Integrantes del Foro por la Soberanía denuncian que fueron reprimidos en una movilización en el marco de la visita presidencial. Exigen la libertad de al menos 8 detenidos.
Viernes 9 de julio de 2021 15:45
En el marco de la visita de Alberto Fernández a Tucumán, integrantes del Foro por la Soberanía se movilizaron para reclamar por la Hidrovía Paraná-Paraguay y fueron reprimidos por la Policía. Según denunciaron, hubo varios heridos a causa de los palos y las balas de goma y al menos 8 detenidos.
“Este atropello se llevó adelante en la movilización convocada por el Foro por la Soberanía, las cuales se realizaron en distintos puntos del país en el marco de la conmemoración de nuestra independencia, para exigir la derogación del decreto 949/20 y la recuperación de nuestras vías navegables”, señalaron desde el Foro por la Soberanía, quienes responsabilizaron al Gobierno por la represión y exigieron la inmediata liberación de los detenidos. Desde el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia también se solidarizaron y repudiaron la represión.
Hidrovía, una ruta millonaria
La Hidrovía Paraná-Paraguay es el segundo corredor natural de Sudamérica, que recorre casi 3.500 kilómetros hasta su desembocadura en el Río de la Plata, el tramo bajo concesión abarca unos 1.300 kilómetros. Es parte estratégica de una de las reservas de agua más grandes del planeta, el Acuífero Guaraní.
La concesión privada comenzó en 1995 bajo el menemismo, como parte de las medidas neoliberales del Consenso de Washington. En el recorrido de la Hidrovía se encuentran 29 terminales portuarias, por donde pasa el 80% de las exportaciones y el 75% de las importaciones. Una de las principales denuncias que recaen sobre la administración privada está relacionada al manejo fraudulento, el poco control en los puertos y la subfacturación.
Actualmente, por la Hidrovía se transporta el 80 % de las exportaciones argentinas y el 75 % de las importaciones. Su importancia estratégica hace que las grandes potencias quieran tener un pie en la Hidrovía. Por otro lado, se dice que el FMI quiere que el control quede en manos de las empresas multinacionales de las potencias tradicionales.