Mientras cientos de mujeres se manifestaban en las puertas del SIPROSA en repudio a la maternidad forzada de la niña de once años, la decana de la facultad de derecho se mostró junto a Juan Manzur, el responsable político de haber de este aberrante hecho.
Miércoles 27 de febrero de 2019
El país está conmovido por el caso de la niña de 11 que fue obligada a parir. La niña víctima de violación ingresó a tiempo para que se le practique la ILE (interrupción legal del embarazo). Después de entorpecer el proceso un mes, el Ministerio de Salud dio lugar a una cesárea forzándola a parir.
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Juan Manzur es el responsable político de la tortura a la niña. Fue él quién nombró a la ministra Chahla a la cual se le está pidiendo la renuncia por haber encabezado la judicialización improcedente del caso de “Lucía”. Peronista, confeso militante de la iglesia en las filas del Opus Dei y ex ministro de Salud del kirchnerismo, bajo el mandato de Cristina Fernández.
En el medio del escándalo, desde su cuenta de twitter Juan Manzur subió una foto con la decana de la Facultad de Derecho en el marco de las preparaciones del 80° aniversario de la UNT. Un gesto político conservador y oscurantista no menor en tanto viene de quien esta al frente de la carrera de leyes, y que se jacta de ser la que ha dado prioridad a las cuestiones de violencia de género en la UNT.
El marco del encuentro fue la violación a un derecho conquistado, la interrupción legal del embarazo (ILE), contemplada en el artículo 86 del Código Penal desde 1921 y en el fallo F.A.L. de la Corte Suprema. La cita, en todo caso, debió haber sido para pedir explicaciones al mandatario provincial de por qué no ordenó a su ministerio el cese de los hostigamientos a la niña y a su madre, y que se proceda a practicar la ILE, tal como las mismas lo habían solicitado explícitamente en 8 oportunidades.
Pero no fue un rayo en el cielo sereno. Adela Seguí forma parte de un sector de decanos autoproclamados “progresistas”, pese a que hace unos meses se vio envuelta en el escándalo de Chocobar.
Durante el 2018 pesaba sobre el docente Chocobar denuncias de acoso y una sanción provisoria que impedía que diera clases. El vencimiento del plazo era inminente y no había resolución alguna sobre el caso.
Caduco el impedimento de ejercer, el docente denunciado por abuso se presentó a dar clases y aprovechó la oportunidad para amenazar a las alumnas. Pese a que la decana intentó despegarse nada explica por qué no avisó al alumnado, a la comisión de género y a la designada por el mismo consejo directivo como representante del protocolo cuando ellos conocían la fecha de vencimiento de la suspensión que tenía a razón de las denuncias por acoso.
Chocobar, frente al curso planteó que en su comisión era más fácil aprobar intentando aprovecharse de la necesidad de recibirse rápido, ya sea por presión familiar o para conseguir un trabajo que no sea en un bar o en un call center.
Si bien el 22 de febrero la decana anunció por Radio Universidad que el docente había sido exonerado y recibido la máxima sanción, luego tuvo que aclarar que la resolución tiene carácter de recomendación.