríguez, líder de la banda, se mantiene en 32 años de prisión.
La principal sorpresa vino de la decisión de absolver a Brian “Pescadito” Sprío quien se encontraba condenado a 28 años de prisión. De esta manera la Cámara Penal reduce una condena de 28 años a 0 años, un hecho inusual que generó bronca e indignación entre los compañeros de militancia y entre los familiares de Jere, Mono y Patóm.
Sprío había sido condenado por ser coautor penalmente del delito. Se había probado que Brian Sprío era parte integrante de la banda del “Quemado” Rodríguez y que había estado presente en la cancha donde acribillaran a los jóvenes. Las pruebas que lo imputaban eran más que claras. 70 testigos y decenas de audiencias en un proceso de investigación que llevó casi dos años parecen no bastar para la justicia santafesina ante un nuevo caso de impunidad que recorre la ciudad de Rosario nuevamente.