Con más presencia radical que peronista, el intendente del PJ Alejandro Bermejo le prestó el escenario y la comparsa al asumido gobernador. Déficit, ajuste y mano dura es la agenda común.
Lunes 14 de diciembre de 2015 09:36
El Gobernador Alfredo Cornejo y los intendentes de Guaymallén, Ciudad, Godoy Cruz y Luján (todos de Cambia Mendoza) junto a referentes provinciales y nacionales del peronismo y el radicalismo participaron este domingo del acto de asunción de Alejandro Bermejo (PJ) en Maipú, quien será intendente por segundo mandato consecutivo.
Fueron de la partida los secretarios del gobierno provincial, el rector de la UNCuyo Daniel Pizzi y Jaime Correas, nuevo Director General de Escuelas, entre otros dirigentes y funcionarios. También estuvieron presentes empresarios del sector vitivinícola de la provincia. El acto, que convocó a unos cientos de militantes y vecinos del lugar, se desarrolló en el distrito rural del Santa Blanca, de Fray Luis Beltrán.
Estas presencias “a todo trapo” de Cambia Mendoza en la asunción de Bermejo son algo más que una devolución de gentilezas por las visitas del intendente del PJ. Como señalamos, Maipú es uno de los bastiones peronistas (el PJ gobierna desde 1983) en donde éste partido mantuvo en la conducción a uno de sus caciques, y desde donde intentará hacerse fuerte para pelear la provincia en 2019. Antes, el intendente integrante del sector Azul del peronismo provincial- que conducía el fallecido Mazzón- deberá atravesar el camino de una Mendoza profundamente afectada por la crisis económica, en donde ya hay despidos, suspensiones y hasta cierres de fábrica en el sector privado, y en donde los trabajadores estatales vienen sufriendo un profundo ataque.
La forma escandalosa en la que el PJ provincial abandona el poder, con una provincia prácticamente sin finanzas propias, intendentes procesados, defalco de las comunas, etc, está siendo utilizada por el gobierno de Cornejo y la UCR para justificar su agenda de ajuste contra los estatales, ataque a la educación, endeudamiento, mano dura y represión de la protesta social.
Como dijo en su discurso, para Cornejo la responsabilidad es del saliente, ellos necesitarían tiempo y que ajustemos los cinturones: “gobernar administrando bien”. Por eso, para remarcar esta idea dijo que “Estamos alrededor de 8000 millones de déficit del 2015. Arrancamos de un desfinanciamiento muy fuerte, con lo cual vamos a ir organizando los recursos”.
Bermejo ya se posiciona como el cómplice de esta política y mejor interlocutor con CM de un peronismo atolondrado por los lastres de la derrota y sin liderazgos claros. Es interesante cómo según el nuevo gobernador de Mendoza, ambos dirigentes “Tenemos mucho entendimiento de la situación mala con la que arrancamos este gobierno. No partimos de una buena situación.” Juntos “Aprobamos en esta ley 5800 millones de pesos en crédito. Crédito que hay que devolver, que nadie nos va a regalar”. Y eso que desde la otra fuerza política salieron a plantear que el candidato de Cornejo a nivel nacional preparaba un ajuste y la vuelta a los 90s.
El mensaje de “unidad ante tiempos difíciles” que deja el acto del domingo es una advertencia para los sectores de trabajadores que salen a la calle. Ellos van a “Respetar las diferencias pero buscar las coincidencias”, y como se vió durante la campaña, son todos ajustadores. El mensaje pone también sobre el tapete la necesaria unidad de todos los trabajadores estatales, una poderosa fuerza social que se encuentra fragmentada ante la ausencia de una política de coordinación y unidad por parte de las conducciones sindicales.
Cornejo no perdió la oportunidad y como en su asunción volvió a la carga con el discurso de mano dura contra el delito, que sabemos es en realidad contra las movilizaciones callejeras y la juventud de los barrios hostigada permanentemente por la policía provincial. Esto a propósito de “hablar de lo que no se habla”, cuando en realidad formó parte de las propuestas de todos los partidos que se presentaron a elecciones, menos del Frente de Izquierda, que planteó atacar a las mafias policiales que garantizan el gran delito y denunció el gatillo fácil.
El discurso de Cornejo dio vueltas alrededor de la idea de “buena gestión”, un eufemismo de lo que ya sabemos que quieren hacer: reducir la planta del estado, acusando a los estatales de ñoquis y anticiparse a que sean los trabajadores, los que “tengan buena voluntad” de soportar falta de pagos, malas liquidaciones, etc: “Que todos hagan bien su tarea”, dijo.
También se sumó al coro de los que reclaman devaluación y medidas “pro” mercado “Deben mirarse las condiciones económicas macro”. Vamos a exigir un marco económico para los que tienen creatividad, ganas de trabajar (…) saquen adelante a nuestro agro, nuestra industria”. Eso sí, nada de protestas “En el marco del estado de derecho, sin dejar de lado nuestro ejercicio de autoridad”.
La burguesía mendocina siempre se ha jactado de la institucionalidad de los acuerdos entre los partidos mayoritarios, pero con el fin de ciclo hay un entredicho y hay que ver cómo se reparten los roles. Atrás queda un largo año marcado por sucesivas disputas políticas en la Legislatura y en las urnas en las que el peronismo fue perdiendo paulatinamente el rumbo y el gobierno de sus bastiones. A la par iba creciendo y consolidándose el fenómeno alrededor del Frente de Izquierda y sus figuras. Protagonistas destacados de todos los escenarios que se fueron presentando en la política mendocina y nacional, denunciamos la perspectiva de un ajuste a la vez que llamamos a enfrentarlo. Será clave seguir utilizando las conquistas acumuladas durante estos años en la perspectiva de la construcción de un partido de trabajadores revolucionario que se prepare para intervenir en un cambiante escenario que augura luchas y resistencia.