El diputado de Unión por la Patria justificó el apoyo del gobernador a la Ley Ómnibus y calificó de “excelente” el llamado de Milei a los gobernadores para pactar el ajuste. El peronismo especula con un país en ruinas. Ante la rosca de los de arriba, la izquierda apuesta a las fuerzas desde abajo.
Maximiliano Olivera @maxiolivera77
Martes 5 de marzo 11:45
Tras el llamado de Javier Milei a los gobernadores para firmar un “Pacto de Mayo”, el tucumano Osvaldo Jaldo no pierde oportunidad para reafirmar su voluntad colaboracionista. En ese camino de aliado del ajuste, Jaldo alineó a gran parte del peronismo tucumano pero también al “opoficalismo” que integra su gobierno, como radicales o Libres del Sur. Ahora, apareció otro guiño de alguien que parecía un díscolo. El diputado nacional de Unión por la Patria, Pablo Yedlin, declaró que el gobernador está llamado “en este pacto de gobernadores a ser una de las voces más importantes”.
En una entrevista con La Gaceta, Yedlin comenzó con un discurso crítico a las medidas de Milei pero luego valoró positivamente el llamado al “Pacto de Mayo”, presentado con diez puntos para seguir profundizando el ajuste fiscal y las contrarreformas. “En cuanto al tema del llamado al diálogo con los gobernadores me parece excelente. Me parece muy bien. Obviamente si es sincero, si hay detrás de esto la idea de escuchar a los gobernadores, de escuchar las distintas versiones políticas, porque no fue solo a los gobernadores la invitación sino a todo el arco político. Y hay un intento de armar un algún grupo aunque sea de diez o menos, lo que se pueda, políticas de Estado que en la Argentina perduren”, sostuvo.
Consultado sobre su consideración sobre Jaldo, a quien algunos definen como “el primer mileista”, Yedlin se deshizo en halagos: “Me parece que Osvaldo Jaldo viene gobernando muy bien la provincia. Me parece, como lo dije en campaña durante toda la campaña, era un gobernador que ya se había probado. Él como tal, o sea, había sido gobernador antes de serlo y que había demostrado su capacidad de liderazgo. Me parece que ha tomado decisiones con el gobierno nacional que tienen que ver con la situación específica de la provincia. Y me parece que está llamado en este pacto de gobernadores a ser una de las voces importantes que puedan reorientar, por su vínculo con el gobierno de Milei, parte de las políticas hacia la producción, hacia el empleo”, planteó.
🎤Me parece que el gobernador @OsvaldoJaldo está llamado en este pacto de gobernadores a ser una de las voces importantes que pueda reorientar partes de las políticas nacionales hacia la producción, hacia el empleo.
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Otra definición relevante fue que ante la pregunta sobre si Milei logra sostener un apoyo, el diputado contestó que “hay que darle tiempo” al impacto de las medidas. Estas definiciones son importantes para ilustrar la ubicación del peronismo ante el gran plan de ajuste.
Colaborar y especular con el ajuste
En su primer intento parlamentario con la Ley Ómnibus, el gobierno encontró en Osvaldo Jaldo un gran aliado, quien armó un bloque propio con tres diputados que rompieron con Unión por la Patria. Mientras los nombres del gobernador y los diputados del bloque “Independencia” eran acompañados por el calificativo de traidores, Yedlin aparecía como una opción coherente de oposición pero en cuestión de días pasó a los guiños y halagos para “los traidores”, justificando sus decisiones en términos similares.
Por un lado, Yedlin habla que Jaldo apoyó la Ley Ómnibus pensando en “la situación específica de la provincia”. En su momento, el propio Jaldo desmintió la versión de Yedlin de que su apoyo se debía a “presiones”, sino que se motivó en haber conseguido lo que los empresarios del citrus y el azúcar reclamaban. Ahora Yedlin hace propio el discurso de Jaldo.
Por otro lado, el diputado también pone como virtud el dialogismo de Jaldo, que no es más que un eufemismo para referirse a la predisposición a pactar las medidas de ajuste. Esto tiene un nuevo capítulo con el llamado al “Pacto de Mayo”. Si bien el diputado mencionó que los diez puntos presentados por Milei no necesariamente los considera prioritarios, no dudó de calificar de “excelente” la convocatoria. Este posicionamiento de Yedlin no es de librepensador sino que se enmarca también en lo que planteó Cristina Kirchner en su larga carta. La ex presidenta mostró su voluntad de discutir las modalidades del ajuste o reformas estructurales, como en el ámbito laboral.
Yedlin es parte del peronismo parlamentario que frente al discurso ofensivo de Milei el pasado viernes, dejó de lado la confrontación discursiva, habilitando un margen para la negociación y la especulación. La idea de que el camino pasa por negociar o presionar sobre porciones del ajuste es un espejismo pero también es una confesión que para la dirigencia peronista el ajuste sobre millones es algo inevitable.
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La especulación es otro componente de un peronismo que mira a 2025 o 2027 pensando en un retorno electoral sobre las ruinas del país bajo los años mileistas. Por eso Yedlin habla de “darle tiempo al impacto de las medidas” para poder recuperar parte de los millones de votos perdidos en la última elección presidencial. El “detalle” es que esto implica dejar pasar el ajuste con salarios y jubilaciones de pobreza, desocupación, tarifazos y todo tipo de ataques. En esta perspectiva las conducciones sindicales peronistas juegan un papel retardatario y desmovilizador al no plantear una continuidad del paro nacional del 24 de enero ni un plan de lucha contra el plan del gobierno. En el caso tucumano, son parte clave para que se impongan salarios por debajo de la línea de pobreza, como se vio en la paritaria docente y en los estatales. Con esta ubicación construyen la pasividad y la desmoralización, cuando la caída de la Ley Ómnibus fue una muestra de que las fuerzas y voluntad de luchar existen, y que se pueden enfrentar el ajuste. En tanto que el peronismo en organizaciones sociales, de mujeres o en los centros de estudiantes, tampoco rompe esta dinámica, habiendo abandonado la calle.
Los múltiples ataques generan resistencias, donde solo la izquierda aparece poniendo el cuerpo, como parte de su oposición consecuente al ajuste que no se limita al Congreso. Por eso en su último discurso Milei la mencionó en varias ocasiones, asociándola a la movilización callejera. Sobre los procesos de lucha, la izquierda busca impulsar la organización en los lugares de trabajo, de estudio y barriales, apostando a que se desarrollen instancias de autoorganización como las asambleas, para fortalecer el protagonismo de quienes quieren pelear. Ante la rosca de los de arriba, hay que apostar a las fuerzas desde abajo, para imponer un plan de lucha en serio para derrotar el ajuste.
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