Coronavirus. Asambleas y plenarios del Sute para organizarnos: que la crisis no la paguemos los trabajadores

Foto: Sitio Andino

En Mendoza, previo a la pandemia, el 49% del trabajo era informal. No muy distinto a lo que pasa en todo el país, y en el mundo. Pobreza en aumento, millones que no pueden resolver el sustento diario porque existe el riesgo del COVID19, pero también hay una política de acuerdo entre las patronales, los gobierno y las burocracias sindicales, para que la crisis la paguemos los y las trabajadores. En ese marco Suárez nos quiere asustar extorsionando con el pago de nuestros salarios.

Durante el 2019 le peleamos a la inflación por la conquista que tuvimos de la cláusula gatillo, aunque veníamos con un enorme retraso. Ahora nuestros salarios están congelados, pero los precios de los alimentos y artículos de primera necesidad no. Tampoco los alquileres ni las tarifas. Usan la emergencia sanitaria como excusa para, en los hechos, imponer rebajas salariales.

Y mientras tenemos que ver cómo los empresarios lloran obscenamente desde sus mansiones la crisis, fuimos los y las trabajadorxs quienes nos solidarizarnos con los cientos de trabajadores a la deriva y varados en la terminal durante días, con sus hijos y familias sin comida ni abrigo. A esos empresarios si los subsidian, mientras la realidad de pobreza no nos la tienen que contar, sabemos lo que están pasando y padeciendo los pibes y pibas de nuestras escuelas, donde se dirimen entre la preocupación diaria de comer o no comer, y no poder acceder a conexión ni a dispositivos para sostener la educación a distancia y virtual. Las familias de nuestras escuelas son las que se quedaron sin changas, sin trabajos en negro, los jóvenes de nuestras escuelas son los que hoy tienen que ver como cadenas multimillonarias como Mc Donalds y otras les rebajan el sueldo, o no les pagan o los echan aduciendo crisis. El famoso DNU de Fernández no frenó a los empresarios y el gobierno no hace nada. “Todo el peso de la ley”, solo recae en los sectores más vulnerables que no les queda otra que salir de sus casas para subsistir.

En el ámbito de lxs trabajadorxs de la educación vemos la realidad de miles de celadores y celadoras que previo a la pandemia sobrevivían con dos, tres o cuatro trabajos, haciendo contraturnos y otras changas. O la de miles de compañeros y compañeras que se quedaron sin cargo o con pocas horas. Mientras el gobierno se llena la boca diciendo que la educación sigue funcionando y nos manda felicitaciones por twitter, pero no llama a cubrir las suplencias para ahorrarse unos pesos. ¿Qué quiere decir que no se hagan los llamados? Que hay estudiantes sin docentes y docentes sin trabajo. El gobierno tiene que resolver esto urgentemente, y desde el SUTE se han hecho no sólo los pedidos, sino propuesto formas y maneras de hacerlo.

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Ni el gobierno, ni las centrales sindicales parecen preocupados ni dispuestos a abrir esta discusión. La CTA y la CTERA están de cuarentena y no han aparecido en el medio de una crisis que ya tiene consecuencias: nuestras condiciones de vida y la de nuestrxs alumnxs se ha deteriorado significativamente. El sobre trabajo enferma y la administración pública la medida que sí sigue tomando es darle de baja a miles de compañeros y compañeras.

Mientras desarrollamos distintas formas de solidaridad e iniciativas desde el SUTE y las propias escuelas, es urgente y necesario que nos organicemos con todos los medios tecnológicos a nuestro alcance. Desde el SUTE ya se dijo: Sin salario, no hay clases, con esa fuerza tenemos que discutir en cada escuela, usando la virtualidad podemos armar asambleas y participar de las reuniones de delegados convocadas por el sindicato que ya se empiezan a preparar en algunos departamentos.

Tenemos que debatir y resolver un programa de medidas elementales que hacen a la autodefensa de nuestras vidas y la de toda la clase trabajadora que combine un aumento de emergencia de salarios para no seguir perdiendo ante la inflación y un salario de emergencia para los que no tienen trabajo, seguir exigiendo que no haya ninguna baja en cuarentena, llamados a suplencias urgente, y un debate sobre la función social de la escuela y qué condiciones de trabajo debemos tener para que se garanticen todas las medidas de seguridad e higiene para cuando la escuela requiera nuestra presencia.

Te invitamos también a leer la declaración del Movimiento de Agrupaciones Clasistas (MAC) aquí.