Mientras Milei invoca las "fuerzas del cielo” para legitimar un plan de ajuste brutal, nosotras organizamos la fuerza de las mujeres, aquellas que como en Jujuy no retrocedieron frente a las balas de los policías sino que formaron una hermandad entre las maestras, estudiantes y las mujeres de las comunidades originarias para enfrentarlos. Sobre esa y otras experiencias se habló en el encuentro.
Miércoles 20 de diciembre de 2023 12:25
Ni los 43 grados de sensación térmica (a la sombra), ni la feroz lluvia que vino a inundar las calles a la hora de la convocatoria, ni los cortes de luz, impidieron que el sábado decenas de mujeres confluyamos para encontrarnos en Tucumán Arde, la casa cultural socialista donde realizamos un Encuentro Feminista de Pan y Rosas.
A punta de achilata fuimos preparando el encuentro durante la siesta y acondicionando el lugar para dar lugar al encuentro. Si bien la lluvia no se llevó el calor, nos dio una brevísima tregua alrededor de las 19 h para que algunas compañeras desde distintos barrios aprovecharon para llegar.
Un poco tarde pero seguro, inició el Encuentro con un saludo de Myriam Bregman desde Buenos Aires, quién se conectó mediante una videollamada y aprovechó para animarnos a seguir dando la pelea, confiando en la fuerza que tenemos las mujeres, quienes ya hemos demostrado ser imparables cuando pusimos en pie una enorme marea verde para conquistar nuestros derechos. Nos alentó a que sigamos firmes ya que han pasado pocos días del gobierno de Milei.
En sus reflexiones Myriam Bregman nos dijo: “En toda esa fuerza, en toda esa experiencia hecha por el movimiento de mujeres tenemos una gran reserva para enfrentar el ajuste y los ataques que ya comenzaron. No nos puede encontrar divididas esta pelea, tenemos que salir a las calles con toda nuestras fuerzas”
Luego Natalia Morales, diputada del Frente de Izquierda por la provincia de Jujuy, tomó la palabra para transmitirnos la experiencia de lucha del pueblo jujeño que enfrentó la Reforma Constitucional de Morales y el PJ. Quisieron prohibirles el derecho a la protesta –al igual que está haciendo ahora Patricia Bullrich con el protocolo antipiquetes– y el pueblo salió a las calles.
Contó cómo la simpatía que despertó la lucha docente por los salarios se transformó en una pelea generalizada contra la Reforma tras años de bronca guardada debido a la extrema precariedad de la vida en Jujuy.
El estallido fue tan grande como hace décadas no se veía, se movilizaron decenas de miles, cortaron las rutas, desplegaron las wiphalas mientras docentes, estatales y la juventud se unían junto a las comunidades gritando al unísono “abajo las reformas, arriba los derechos”.
Esa pelea, encontró a las mujeres en primera línea. Y a las compañeras de Pan y Rosas y el PTS impulsando la “Asamblea del Pueblo, trabajadores, comunidades y estudiantes” para coordinar democráticamente y exigirles a los sindicatos, lo que se negaron a hacer: una huelga general para tirar abajo la reforma.
A la luz de esa experiencia
Las voces en el intercambio, comenzaron desde esa conclusión: hay que hacernos fuertes en cada lugar de trabajo y estudio para impedir que las burocracias dividan nuestra fuerza y nos empujen a resistir cada une por su lado.
Las compañeras docentes se preguntaron cómo desde sus espacios podrían aportar a la organización de la juventud. Este fue el puntapié para intercambiar sobre las ideas y sentidos comunes relacionados con el pensamiento de la derecha conservadora sobre los que se tienen que comenzar a discutir dentro de la juventud. Frente a esta idea de que se puede salir adelante con mucho esfuerzo individual y pisándole la cabeza al de al lado, hay que anteponer la idea de organización, unidad de los que luchan y salida colectiva. Nadie se salva solo.
Las trabajadoras de la salud aportaron su experiencia y contaron cómo en plena pandemia el gobierno de Manzur abandonó al personal de salud y aún hoy no se pueden recuperar. Una de ellas expresó su alegría por participar del encuentro y de encontrar un espacio donde comenzar a organizarse.
Una compañera de terciarios repasó también las valiosas experiencias del movimiento de mujeres en Tucumán: “A nosotras nos tocó enfrentar a todo un régimen misógino plagado de dinosaurios que gobierna la provincia. Empezando por Manzur, Jaldo, Bussi y todos los bloques que se ensañaron con nosotras y nuestros derechos. Frente a ellos, hemos arrancado la libertad para Belén, en la antesala del gran movimiento por Ni Una Menos. Hemos acompañado a la familia de Lucia contra la torturadora Chahla. Enfrentamos a jueces misóginos que encubren a los hijos del poder. Junto a la familia de Paola Tacacho, logramos la destitución de Pisa”.
En esas y muchas peleas más radica el acervo de nuestras fuerzas. Es innegable que cada pelea que dimos en el terreno democrático, contra la opresión también movilizó a las trabajadoras en la lucha contra las condiciones de explotación. Incluso las más precarizadas, como las cosecheras que encabezaban los cortes de ruta. Las enfermeras, las docentes, compañeras del Ministerio de Desarrollo. Todos sectores altamente feminizados que están en la mira de los primeros ataques.
Y es quizás en estos espacios donde muchas veces comenzamos a diagramar una salida colectiva, una salida diferente. Es en estos espacios donde incluso intercambiamos cómo interpelar a esos amigues que están desanimados o con mucha incertidumbre.
Es en estos espacios también donde comenzamos a tomar fuertemente ideas como la unificación de las luchas, la unión entre estudiantes y trabajadores, ocupados y desocupados.
El estallido de la lucha en Jujuy nos demostró que cuando el pueblo sale no hay protocolo que resista. El ejemplo de los estudiantes abriendo las puertas de la universidad para recibir a las comunidades indígenas, de las mujeres en primera línea enfrentando la reforma, de las comunidades peleando contra el extractivismo y defendiendo su territorio son la muestra de que se puede tejer una enorme red de solidaridad entre trabajadores, mujeres y jóvenes. Además es la prueba de que tenemos la fuerza suficiente para enfrentar a la derecha y su plan de ajuste que solo trae extractivismo, miseria y hambre.
En este encuentro resolvimos marchar este 20 de diciembre para enfrentar el protocolo antipiquetes de Bullrich y organizar talleres para el verano sobre feminismo socialista.
Un centro cultural para la resistencia
La noche trajo música y bebida, se sumaron los compañeros trabajadores de diferentes lugares también para celebrar el primer aniversario de la inauguración de Tucumán Arde, un centro cultural que durante el año estuvo al servicio de organizar la campaña del Frente de Izquierda y que ahora se pone al servicio de organizar la resistencia.
Así se vivió el sábado en Tucumán Arde, pasamos de un sol ardiente a una tormenta de esas que traen granizo para algunas localidades, de compartir nuestras ideas y pensamientos a compartir unas cervezas para aplacar el calor del día mientras se disfrutaba y bailaba al son de la cumbia.
No faltó la ironía: “Las fuerzas del cielo, buscaron impedir que las pibas nos encontremos. Pero aquí estamos y este es el primero de muchos más encuentros. La resistencia tendrá la fuerza de las mujeres en la primera línea”.